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sábado, mayo 18, 2024

Descanso y empleo

El turismo regional evidencia condiciones para generar empleo y desarrollo económico, desafíos de los nuevos gobiernos municipales. Un estudio de economistas de la UNS actualiza un escenario heterogéneo, tanto en grados de consolidación como en variedad de atractivos. Ambas variables no siempre son coincidentes.

Este domingo será el balotaje presidencial, por lo que está vedado a esta columna un análisis político directo, al menos en lo que toque a lo partidario.

Pero el fin de semana no es solo electoral sino también largo, con el feriado del 20. La obligación de votar vuelve probable que la afluencia turística sea menor, limitándose al sábado, el domingo antes o después del cuarto oscuro, o el mismo lunes. Cuando ya sepamos algo más del futuro inmediato del país.

Tanto las votaciones como el descanso relámpago posiblemente sean una buena ocasión para analizar la disposición de transportes en el sudoeste bonaerense y la estructura de la cadena de valor turística que agrupa a destinos distantes a pocos kilómetros de distancia.

Sierras, mar, lagunas, pueblos, estancias o sitios históricos. Más allá de la nota de color sobre bondades o bellezas de la zona, a veces desconocidas para quienes viven en ella, es interesante indagar cuánto aportan o podrían aportar a la generación de empleo y movimiento económico, funcionando además como posibilidad de desarrollo de pequeñas localidades. Una oportunidad de que recuperen parte de los recursos que, en flujo centrípeto, captura cotidianamente la virtual capital del sudoeste.

Un estudio de las docentes e investigadoras Gabriela Cristiano y María Emilia Estrada, del Departamento de Economía de la Universidad Nacional del Sur, ofrece algunas claves al respecto. Se encuadra en el concepto de “turismo alternativo”, por contraste con el “masivo”: supone el aprovechamiento de periodos cortos de descanso, extendidos en nuestro país por los feriados-puente, para acceder a la oferta de pequeños y medianos oferentes de economías locales.

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El trabajo indagó en las realidades y potenciales de 17 de los 22 municipios que comprenden la Sexta Sección Electoral. Sobre tres, las investigadoras no pudieron recoger datos primarios: Bahía Blanca, Laprida y Tres Lomas. Mejorar la recolección, sistematización y disposición pública de información será uno de los desafíos de sus nuevos intendentes: Federico Susbielles, Alfredo Fisher y Luciano Spinolo. Los dos primeros pertenecen a Unión por la Patria, el tercero a Juntos por el Cambio. Susbielles y Spinolo representan un cambio de color político sobre sus mapas distritales.

Otro desafío es común al conjunto de las intendencias de la zona: el desarrollo del sector. Al indagar en él, se revelan dificultades de base que no impactan sólo en la actividad recreativa, sino en el conjunto de la dinámica zonal.

Creer en crecer

Territorialmente la más extensa de la provincia, pero también la de menor cantidad de habitantes, la Sexta Sección evidencia un desarrollo turístico heterogéneo. Así lo verificaron Cristiano y Estrada en sus consultas a cada municipio:

  • sólo el marítimo Monte Hermoso y el termal Adolfo Alsina, más conocido por su cabecera Carhué, entienden que sus ofertas turísticas están consolidadas;
  • la mayoría considera que se encuentran en desarrollo: Coronel Dorrego, Coronel Pringles, General La Madrid, Guaminí, Patagones, Pellegrini, Puan, Tres Arroyos y Tornquist; y
  • poco más de un tercio observa a su situación turística como emergente: Coronel Suárez, Coronel Rosales, Daireaux, Saavedra, Saliqueló y Villarino.

El relevamiento ofrece un aspecto interesante si se lo compara con la afluencia de turistas recolectada en el mismo estudio para 2022. Por emergentes o en desarrollo, asumen que tienen aún mucho para crecer destinos que ya concentran el interés de miles de personas por temporada:

  • Coronel Suárez, que se evalúa a sí mismo en desarrollo, tiene dentro sus límites a Villa la Arcadia, que durante ese periodo reunió la misma cantidad de visitantes que el consolidado Monte Hermoso;
  • lo mismo ocurre con Coronel Rosales, que tiene desde hace años en su Pehuen Co a una alternativa veraniega a las playas montehermoseñas.

Además de mar, sierras y lagunas, la zona cuenta con destinos de interés histórico y arquitectónico, como el configurado por las obras de Francisco Salamone. El del italiano es el único nombre propio vinculado a la historia y el arte en la reseña de atractivos turísticos censados. Es posible que sea un síntoma de lo poco que la población de la región conoce su propia historia, alimentada tanto por el color local como por el paso de personalidades o hechos de notoriedad nacional. Incluso quedan por revelar misterios de décadas, como la autoría de la fachada del cementerio de Saavedra y la posible vinculación de ese anonimato con el asesinato del diputado conservador Fortunato Chiappara en la Legislatura bonaerense, en 1937.

A esos atractivos se añade la veta del turismo rural, que en algunas zonas sufre aún falencias en la conectividad, requiere de adecuados caminos vecinales y está sujeto a la volatilidad de la oferta, porque en general se encuentra subordinada a una actividad principal, agricultura o ganadería. El principal problema, sin embargo, es la señalización.

Sólo Tornquist cuenta con normativas específicas que regulen el turismo rural, mientras que un tercio de los municipios consultados reconocen no estar avanzando en igual dirección.

