Los encargados de negociar el acuerdo entre el PRO y La Libertad Avanza en la Provincia de Buenos Aires sostuvieron una nueva reunión en medio de tensiones con las intendencias amarillas, que en su mayoría rechazan la idea de entregar el armado de listas a la tropa libertaria.
El acuerdo entre el PRO y La Libertad Avanza que Cristian Ritondo viene negociando en la provincia de Buenos Aires se encontró con la resistencia de sus propios intendentes, y es que apenas 4 de los 13 municipios amarillos dieron el visto bueno a un acuerdo con los libertarios para las elecciones del 7 de septiembre.
Mientras La Libertad Avanza presiona por acuerdos que le otorguen el control sobre los armados territoriales, varios jefes comunales se resisten a cederles la lapicera a los representantes de la Casa Rosada.
En este contexto, Ritondo sostuvo este martes una nueva reunión con el armador libertario Sebastián Pareja. Entre los participantes también estuvieron el diputado PRO Diego Santilli y el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro.
La conversación se realizó a las 18 horas en el barrio porteño de Palermo, donde están las oficinas del partido amarillo, y tuvo como objetivo discutir el rol de los intendentes y terminar de definir condiciones del acuerdo.
Por lo pronto, lo único que ambos espacios reconocen es que pretenden competir juntos. Sin embargo, los libertarios esperan que el frente electoral se articule bajo el nombre de La Libertad Avanza, sin dar lugar a ninguna referencia hacia el PRO.
Sin embargo, la situación no solo atraviesa al partido de Mauricio Macri, sino que también preocupa a varios intendentes radicales, que ven con interés la posibilidad de explorar caminos alternativos dentro de una avenida del medio, que les permita mantener el control de sus territorios ante la avanzada libertaria.
Malas noticias para Cristian Ritondo
El lunes pasado, Cristian Ritondo convocó a los intendentes amarillos a una videoconferencia que lejos estuvo de generar la unanimidad que el presidente del PRO bonaerense esperaba. De los 13 municipios que gobierna el partido amarillo, apenas 4 mostraron disposición a avanzar en un acuerdo para pintarse de violeta bajo el sello de La Libertad Avanza.
La reunión virtual, que duró poco menos de una hora y contó con la ausencia de Ramón Lanús (San Isidro), puso en evidencia de la discusión que atraviesa el partido. Ritondo intentó transmitir los avances de sus conversaciones con el armado libertario provincial, a cargo de Sebastián Pareja, pero se encontró con una resistencia más sólida de la prevista.
Los cuatro distritos que dieron luz verde al acuerdo representan un abanico territorial diverso pero numéricamente insuficiente para Ritondo: Mar del Plata, donde Guillermo Montenegro viene participando activamente de las negociaciones con la cúpula libertaria; Zárate, bajo la conducción de Marcelo Matzkin; Pinamar, gobernada por Juan Ibarguren; y Arrecifes, en manos de Fernando Bouvier.
El panorama se complica significativamente en los nueve municipios restantes: Lobos, Campana, Junín, Vicente López, Nueve de Julio, Coronel Pringles, Pergamino, Puán y San Isidro. En estos territorios, los jefes comunales plantean objeciones que van desde la pérdida de autonomía en la confección de listas hasta la desconfianza hacia delegados del oficialismo nacional que “no muestran voluntad de acordar”.
La tensión se intensifica porque La Libertad Avanza exige no solo el sello partidario sino también el control de las primeras posiciones en las listas de concejales, una demanda que los intendentes consideran inaceptable.
“Reclaman ser quienes tengan la lapicera para ubicar a los propios en los primeros lugares“, señalan fuentes del PRO, evidenciando la magnitud del control que pretenden ejercer los libertarios.
El mapa de un partido conflictuado
En una reunión presencial realizada en la sede porteña del PRO, los intendentes ya habían planteado sus reservas. En ese encuentro, encabezado por Ritondo y Diego Santilli, los alcaldes dejaron en claro que no estaban dispuestos a entregar completamente sus estructuras territoriales a cambio de un acuerdo.
La resistencia se articuló en torno a una premisa central: mantener la lapicera en los trece distritos que gobiernan, aunque esto implicara no colocar exclusivamente apellidos propios. La estrategia buscaba asegurar las cabezas de lista mientras permitía cierta participación libertaria en posiciones secundarias.
Los intendentes argumentaron entonces que en muchos concejos deliberantes los bloques libertarios “jamás votan alineados con los bloques macristas”, e incluso en algunos casos actúan “contra la gestión municipal”.
La resistencia tiene como protagonistas a los municipios alineados a Mauricio y Jorge Macri. Vicente López (Soledad Martínez), Junín (Pablo Petrecca), Nueve de Julio (María José Gentile) y Pergamino (Javier Martínez). Este sector siempre abogó por la conformación de un “gran frente antikirchnerista” que no implique la disolución del partido dentro de la propuesta mileísta.
En el extremo opuesto, el grupo que rodea a Montenegro había mostrado mayor predisposición al acuerdo, incluyendo a figuras como Lisandro Matzkin (Coronel Pringles), Diego Reyes (Puán), Jorge Etcheverry (Lobos) y Sebastián Abella (Campana).
