Desde el lunes post elecciones circuló el rumor de que Javier Milei podría bajarse de la competencia por la segunda vuelta electoral, emulando así a su expresidente favorito, Carlos Menem. El libertario tuvo que decir públicamente que no se baja y que prefiere “morir con las botas puestas“. Además, también explicó por qué cambió su discurso y empezó a ofrecer ministerios a ex rivales: “No me queda otra que ser pragmático“.
Los primeros movimientos del candidato de La Libertad Avanza (LLA) tras su derrota en las elecciones generales fueron erráticos, al nivel que el propio Milei debió aclarar en una entrevista para LN+ que no se baja del balotaje que lo enfrentará contra Sergio Massa (Unión por la Patria) el próximo 19 de noviembre.
“No me bajo bajo ningún punto de vista”, dijo, aunque luego no pudo con su genio y se sinceró: “Soy un gladiador y muero con las botas puestas“.
En la primeras 24 horas posteriores a las elecciones del pasado 22 de octubre, el economista ofertó ministerios para otros espacios políticos buscando que lo apoyen en la segunda vuelta.
En una entrevista con el medio Radio Observador, Milei quiso tender un puente con la ex candidata a presidente de Juntos por el Cambio y tercera en la elección, Patricia Bullrich, y le ofreció el ministerio de Seguridad ya que consideró que la dirigente del PRO fue “exitosa combatiendo la inseguridad“, pese a que una semana atrás la consideraba una “montonera asesina” que “ponía bombas en jardines de niños“.
Luego, Milei se corrió al otro extremo del espectro ideológico y le abrió las puertas al Frente de Izquierda y los Trabajadores. “Nosotros tenemos el ministerio de Capital Humano, en algunos aspectos de las áreas que entran ahí, las personas que más saben son de izquierda“, lanzó el candidato que construyó su carrera en torno a los insultos contra los “zurdos de mierda” (sic).
Al ser consultado en LN+ sobre sus contradictorios cambios discursivos, el libertario reconoció que ahora podría “radicalizarse” pero perdería las elecciones, por lo que “no me queda otra que ser pragmático“. En pocas palabras: Milei confesó que necesita lotear su hipotético gobierno y contradecir sus dichos de hace pocos días atrás para ser competitivo frente a Massa.
“Puedo agarrar, ser un irresponsable, radicalizar aún más mi posición y entregarle el país al kirchnerismo. Me parece que esa sería una irresponsabilidad a nivel histórico imperdonable. En términos históricos, yo ya hice historia… no sólo ganamos a nivel local. Sino internacional. No me queda otra que ser pragmático“.
¿Credibilidad? bien, gracias
Sin embargo, las ofertas de Milei a otros espacios le están valiendo cuestionamientos internos y duras críticas de espacios cercanos ideológicamente, pero alejados políticamente.
La primera en poner en duda los ofrecimientos de Milei fue su propia compañera de fórmula, Victoria Villarruel, quien cuestionó la propuesta de ofrecerle el ministerio de Seguridad a Bullrich, un área que el libertario había reservado para su candidata a vicepresidenta.
“Hay que debatir un poco eso, tenemos bastante avanzado todo el armado y hay que debatir si ella quisiera una función de esa relevancia”, dijo Villaruel a Radio Rivadavia.
“Sea como sea, el golpe que recibió fue muy duro“, recordó Villaruel. La candidata a vice de La Libertad Avanza dejó entrever que Milei se cortó solo en su oferta a Bullrich, de quien necesita los votos para imponerse en el ballotage.
Sucede que, si efectivamente Bullrich se incorporara en esa área, sería un golpe para Villarruel, quien también tenía apalabrado la designación del titular del ministerio de Defensa.
No obstante, pese a estas declaraciones públicas, desde el entorno de Milei trascendió que en rigor no hubo ninguna negociación formal con ninguno de estos espacios. De momento son solo “comentarios” mediáticos del minarquista.
Quien fue aún más incisiva contra Milei fue la diputada provincial santafesina Amalia Granata, quien cuestionó la credibilidad del referente libertario.
“Hay acuerdos y acuerdos, ¿Cómo te acercas a alguien que dijiste que era asesina de niños?”, se preguntó Granata sobre el ofrecimiento a Bullrich de Milei y consideró que “hay situaciones de las que no se vuelve“.
