Una comitiva de la CGT se reunió con representantes del Gobierno de Javier Milei para discutir la reglamentación de la reforma laboral y aceptó participar de la mesa tripartita con empresarios a la que había convocado el oficialismo, un acuerdo para el que Santiago Caputo fue clave.
Representantes del Gobierno de Javier Milei y la Confederación General del Trabajo (CGT) se reunieron este lunes 30 de septiembre en la Casa Rosada, donde acordaron la conformación de una mesa tripartita que incluirá al sector empresarial.
La reunión se produce en la previa de la marcha federal universitaria agendada para el 2 de octubre y el paro general de transporte proyectado para el próximo 17 de octubre. Además, ocurre luego de que el gobierno reglamentara el capitulo laboral de la Ley Bases.
El encuentro, que tuvo lugar en el Salón de los Escudos, contó con la presencia del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el secretario de Trabajo, Julio Cordero, y el asesor presidencial Santiago Caputo, quien habría sido fundamental para que el gobierno lograra una tregua con los sindicalistas. A ellos se sumó el asesor de la secretaría de Trabajo, Guillermo Comadira.
Entre tanto, la delegación de la CGT estuvo encabezada por los secretarios generales Héctor Daer y Carlos Acuña, junto a otros representantes sindicales de peso. Por su parte, estuvo ausente Pablo Moyano, quien avanza en una mesa nacional del transporte y prepara medidas de fuerzaante el intento de privatizar Aerolíneas Argentinas.
Entre los principales acuerdos alcanzados se destaca la creación de una mesa tripartita que incluirá al gobierno, la CGT y el sector empresarial. Se trata de una propuesta del oficialismo para abordar diversos aspectos de la agenda laboral, incluyendo la controversia generada por la reciente reforma laboral.
Cabe recordar que los dirigentes cegetistas habían rechazado la propuesta en julio, en el marco de sus cuestionamientos a la figura de “colaboradores independientes” y la vuelta del Impuesto a las Ganancias.
Sin embargo, en esta oportunidad tanto desde fuentes oficiales como desde el sindicalismo acordaron en la necesidad de mantener un contacto directo, lo que da a entender que el diálogo se mantendrá en el tiempo.
El listado de presentes también incluyó a Jorge Sola (Sindicato del Seguro), Andres Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Cristian Gerónimo (Sindicato de Empleados de la Industria del Vidrio y Afines, Seivara), Robustiano Geneiro (UTHGRA), Maia Volcovinsky (UEJN), Luz Marina Jaureguiberry (SADOP), Sergio Romero (UDA), Roberto Fernández (UTA) y Daniel Ricci (FEDUN).
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¿Qué dejó la reunión entre la CGT y el gobierno?
En línea con esto, tras el encuentro Cordero manifestó que “la mesa del diálogo es absolutamente necesaria y es fundamental para el país”. Además, anunció la conformación del Consejo de Mayo, que incluirá representantes tanto del sector empresarial como sindical.
Cabe recordar que el Consejo de Mayo había sido anunciado por el gobierno hace meses, tras la firma del Pacto de Mayo con Gobernadores y la promesa de la puesta en práctica de un mecanismo de diálogo directo entre las partes.
Sin embargo, desde entonces el gobierno no ofreció más novedades al respecto. En sus más recientes declaraciones al respecto, Cordero reconoció que el representante del sindicalismo todavía no fue nombrado, y sostuvo que “se va a conversar con las partes y lo va a elegir el Poder Ejecutivo”.
Por su parte, Héctor Daer expresó particular preocupación por el artículo 242 de la Ley Bases, que trata sobre el despido con causa en casos de bloqueos laborales. “Este artículo tiene una mala redacción, fue agregado en el Senado y precisamente lo que necesita es una reglamentación que pueda corregir esto”, expresó, al tiempo que agregó:
“Quedamos en la constitución de una vía administrativa para resolver todo en un acuerdo entre la Secretaría de Trabajo, la CGT y el sector empresarial, para darle precisión a algo que tiene una vaguedad importante en esto de las tomas total o parcial (de una empresa durante las protestas gremiales). Si hay bloqueo, hay bloqueo y si no lo hay, no lo hay. Esto de bloqueo total o parcial es una vaguedad absoluta”.
Otros temas discutidos incluyeron la situación de Aerolíneas Argentinas y preocupaciones en el sector de la salud, donde los sindicalistas anticiparon que solicitarán una reunión con el nuevo ministro del área, Mario Lugones, para tratar temas como el financiamiento de tratamientos de alta complejidad y la deuda del Estado con las obras sociales.
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La presencia de Santiago Caputo
Con esta reunión, el gobierno sinceró una relación que venía preparando desde hace varias semanas y que concuerda con la preocupación en Casa Rosada por la caída de la imagen del libertario.
En este contexto, fue central la gestión de Santiago Caputo a través de distintos intercambios con Héctor Daer y Gerardo Martínez, el sector más dialoguista con el oficialismo. A partir del paro general de enero, el asesor estrella del presidente comenzó a trabajar en aceitar los vínculos con los gremialistas.
Uno de los presentes en la charla incluso reconoció que “el pibe te habla en el mismo idioma“, lo que parece haber ayudado a consolidar una relación estrecha con parte de la cúpula de la CGT.
Para ellos, Caputo se presenta como una figura más permeable a los reclamos, a diferencia del Ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger. Sin embargo, los participantes del diálogo mantuvieron en secreto este acercamiento hasta ahora.
Desde el sector prefirieron celebrar las gestiones de la oposición colaboracionista a la hora de achicar el capítulo laboral de la Ley Bases en el Congreso, que pasó de tener 58 artículos (casi iguales al mega DNU de diciembre y actualmente frenado por la Justicia) a conservar solo 16.
Según trascendió, Caputo también gestionó un guiño al sindicalismo al pedir a los legisladores libertarios que frenen en la Cámara de Diputados el debate para limitar la reelección y las cajas de los sindicalistas.
En medio de un contexto económico y social cada vez más complicado (y con una pobreza que asciende al 52,9%, según el último informe de INDEC), y la creciente presión del sector gremial de Pablo Moyano y los gremialistas más cercanos al kirchnerismo, la tregua le da aire al gobierno de cara al paro de transporte.