Sin embargo, varios de los que abogaban por un acuerdo luego pasaron a tomar una posición de cautela ante las exigencias de Karina Milei y sus armadores, que pretenden hegemonizar las listas.
El caso de Ramón Lanús merece mención aparte. Su ausencia del Zoom con Ritondo no fue casual: el intendente de San Isidro mantiene diferencias con la conducción partidaria desde que Mauricio Macri forzó la renuncia del Consejo Provincial para ungir a Ritondo.
Lanús, alineado con Patricia Bullrich y Diego Valenzuela, no tiene previsto pasarse a La Libertad Avanza, pero tampoco seguiría la línea oficial del partido, explorando una estrategia propia que le permita consolidar su electorado sin subordinarse al Gobierno nacional.
Lo cierto es que en algunos municipios del PRO ya se discuten alternativas para competir con otros sectores, incluyendo la UCR, el peronismo no kirchnerista y partidos vecinalistas. Un contexto en el que gana fuerza el interés por transitar la “amplia avenida del medio”.
La lógica electoral que sustenta esta búsqueda se basa en el carácter seccional y municipal de los comicios de septiembre, que podría favorecer esquemas locales focalizados en preservar los concejos deliberantes. Algunos intendentes admiten que prefieren “perder uno o dos concejales en el revoleo, pero tener un bloque propio, sin influencia de la Casa Rosada”.
El radicalismo también busca alternativas
El PRO no es el único que se debate un acuerdo con los libertarios, en la UCR se llevó adelante una ronda de consultas en las ocho secciones electorales de la provincia, liderada por Miguel Fernández y Pablo Domenichini, de la que emergió un rechazo contundente: el 80% de los distritos no quiere saber nada con un acuerdo con La Libertad Avanza.
La situación responde a múltiples factores. En primer lugar, la percepción de que “no es necesario un pacto con los libertarios para mantener la mayoría en los Concejos Deliberantes”.
En segundo término, la observación del “destrato muy grande hacia el PRO” por parte de los libertarios, que genera dudas sobre las verdaderas intenciones de los libertarios respecto a sus eventuales socios.
“No estamos de oferta”, habían anticipado los 27 intendentes radicales en mayo, y esa posición se consolidó tras las consultas formales. La dirigencia radical reconoce los riesgos de la decisión: “No desconocemos que parte de nuestro electorado está con los libertarios. Algunos distritos incluso pueden perder la elección”, admiten.
Ante el rechazo al acuerdo libertario, la UCR bonaerense explora dos caminos principales. Una parte se inclina por “un acuerdo de centro” que podría incluir sectores del PRO disidentes y del peronismo no kirchnerista. Otra fracción prefiere mantener la tradicional “Lista 3”, la denominación histórica del radicalismo en las boletas electorales.
La búsqueda de un armado de centro encuentra referencias concretas en figuras como Manuel Passaglia, el intendente de San Nicolás que rechazó la alianza libertaria y lanzó un proyecto propio en el norte provincial. También miran con interés a Petrecca y Gentile, ambos intendentes del PRO que muestran reservas hacia el acuerdo con Ritondo.
La situación en la Legislatura añade complejidad al panorama radical. El partido renueva varias bancas en ambas cámaras y existe la posibilidad de no alcanzar los pisos mínimos en las secciones electorales.
Más allá de eso, en el Comité Provincia esperan lograr un único acuerdo para toda la provincia. “Ya se hizo la consulta a intendentes, legisladores y titulares de los comités. Ahora se viene una definición”, dicen en el partido.
Tras la disputa por la conducción del partido que sostuvieron Maximiliano Abad y Martín Lousteau, quedaron al frente del espacio Miguel Fernández y Pablo Domenichini. Sin embargo, Fernández parece haber comenzado a tomar distancia de Abad y mostrarse más en línea con los intendentes.
Schiaretti, Manes y la opción de la tercera vía
En este contexto de fragmentación y búsqueda de alternativas, la presentación pública de Juan Schiaretti y Facundo Manes toma particular relevancia. La dupla, que había mantenido encuentros reservados, decidió oficializar su frente transversal en La Plata, con el que podría capitalizar el creciente interés por una “tercera vía”.
El conversatorio en el Centro Cultural Malvinas Argentinas está agendado para el jueves y los organizadores prevén que la aparición de ambos dirigentes “generará ruido en la convulsionada provincia de Buenos Aires“, donde tanto el peronismo como la ex Juntos por el Cambio atraviesan crisis internas que abren espacios para nuevas construcciones políticas.
La estrategia de Schiaretti y Manes apunta directamente a los sectores que rechazan tanto el kirchnerismo como el sometimiento a La Libertad Avanza. “Hay una parte que quiere la fusión con las fuerzas del cielo, pero hay otra que no está dispuesta a venderle el alma a Karina Milei”, analizan en el entorno del ex gobernador cordobés.
La antesala del evento tampoco será menor. Julio Zamora, intendente de Tigre, oficiará como anfitrión de un encuentro de autoridades municipales bonaerenses que funcionará como termómetro del interés que genera la propuesta.
La lista preliminar incluye nombres como Guillermo Britos (Chivilcoy), Salvador Serenal (Lincoln), Nahuel Mittelbach (Florentino Ameghino), el ex intendente Joaquín de la Torre y Fernando Gray (Esteban Echeverría).