Cabe recordar que Granata ya había tomado distancia de Milei cuando el candidato presidencial se negó a apoyarla en la elección provincial donde reeligió su banca en la Cámara Baja provincial y la relación se terminó de romper cuando el ex armador libertario Carlos Kikuchi metió a Nicolás Mayoraz, enemigo de Granata, en la lista nacional.
Por eso, en una entrevista por Radio Delta, Granata cuestionó duramente al candidato:
“No es un nuevo Milei. Dice criticar al kirchnerismo y se convierte en lo mismo. Hablas de Juntos por el Cargo y traicionas tus principios por un cargo. La gente te eligió porque fuiste contra la casta y hoy te convertiste en eso“.
Las declaraciones terminaron de condimentar la interna libertaria, una guerra de todos contra todos en el círculo más íntimo de Milei como sucedió con las explosivas publicaciones que hizo la diputada nacional electa Lilia Lemoine contra el community manager Iñaki Gutierrez, el “prócer” libertario Alberto Benegas Lynch (h) o el acuerdo con el sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo.
El reacomodamiento de cara al balotaje
Mientras se recrudece la interna libertaria y Milei trata de mantener el barco a flote, las fuerzas políticas que quedaron en el camino el pasado 22 de octubre se debaten qué postura tomar de cara a la segunda vuelta.
Pese al ofrecimiento de participar del ministerio de Capital Humano, se descarta que Milei pueda seducir al votante de izquierda.
En verdad, todos los ojos están puestos en la postura que adopte Juntos por el Cambio. La alianza fundada en el 2015 está al borde de la ruptura: la Coalición Cívica adelantó que dejará libertad de acción a sus votantes y que no apoyará a ninguno de los candidatos; en tanto, la UCR, el PRO y los gobernadores en funciones y electos definirán hoy cuál será su postura.
Se especula con que los gobernadores se sumarán a la CC y no optarán por ningún candidato, con el fin de poder entablar la mejor relación institucional posible con quien sea que salga electo. Por otro lado, las voces mayoritarias de la UCR entonan un resonante rechazo a Milei, aunque resta saber si se convertirá en un apoyo a Massa o también en la indiferencia.
En cambio, el PRO cruje en su interior por la presión del ala dura para aliarse a Milei.
Mientras que Horacio Rodríguez Larreta rechazó de plano una acercamiento con Milei, ya que recordó que “lo reputeó” en varias oportunidades, otros dirigentes amarillos ya se enlistaron en el llamado del candidato a presidente para combatir a Unión por la Patria, rotulado como “kirchnerismo”: los diputados nacionales de Juntos por el Cambio Francisco Sánchez y Ricardo López Murphy, el intendente de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel, y el secretarios de Asuntos Públicos porteño, Waldo Wolff.
De hecho, Iguacel fue un paso más allá. El intendente macrista de paladar negro consideró que si el PRO apoya a Milei y los radicales a Massa “no tiene sentido seguir” con Juntos por el Cambio.
En tanto, otra porción de la atención se deposita en el espacio que impulsó la candidatura de Juan Schiaretti. “El gringo” no se pronunció al respecto, aunque comenzó a sufrir una rebelión interna de intendentes cordobeses que piden votar a Massa.
En este marco, se espera para los próximos días un mensaje contundente de Natalia de la Sota a favor de Massa. La diputada nacional no será neutral: además de recordar que su padre proponía un gobierno de unidad nacional, dirá sin medias tintas que el modelo de país que propone Javier Milei es inviable.
El apoyo a Massa no implicará su incorporación al esquema nacional en esta instancia, sino dar su apoyo y plantear que la agenda del próximo gobierno debe contemplar la redistribución equitativa de los subsidios a las tarifas de servicios públicos y la automatización de los giros para el déficit de la Caja de Jubilaciones, entre otros tópicos de la “agenda federal”.
Además, otro sector aliado al schiarettismo ya adelantó que no acompañará al libertario. Se trata del Partido Socialista de Santa Fe, que en aquella provincia triplicó los votos de Schiaretti y logró una banca en Diputados.
Sucede que el socialismo fue blanco de insultos permanentes de parte del líder de La Libertad Avanza al punto tal que la diputada Mónica Fein presentó una cuestión de privilegio en la Cámara y le explicó a Milei que:
“La democracia no admite que a los adversarios se lo los pueda tratar como ratas, cucarachas o excrementos. La animalización, la degradación del adversario son rasgos típicos de discursos autoritarios y totalitarios. Promueve emociones de asco y repugnancia y estimula la violencia física para exterminar la fuente que produce ese sentimiento”.