La imagen negativa de Javier Milei trepó al 58,4% y profundiza una tendencia que lleva varios meses entre escándalos y problemas económicos, que llevaron a más de la mitad de los argentinos a poner en duda su principal bandera de gestión: el control de la inflación.
La consultora Zuban Córdoba publicó un nuevo estudio de opinión en el que registró una nueva caída de la imagen positiva del Presidente Javier Milei y su gestión, motivada principalmente por la economía, la inseguridad y los escándalos políticos que viene acumulando en las últimas semanas.
La encuesta fue realizada a 1.600 personas entre el 12 y el 14 de marzo, y lleva el sugestivo título de “La Inseguridad Avanza“. Es que un 52% de los encuestados creen que los asaltos en el país vienen aumentando desde la asunción del Gobierno y un 50% de la población considera que Milei no está haciendo nada al respecto.
Esto debería ser un motivo de preocupación para Casa Rosada, cuyos funcionarios hicieron de la seguridad uno de los ejes de su relato oficial. Hasta ahora, el Ministerio liderado por Patricia Bullrich ha sido noticia mayoritariamente por sus violentos operativos represivos contra la protesta.
Sin embargo, el dato sobresaliente del estudio es la profundización de un cambio de tendencia que comenzó a observarse en enero y viene consolidándose desde entonces, que es el crecimiento de la imagen negativa de la gestión del Gobierno Nacional: Actualmente, un 58,4% desaprueba la gestión de Javier Milei.
“La negatividad aumenta lenta pero sostenidamente y parece no encontrar techo”, indican desde la consultora, “el cambio del tono y la evaluación del gobierno se van consolidando mientras aparecen cada vez más frentes problemáticos en la agenda política“.
Los consultados también se mostraron escépticos con respecto a la continuidad de la reducción de la inflación, una de las principales banderas económicas de Milei, y creen mayoritariamente que habrá una nueva devaluación. Para colmo, el acuerdo con el FMI genera rechazo en la opinión pública.
Entre criptoestafas y escepticismo económico
El pasado 14 de febrero el mandatario promocionó la criptomoneda Libra y desató un escándalo que continúa escalando, con una investigación judicial en Argentina en torno a Milei y los empresarios responsables de la critpoestafa, y una denuncia colectiva en Estados Unidos.
Las ramificaciones internacionales del hecho llegaron incluso hasta su hermana, Karina Milei, quien fue señalada como la responsable de las negociaciones y como la encargada de recibir coimas a cambio de reuniones con el libertario.
Entre tanto, en Argentina impactó directamente en la imagen de Javier Milei. Cuando se consultó a los encuestados cuánto confiaban en el Presidente, el 57,6% aseguró sentir desconfianza, mientras que apenas el 36% dijo confiar en el mandatario.
Quizás más preocupante para la gestión libertaria sea el escepticismo en torno al programa económico, que viene sumando dudas semana a semana y cuyos problemas se aceleraron en los últimos días, con la fuga masiva de reservas del Banco Central.
En apenas 5 días, Luis Caputo quemó más de 1.000 millones de dólares para contener la suba del dólar, mientras espera que se confirmen los desembolsos del eventual acuerdo con el FMI, que Milei espera firmar recién a mediados de abril.
En el mercado se especula que se llevará adelante una nueva devaluación tras confirmarse el acuerdo con el fondo, una opinión que comparten el 50% de los argentinos pese a que desde el Gobierno insisten en negar esta posibilidad. Solo el 30,6%, el núcleo duro del Gobierno, niega que vaya a devaluar.
Otra bandera de la gestión económica que corre peligro es la de la caída de la inflación. Cabe recordar que tras un pico inflacionario de los meses de diciembre, enero y febrero, se produjo una estabilización que aún se mantiene.
Sin embargo, el Índice de Precios al Consumidor no logra perforar la barrera del 2% y en las últimas semanas se aceleró la inflación de alimentos. La promesa de Milei de llevar el indicador al 1% se viene atrasando y, quizás por eso, tras la última medición el Presidente aseguraba que el dato de febrero habría sido positivo si no se tenía en cuenta el precio de la carne.
Cuando la encuestadora consultó si Milei “tiene totalmente controlada la inflación”, el 55,8% respondió negativamente y el 43,1% lo hizo positivamente.
En este contexto, y teniendo en cuenta los efectos del escándalo de Libra, la percepción generalizada de un aumento de la inseguridad a nivel nacional y el empeoramiento de la situación económica desde el inicio de 2025, no debería ser sorpresa que la imagen de Milei haya caído hasta el 41,1%. En paralelo, su imagen negativa creció hasta el 58,5%.
La firma encargada de la encuesta recordó que una “duda que estuvo siempre en boca del círculo rojo argentino desde la asunción del gobierno” era que “mientras el gobierno no perforara el 40% de aprobación no iba a tener problemas de gobernabilidad”.
Ahora, se acerca peligrosamente a este número, y es que la gestión tiene la aprobación del 41,6% y no para de caer desde noviembre, cuando registraba un 47,3%.
El FMI genera repudio entre los argentinos
Finalmente, cabe señalar que la agenda pública comenzó a girar en torno a las negociaciones para concretar un nuevo acuerdo con el FMI que implique nuevos desembolsos (y más endeudamiento) para el país.
De por sí, el tema polariza al Congreso Nacional, lo que llevó al oficialismo a utilizar un decreto para poder aprobar el pedido de endeudamiento con una única cámara legislativa, y en la sociedad argentina no ven con buenos ojos al organismo.
El 63,1% de los encuestados aseguró tener una imagen negativa del FMI, mientras que solo el 29,7% se expresó en buenos términos.
Entre tanto, el 63,8% dijo estar en desacuerdo con que Argentina pida un nuevo préstamo al Fondo Monetario Internacional. El 34,2%, por su parte, dijo estar en desacuerdo.
Al ser confrontados con la frase “los préstamos del FMI siempre han sido perjudiciales para la Argentina“, un 68,9% dijo estar de acuerdo y un 28,2% manifestó estar en desacuerdo. Si el oficialismo pretendía hacer de este tema uno de sus ejes de campaña, podría terminar sumando detractores.