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Bahía Blanca
domingo, mayo 19, 2024

Anuario y sumario

Un repaso por lo que el año nos legó. O, al menos, aquello que esta columna pudo reflejar.

El año de esta columna ha sido algo más extenso que el calendario, un extra que saldó con un receso invernal. La serie inició y concluyó con dos de los hechos más relevantes de los últimos tiempos en Argentina.

Noviembre y diciembre de 2022 nos permitieron acercarnos al clima mundialista en clave histórica y local. Como cábala, al menos, funcionó.

Pasados la euforia futbolera y el verano, nos volcamos a lo local y regional, exploramos qué tienen para decirnos, sobre el Futuro, el Pasado y los estudios académicos del Presente.

El cierre llegó con el periodo electoral, que deparó resultados disímiles en la zona y en los tres niveles de gobierno. Hay muchos aspectos novedosos, varios de ellos preocupantes, que determinarán el 2024 y lo que sigue.

Noticias de la Historia

Varios de nuestros fines de semana enfocaron en la Historia. A juicio de esta columna, tiene bastante para decirnos sobre este punto de llegada, desde el que además puede leérsela con menos censuras o anteojeras impuestas por el status quo de cada época. En cualquier caso, no es letra muerta.

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Muchas de las notas se vincularon con sucesos ocurridos durante el terrorismo de Estado, o derivados de él. Como los intentos de impunidad posteriores o los episodios de violencia política en democracia. La actualidad del tema no está dada por el kirchnerismo o la izquierda, sino por la ruptura del consenso democrático exactamente el día en que cumplía cuarenta años de construcción. El 10 de diciembre asumió la Presidencia una fórmula que, de mínima, pretende igualar nuevamente a víctimas y victimarios.

En ese marco, compartimos un documento que muestra cómo veía el mundo un genocida y otros que recuerdan a los actores locales de la intentona golpista de la Semana Santa de 1987, en los días en que la visita de Juan Pablo II encontraba a mártires y verdugos de la Iglesia.

Además, abordamos las historias del académico bahiense Mauricio Amílcar López, primer rector de la Universidad Nacional de San Luis, y la militante y modelo Marie Anne Erize, nacida en Espartillar. Sus nombres integran la larga nómina de víctimas de la última dictadura.

Comprobando la actualidad del tema, exploramos la causa judicial abierta por la persecución contra docentes y no docentes de la Universidad Nacional del Sur, que en el periodo previo a la dictadura había vivido experiencias académicas tan originales como la del Departamento de Agronomía.

La UNS inició, también durante este año, una política de reparación de legajos laborales y fichas estudiantiles de sus víctimas: un hecho histórico, en todas las acepciones de la palabra, porque durante años fue un tema sobre el que los claustros guardaba silencio. Quienes se atrevían a romperlo fueron recordados este año, al cumplirse cuarenta de aquellos días de reverdecer militante.

Como perla, antes del receso invernal recuperamos íntegra la nota de la revista Nueva que La Nueva Provincia no te dejó leer en vísperas de un 11 de abril, el de 1994.

Mapas y canastas

Bahía Blanca es desde hace décadas una ciudad universitaria, lo que la define y determina estructuras y dinámicas en una amplia región. Las políticas implementadas desde las casas de estudio tienen un impacto que va más allá de las personas beneficiadas, a las que permite mejorar el rendimiento. También robustecen la economía de su ciudad sede, al abaratar costos fijos de estudiar y dejar recursos libres para otros consumos. Lo mismo ocurre con la reciente satisfacción de una demanda postergada por décadas, el Boleto Estudiantil, que también recuerda un nombre bahiense. O con una iniciativa novedosa, solidaria y redistributiva, propiciada por el Departamento de Economía de la UNS.

Uno de sus estudiantes, Ignacio López Ravera, elaboró en el Centro Regional de Estudios Económicos de Bahía Blanca (CREEBBA) una Canasta Básica Universitaria. La publicó en septiembre. El estudio incluyó a los elementos esenciales para cursar en la ciudad y encontró que, a valores de ese mes, la vida académica aportaba indirectamente a la economía local unos 27.000 millones de pesos provenientes de la región. Se suman a los 13.000 millones del presupuesto de la UNS, que destina el 90% a salarios y, por ende, al consumo.

