Javier Milei volvió de su viaje a Estados Unidos sin foto con Donald Trump ni anuncios sobre sus aranceles y, ante una situación económica cada vez más adversa, el libertario está cada vez más dispuesto a dejar que el republicano intervenga su gabinete a cambio de que lo sostenga en su peor momento desde su asunción.
Este viernes el Presidente Javier Milei volvió a Argentina de su viaje relámpago a Estados Unidos, del que no obtuvo ni una foto ni una reunión con el mandatario estadounidense Donald Trump, que tampoco hizo ningún anuncio relacionado con los aranceles que anunció esta semana ni sobre las negociaciones con el FMI.
El mandatario había ido a Mar-a-Lago, en Florida, con la excusa de recibir el premio “Lion of Liberty Award”, supuestamente por su “dedicación a la libertad”, aunque no se tienen registros de que nadie más haya recibido el galardón. También esperaba una reunión informal que finalmente no ocurrió.
Además, pese a los constantes elogios del libertario al republicano, Argentina también fue incluida en la lista de países que sufrirán las nuevas tarifas de Estados Unidos, quedando en igualdad de condiciones con países como Brasil o Chile.
En ese sentido, la política de someterse a la potencia norteamericana a la espera de recibir migajas no parece estar surtiendo efecto y, en un contexto desesperado para el Estado Argentino (con una sangría de reservas y una creciente volatilidad de los mercados), Estados Unidos parece estar dispuesto a sostenerlo con la condición de intervenir en el Gobierno.
¿Quién mueve las fichas en el gabinete nacional?
Durante su discurso en Estados Unidos, Milei reconoció que el gobierno busca armonizar los aranceles de una canasta de 50 productos afectados. “Ya hemos cumplido 9 de los 16 requerimientos necesarios y he instruido a la Cancillería y la Secretaría de Comercio para completar el proceso”, aseguró.
Previamente, se habían reunido el canciller argentino, Gerardo Werthein, y el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, para avanzar en ese sentido. Sin embargo, Nicolás Lantos, periodista de El Destape, indicó que las reformas no serían suficientes para recibir un gesto de la administración norteamericana.
Según explicó, en Casa Blanca le vienen pidiendo al libertario que comience a realizar cambios en su gabinete. Para empezar, los cuestionamientos incluirían al propio Werthein, quien históricamente se ha vinculado a los demócratas.
Otra figura que quedó en la mira de los republicanos es la del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos. El funcionario es objetado por el enviado de Trump para América Latina, Maurice Claver Carone, quien le atribuye al argentino una maniobra para desplazarlo del BID.
Por otro lado, la llegada de Francos -si bien le permitió a Milei aceitar su relación con Gobernadores y Legisladores- implicó la salida de Nicolás Posse, un hombre que desde el inicio de su gestión apostó a acercarse a Estados Unidos y tuvo dos reuniones con el jefe de la CIA en apenas 4 meses.
El tercer funcionario cuestionado es el Ministro de Economía, Luis Caputo. El funcionario ya viene siendo cuestionado por el FMI, no solo por la utilización de reservas para contener el valor del dólar, sino también por sus gestiones en el macrismo, que derivaron en su salida del Gobierno en 2018.
Así, los ministerios y secretarías centrales para la soberanía argentina serían la moneda de cambio para que Trump otorgue un salvataje a Milei, que por ahora no parece dispuesto a impulsar ningún tipo de negociación para obtener un mejor acuerdo.
El swap con China, en la mira de Estados Unidos
El control sobre los ministerios no es el único tema que interesa a Donald Trump, quien además tiene entre sus principales prioridades frenar el avance de China a nivel geopolítico. En este contexto, las relaciones de Argentina con el gigante asiático quedaron en la mira.
Claver Carone dijo sin tapujos que “no voy a entrometerme en medio de unas negociaciones que está llevando a cabo con el Fondo Monetario porque queremos que tenga éxito”, pero “lo que sí eventualmente lo que quisiéramos es que termine la famosa línea de crédito que tiene Argentina con China“.
“Lo que queremos asegurarnos es que ningún acuerdo al que se llegue con el Fondo Monetario termine prolongando esa línea de crédito o ese Swap que tienen con China“, completó.
El mandato es tan claro como alarmante, y es que el swap con China implica una suma total de 17.906 millones de dólares, lo que equivale a un 72% de las reservas del Banco Central. La administración libertaria ya había sufrido cuando en 2024 se puso en duda la continuidad del acuerdo, aunque China finalmente decidió tener un gesto con el Gobierno.
Pagarlo en su totalidad parece imposible en la situación en la que se encuentra Argentina. Para colmo, según trascendió, el país debe pagar un vencimiento por 4 mil millones de dólares a fines de junio.
“Mientras mantengan esa línea de crédito, siempre China va a poder extorsionar“, aseguró Claver Carone, “así que para nosotros la meta con el programa del Fondo será que no refuerce la posición de China con esa línea de crédito. Esa es para nosotros nuestra prioridad“.
La molestia es comprensible. El gobierno norteamericano quiere ser el único con capacidad para extorsionar al país, y no ven con buenos ojos la posibilidad de que Argentina utilice los desembolsos del FMI par pagarle al gigante asiático.