Pese a mostrarse como el líder y gran elector del PRO, Mauricio Macri no puede resolver la interna bonaerense de su partido. Convocó a la mesa provincial de dirigentes amarillos, llegó tarde, hablaron poco y no se resolvió nada. Se habló de no abrir internas en intendencias y se sugirió unificar el candidato a gobernador, propuesta que Ritondo rechaza de plano.
Luego de confirmar que no será candidato presidencial, Macri intenta mostrarse como el líder indiscutido del PRO. En un juego a dos puntas territoriales busca imponer a su primo Jorge Macri como único candidato amarillo en la Ciudad de Buenos Aires, y por otro lado se metió de lleno en la interna bonaerense, donde la balcanizada interna amenaza con desplazar a Juntos por el Cambio a un tercer lugar en las PASO 2023.
Para abordar la problemática en el principal distrito electoral del país, la Mesa Bonaerense del PRO fue convocada por el propio Macri para reunirse en sus oficinas de Olivos. Sin embargo, el ex presidente llegó media hora tarde, y el encuentro no duró más de media hora.
De los 21 presentes, entre quienes estaba el intendente bahiense Héctor Gay, sólo hablaron cinco personas. Cuatro de la provincia, entre los que se encontraron Néstor Grindetti, intendente de Lanús y precandidato a gobernador por el “ala dura”; el diputado Cristian Ritondo del vidalismo que podría migrar a las filas de Patricia Bullrich; el titular del partido provincial, Jorge Macri y el también bullrichista intendente de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel. Quien fue el centro del encuentro fue el propio ex mandatario.
Blindar las intendencias
Delante de Diego Santilli, Ritondo y otros anotados para la gobernación, Macri les sugirió que debían cuidar el territorio. Para eso en los 22 distritos que o bien gobierna el PRO o los amarillos tienen chances de victorias electorales, los intendentes y candidatos fuertes no deben tener rivales en las primarias.
De los 135 municipios que componen la provincia de Buenos Aires, 22 gobierna el PRO, más otras cuatro manejadas por partidos vecinales con guiños al macrismo y que podrían considerarse como aliados. Los jefes comunales amarillos no quieren que se les arme internas en sus terruños, y por ello proponen al menos dos planes para armar la estrategia electoral que tienen en común la lista única local: Los planes “V” e “Y”.
El “Plan V” traccionaría los votos “de arriba hacia abajo“. En este esquema, un único candidato a intendente se podría “colgar” de dos boletas presidenciales y dos para la gobernación, acaparando votos de todos los sectores posibles sin depender del corte de boleta. Una práctica muy marginal a la hora de contar los sufragios.
En cambio, el “Plan Y” sería en sentido inverso: “de abajo hacia arriba”. Aquí se mantendría un único candidato comunal, y dos presidenciales, pero se llegaría a un único postulante para la gobernación. Según insinuó Macri, esta sería la opción más viable.
¿Único candidato a gobernador?
Sucede que, además de abogar porque no se les abran internas en el territorios, en un sector del PRO aseguran que si van con dos o más candidatos a gobernador, corren el riesgo de dividir el voto a tal punto de salir terceros en las primarias, detrás de Axel Kicillof y el candidato “libertario” que ponga Javier Milei.
Por más que en las generales eso no se repita, quedará la foto del tercer lugar hasta octubre.
Esa idea es rechazada de plano por Ritondo. En su entorno cree que es una estrategia del larretismo para sacarlo de la cancha. Incluso, el diputado cuestionó las versiones periodísticas que dieron cuenta de de la propuesta de síntesis para la gobernación.
“Es mentira, (Maci) nunca habló de un candidato a gobernador, no sé de dónde viene pero es muy mala información de la reunión”, dijo el jefe de la bancada PRO en Diputados.
Ritondo dijo que Macri “alienta la competencia pública“. “No sé quiénes no quieren competencia, los que tendrán miedo de la competencia“, dijo en aparente alusión al sector de su rival en la interna bonaerense del PRO, Diego Santilli.
El descontento del ex ministro bonaerense llega a tal punto que desde sus círculos más cercanos afirman “en off” que “si siguen jodiendo se va con Milei“.
La fiscalización
Otro de los temores de los candidatos nacionales -y en menor medida provinciales- radica en la necesidad de la fiscalización sin arbitrariedades en los cuartos oscuros.
A la hora de la verdad, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich -los precandidatos presidenciales- no tienen la certeza que los jefes comunales no inclinarán la cancha hacia el campo de sus postulantes preferidos, así sea por afinidad ideológica o personal.
Es por ello que al Jefe de Gobierno porteño y la ex ministra de Seguridad no les convencen los planes “V” e “Y”. Ambos presuponen que sus caciques locales aliados jugarán tanto para ellos como para su adversario interno.
El factor Milei
En el breve encuentro en Olicos no hubo tiempo para profundizar sobre otro de los temas que preocupan la provincia, la figura de Javier Milei.
El ultra derechista, que todavía no mostró un candidato bonaerense, apareció muy bien posicionado en las encuestas nacionales y un nombre fuerte en Buenos Aires podría poner en aprietos a Juntos.
Por eso se trabaja en un intento de alianza con José Luis Espert para sumarlo al armado cambiemita. Algo que se le atribuyó directamente al larretismo como una maniobra para erosionar competidores internos. Aunque según el propio Espert es una idea que también cuenta con el aval de Macri.