Una parte de los recursos que llegan desde la zona es apropiada por la renta inmobiliaria. Los alquileres anticiparon el año inflacionario cuando en febrero crecieron 5%, alcanzando un alza de 96% interanual y ubicándose 6 puntos por encima de la suba general de precios. La incidencia de las Universidades en ello es notable: en el caso de la UNS, la mitad de su matrícula estudiantil es de fuera de Bahía Blanca y un amplio porcentual de ella demanda qué alquilar.

La dinámica universitaria centrípeta de la región y el “principio de equiparación”, que sostiene que un lugar muestra grados de desarrollo equivalentes en todos los ítems, se expresan también en la deficiente disposición de profesionales de la salud en las pequeñas ciudades y pueblos de la zona.

Tierra y techo

En materia habitacional, no obstante, la presencialidad académica no explica todo el problema. El censo 2022 no sólo cuantificó la población de cada localidad, sino que registró que en Bahía Blanca existen alrededor de 18 mil viviendas vacías. También confirmó que, no únicamente por lo estudiantil, la principal urbe de la región tiende a concentrar población y así incrementa la cantidad de casas sin uso en un amplio territorio. Viviendas no faltan, ni en la ciudad ni en los pueblos cercanos, pero están en pocas manos o en sitios donde las personas no pueden desarrollar sus proyectos de vida.

La problemática se plasma también en otro plano. Como verificó la economista Lucía Díaz en su tesis de posgrado, Bahía Blanca se expandió territorialmente de modo anárquico, con un Estado que no planificó y una especulación inmobiliaria que determinó la economía local desde las primeras décadas del siglo pasado. Muchas tierras de alto valor permanecen sin uso y las que no lo tienen son base de asentamientos en que las personas sin otra alternativa viven en condiciones precarias.

Estado de la cuestión

Los temas anteriores evidencian algunos de los efectos que pueden surgir de la acción o inacción del Estado, en cualquiera de sus áreas y niveles.

Sin embargo, en 2023 asistimos a la primera campaña electoral en muchos años en que el principal foco estuvo puesto en una retracción de la inversión y el empleo públicos. Para Bahía Blanca, representaría no sólo una merma en los servicios o su calidad, sino también una recesión casi inmediata.

Contra lo que dicta el imaginario, la cantidad de empleos en el sector público en la ciudad es de sólo el 6% de la población económicamente activa, pero los efectos multiplicadores de esos salarios y otras inversiones estatales impactarían en el consumo y tensarían aún más la relación oferta-demanda del mercado de trabajo. En suelo bahiense el desempleo ha sido en 2023 de alrededor del 6%, pero ese porcentual trepa al 25% si se añade a quienes buscan otro trabajo o pretenden cambiar el que tienen.

Una recesión bahiense golpearía a la región que la rodea. Caso testigo es el del turismo, una actividad con potencialidades, pero que requiere de una economía en movimiento y una planificación conjunta de los municipios. Además, claro, de que quienes tengan trabajo conserven el derecho al descanso.

Durante el debate de candidatas y candidatos en la UNS, un eje central y unánime giró en torno al reservorio de Vaca Muerta. Cómo se distribuirá su impacto, si quedará en pocas manos o impulsará el progreso, es en sí mismo un debate.

La mayor parte de los temas abordados en esta columna durante el año a punto de cerrar se nutrieron de estudios de especialistas que trabajan, investigan y dan clases en Bahía Blanca, a la que aportan insumos no siempre justamente valorados.

El tránsito que siga el escenario económico local y regional dependerá de lo que ocurra en el terreno político, que dibuja un mapa novedoso. Será un cruce de variables sobre el que deberán moverse quienes fueron elegidos en octubre. Entre ellos, el nuevo intendente bahiense Federico Susbielles.

 

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