Eslabones a fortalecer

En su trabajo, Cristiano y Estrada detallan las características de los eslabones que conforman la cadena de valor turística de la región. Para ello, analizaron fortalezas y debilidades y actualizaron las caracterizaciones formuladas en 2014 por el economista Hernán Vigier, entonces rector de la Universidad Provincial del Sudoeste y futuro responsable de desarrollo productivo municipal de Bahía Blanca, y las graduadas en Turismo Lorena Beier y Daniela Murello.

Poco ha cambiado en casi una década, pese a dos intentos gubernamentales de planificar un despegue turístico en la región. Es posible que los cambios de gobierno, la debacle económica y la pandemia hayan conspirado para mejorar los aspectos endebles de la cadena: la heterogeneidad que impide consolidar una marca regional única o la baja o nula inversión pública de algunos municipios. Como contrapartida, también permanece el interés académico y la generación de insumos por parte de profesionales de la UNS y la UPSO.

Aunque es marginal el movimiento que vehiculizan sobre el total del turismo, porque predomina el de las excursiones autogestionadas, el primer eslabón relevante es el de las empresas y agencias de viajes. En una zona en que históricamente han predominado las que organizan propuestas externas a sus jurisdicciones, actualmente se ha verificado que el 78% de los municipios consultados cuenta con al menos una empresa de turismo receptiva. Tres Arroyos, con ocho, es el que más ha registrado. Coronel Suárez, que es uno de los principales receptores regionales pero en una localidad lejana a su cabecera, informó cuatro. El total de la región estudiada es de 28 empresas que ofrecen en sus destinos propuestas recreativas.

El segundo eslabón resulta uno de los ejes neurálgicos del desarrollo de la actividad: el transporte, que involucra la variable de la infraestructura vial y las empresas que brinden el servicio. En este punto, se observan algunas problemáticas:

  • pocas rutas conectan dos destinos turísticos de la región, sin previo paso por Bahía Blanca;
  • existen escasos servicios con salida matinal, un aspecto crucial para planificar “escapadas” por el día; y
  • no suelen añadirse nuevos servicios en temporada alta o fines de semana largos, lo que evidencia que el turismo no es una variable considerada en la planificación de las empresas del ramo.

Es en este plano que la acción estatal se demuestra indispensable, porque mejorar el transporte requiere una infraestructura sobre la que circule. A su vez, la disposición de servicios y trazas refuerza una problemática centralista en torno a Bahía Blanca, cuyas causas y consecuencias exceden a la actividad turística. El mapa de rutas que reproducen Cristiano y Estrada es elocuente al respecto:

La dinámica del transporte público urbano bahiense se reproduce también en el interurbano de la zona: la norma es que para ir de un sitio a otro de la periferia, citadina o regional, debe pasarse por el centro.

Adicionalmente, las economistas de la UNS detectaron otros déficits: el 59% de los distritos encuestados califica como “regular” a la variedad, frecuencia y calidad del servicio entre municipios, mientras que el 41% evalúa del mismo modo al de larga distancia. Mejores son las calificaciones que obtienen los de “puerta a puerta”, en general de cuentapropistas o empresas locales, aunque Pellegrini y el serrano Tornquist indicaron que carecen de tal alternativa. Como ocurre con la infraestructura, estas variables impactan en la dinámica regional cotidiana, más allá de lo recreativo. Las cabeceras distritales, e incluso Bahía Blanca respecto de la zona, siguen siendo nodos comerciales, universitarios o administrativos muchas veces ineludibles.

El estudio del eslabón gastronómico es más dificultoso, porque no se circunscribe sólo a la afluencia turística, sino que también se nutre del consumo de residentes permanentes. En materia de alojamiento, para 2014 sólo presentaban cierto desarrollo los dos puntos fuertes: Monte Hermoso y la Comarca Serrana. En ambos lugares se destacan además las segundas viviendas, de personas que las utilizan únicamente en temporada alta.

Cristiano y Estrada relevaron, a su vez, 80 eventos regulares en los municipios de la zona. Se incluyen allí fiestas vinculadas a la historia de cada sitio o las colectividades que los poblaron, y encuentros deportivos, religiosos o gastronómicos. Como son eventos limitados a una fecha específica del año, no alcanzan para disparar una dinámica constante. Tampoco existen registros de afluencia con algún grado de certeza. El calendario exhibe además superposición de eventos, producto de la cuantía de la oferta pero también de la falta de articulación. Fue el caso del mes pasado, cuando el fin de semana largo del 13 al 16 de octubre superpuso la Peregrinación a la Ermita de Saavedra y, en Bahía Blanca, el Festival de Poesía Latinoamericana y el Encuentro Nacional de Artesanos.

Con próximos relevamientos podrá saberse cuáles son la extensión, cantidad y calidad del trabajo generado directa o indirectamente en la zona por la actividad, que a nivel nacional explica 1 de cada 10 empleos y representa 1,6% del Valor Agregado Bruto. En la provincia la incidencia es mayor, alcanzando el 2,8% del VAB, pero concentrándose el 60% de él en la extensa costa atlántica bonaerense.

El estudio sobre la cadena turística es sólo uno de los aportes al desarrollo regional generados por la inversión pública en organismos como el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur, que tiene casi tanta historia como la UNS y recientemente celebró sus trece años en doble dependencia con el CONICET. Su primer director fue Enrique Silberstein, un personaje -como tantos- más recordado fuera de Bahía Blanca que dentro de la ciudad: con él nació el periodismo económico argentino tal como lo conocemos hasta hoy.

 

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