Milei celebra el acuerdo con el FMI, pero será el directorio del organismo el que defina la letra chica del salvataje

El anuncio de un acuerdo técnico con el FMI por 20 mil millones de dólares le da un respiro al Gobierno de Javier Milei en medio de tensiones cambiarias y derrotas legislativas, aunque aún no se conocen ni las condiciones del programa ni el cronograma de desembolsos.

Este martes el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó un escueto comunicado en el que confirmó que llegó a un acuerdo a nivel de staff con el Gobierno de Javier Milei sobre un “programa económico integral” que sería respaldado por un mecanismo de ayuda de 48 meses mediante el Extended Fund Facility (EFF) por un total de 20 mil millones de dólares.

Sin embargo, no dio detalles sobre el cronograma de desembolsos ni las condiciones del acuerdo, y aclaró que la aprobación final está sujeta a la revisión y consideraciones por parte del Directorio Ejecutivo del FMI, que examinaría el acuerdo “en los próximos días”, según el texto.

Como es usual, el organismo liderado por Kristalina Georgieva dedicó varios halagos al programa de ajuste del Gobierno libertario y destacó los “impresionantes progresos iniciales” en la “estabilización de la economía, respaldada por un fuerte anclaje fiscal, que “está produciendo una rápida desinflación y una recuperación de la actividad y de los indicadores sociales”.

Este progreso inicial supuestamente refuerza la confianza en la capacidad del país para avanzar hacia una etapa crucial de estabilización y reformas estructurales que buscan consolidar la estabilidad macroeconómica.

El programa económico está orientado a apoyar la siguiente fase de la agenda de estabilización y reformas propias de Argentina, según explicaron desde el FMI. Entre sus objetivos principales se encuentran el fortalecimiento de la sostenibilidad externa y la promoción de un crecimiento robusto y sostenible.

Con este acuerdo, desde el FMI esperan que Argentina pueda continuar avanzando en su agenda de reformas internas, afianzando la estabilidad económica y generando un “entorno favorable para la actividad social y productiva en el país”, a la vez que se adapta a las coyunturas internacionales que podrían influir en su economía.

El Presidente, que viene de sufrir dos duras derrotas en el Congreso (con el rechazo de los pliegos de la Corte Suprema y la creación de una comisión para investigar el escándalo de #LIBRA), rápidamente salió a festejar el comunicado en redes sociales, con arengas al ministro Luis Caputo y -como es usual- insultos para los economistas que lo vienen cuestionando.

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Incertidumbre sobre la letra chica del acuerdo

De momento, solo se conoce la extensión de tiempo en la que se harán los desembolsos (48 meses, según el comunicado) y el monto total del acuerdo (20 mil millones de dólares) pero aún no se conoce ni el destino de estos fondos ni la cantidad que el Gobierno recibirá en el primer desembolso.

La letra chica del acuerdo se conocerá recién cuando el Board del organismo apruebe (o no) la versión final. Se especula que esto ocurra el viernes. Con esto en mente, Georgieva había asegurado que le parecía “razonable” que el desembolso inicial sea de un 40% del total.

Lo cierto es que, tras meses de negociaciones, el acuerdo se cierra en un momento de desesperación para el Estado Nacional, que viene perdiendo reservas a un ritmo alarmante debido a la política cambiaria de Caputo para contener el valor del dólar.

Además, Milei tuvo que correr al Ministro de Economía de las charlas por la mala imagen que tiene dentro del Fondo, y es que Caputo fue el principal responsable de la desastrosa gestión de Mauricio Macri que derivo en el préstamo original. En su lugar estuvo el chileno José Luis Daza.

La incorporación de un funcionario extranjero en una cuestión tan sensible resulta sugestiva (e incluso se especula que fue una demanda del FMI) si se tienen en cuenta los alineamientos internacionales del Gobierno, que quedó a merced de sus “amigos” extranjeros para torcer la voluntad del Board del organismo.

El principal “aliado” de Milei es el norteamericano Donald Trump y, según trascendió, la administración estadounidense está interesada en intervenir el gabinete libertario. Además, su representante en Latinoamérica incluso habló de desarmar el swap de monedas con China.

Ahora, todo está en manos el Directorio del FMI, que aunque está compuesto por 24 directores de distintos países, el valor de cada voto está asociado al aporte financiero del país al organismo, por lo que son las economías más grandes las que tienen mayor influencia.

En este contexto, los principales directivos son Paul Gruenwald (Estados Unidos, con un 16,5% de los votos), Junichi Sugawara (Japón, con el 6,1%), Helmut Fischer (Alemania, con un 5,3%), Xiangming Li (China, con un 6,1%), Philippe Diallo y David Fogarty (de Francia y Reino Unido, cada uno con un 4%) y Abdel Rahman Al Hamidy (Arabia Saudita).

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El desembolso inicial y la política monetaria, en la mira

El tema más urgente para Milei y Caputo es el monto inicial que recibirá el Gobierno Nacional. En los próximos 4 años, el país enfrenta vencimientos con el Fondo por 14 mil millones de dólares, lo que reduce la cantidad de la que los libertarios podrán disponer libremente.

Según el Gobierno, estos “fondos frescos” tendrán en primer lugar el objetivo de cancelar letras intransferibles del Banco Central, lo que otorgaría un respiro a la entidad que lidera Santiago Bausili al precio de cambiar el acreedor, que pasará de ser el Banco Central al FMI (convirtiendo la deuda interna en deuda externa).

En cuanto al primer desembolso, los dichos de Georgieva representan unos 8 mil millones. Sin embargo, en el Gobierno argentino tienen la expectativa de que entreguen 12 mil millones e incluso se ilusionan con recibir 15 mil millones.

Sea cual fuere la suma, será esencial para que el Gobierno pueda transitar los meses que restan hasta las elecciones sin mayores sobresaltos económicos asociados a las reservas, en un contexto internacional desafiante.

Por otro lado, no es secreto que uno de los puntos que causan descontento en el FMI es la política monetaria que viene implementando Caputo, que consiste en una tasa de devaluación mensual (crawling peg) del 1%, acompañada por intervenciones en el mercado cambiario y el mecanismo de “dólar blend” para sofocar escaladas en el valor del dólar.

Este esquema rindió frutos el año pasado, pero desde 2025 derivó en una sangría de las reservas del Banco Central, que pasaron de los 30 mil millones de dólares en enero a menos de 25 mil millones en abril.

El fondo espera que el Gobierno acumule reservas, no solo para que pueda pagar los vencimientos de deuda venideros, sino también para robustecer la economía ante situaciones externas y desmantelar el cepo cambiario (una promesa del libertario que se retrasa mes a mes).

Es por esto que se especula con que una de las condiciones sería un cambio en la política cambiaria, que incluya una devaluación del tipo de cambio oficial y la eliminación del dólar blend, así como la implementación de un sistema de bandas cambiarias, de modo que el Banco Central solo intervenga cuando la divisa extranjera supere determinado valor.

En rigor, una devaluación podría llevar el valor del dólar a oscilar entre los 1.300 y los 1.700 pesos, y su efecto inmediato se observaría en una escalada de la inflación. Más allá de los halagos del fondo, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) no perfora la barrera del 2% y en los últimos meses mostró signos de aceleración.

Hasta ahora, ni Caputo ni Bausili desmintieron que se busque avanzar a un esquema de estas características, y aunque Milei consideró que es un momento prematuro para implementar políticas de este tipo, la situación le deja cada vez menos margen para negociar con el FMI.

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