Con el PRO devorado y los provincialismos devaluados, Milei apuesta a reactivar las relaciones con sus aliados

Javier Milei pretende “buscar nuevos acuerdos” con el PRO y los gobernadores de Provincias Unidas para impulsar su agenda en el Congreso, a sabiendas de que ambos espacios encaran las negociaciones debilitados por los resultados de las Elecciones 2025.

El triunfo electoral de Javier Milei en las elecciones de medio término del domingo 26 de octubre significa una fuerte redistribución de las bancas en el Congreso de la Nación, que no solo le permitirá al gobierno de La Libertad Avanza contar con el tercio necesario para defender sus vetos, sino que lo deja cerca de tener los números para impulsar sus proyectos de ley.

Tras conocer los resultados, el Presidente abrió públicamente las puertas al diálogo con sus aliados habituales. “Tenemos que sentarnos a buscar nuevos acuerdos”, declaró Milei el lunes posterior a los comicios.

Sin embargo, tanto el PRO de Mauricio Macri como los gobernadores que firmaron el Pacto de Mayo ahora enfrentan las negociaciones completamente devaluados, una debilidad que el mandatario libertario tiene previsto explotar en las conversaciones.

La Casa Rosada ya no depende de sus antiguos socios para gobernar, al menos no en los mismos términos que antes de la elección. Ahora el oficialismo puede redefinir las condiciones de cualquier acuerdo desde un lugar mucho más cómodo.

Provincias Unidas fue el gran derrotado en elecciones marcadas por la polarización

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Milei se siente más fuerte para las negociaciones

El Javier Milei que se mostró el domingo a la noche abierto a acuerdos con la oposición empezó a darle lugar al más conocido que desprecia ese tipo de negociaciones. Ya el lunes en la Casa Rosada relativizaban la necesidad de acordar con Mauricio Macri y los gobernadores, según revelaron fuentes del gobierno nacional.

Estoy dispuesto a sentarme con los gobernadores. Yo no tengo problema con ninguno de ellos. Muchos de ellos ayer me escribieron para felicitarme. Yo tengo contacto con ellos. Hay toda una parafernalia fantasmagórica que no existe. Además, antes yo no me ocupaba de eso, hace un tiempo que me vengo ocupando activamente“, planteó el Presidente durante una entrevista el lunes.

La idea de la Rosada es volver a impulsar una suerte de Pacto de Mayo antes del recambio legislativo del 10 de diciembre. Con algunos mandatarios deberá reconstruir puentes rotos y recuperar el apoyo de un bloque que parecía sólido después de la reunión de junio en el CFI que impulsó las leyes de reparto de ATN, posteriormente vetada por el propio Milei.

Esa relación con los gobernadores es sinónimo de gobernabilidad para Estados Unidos, patrocinador del gobierno libertario, y estuvo sobre la mesa como una de las exigencias del Tesoro para el rescate financiero que le permitió al gobierno llegar con vida a las elecciones de medio término.

El ministro del Interior, Guillermo Francos, adelantó los planes del oficialismo: “Debemos modificar la Ley de Contrato de Trabajo y las leyes tributarias y en eso está trabajando el Consejo de Mayo, con el que ya hemos tenido muchas reuniones, y vamos a presentar propuestas en diciembre, para que sean tratadas en un Congreso con una composición diferente”.

Sin embargo, el diagnóstico interno del gobierno respecto a sus potenciales socios es cada vez más duro. Fuentes del gobierno nacional dijeron que el Presidente no piensa negociar nada con Macri, a quien consideran que perdió mucho poder en el Congreso y tampoco tuvo un peso sustancial en la negociación del acuerdo con el PRO.

“No le va a atender ni el teléfono”, dijeron en la Rosada en respuesta a lo que había dicho Macri al salir de votar: “Milei tiene mi número, si necesita algo me va a llamar“. La relación entre ambas partes siempre fue todo menos estable. Aunque el bloque amarillo en el Congreso opera como aliado, hasta ahora tenía elementos para negociar condiciones con el libertario.

El diagnóstico es igual de duro respecto a los gobernadores de Provincias Unidas, los aliados naturales de Milei para sacar las reformas en el Congreso. El fuerte traspié del armado de centro en su primera elección les bajó el precio político.

“Los gobernadores no valen nada”, dijo el lunes una fuente del gobierno nacional, dejando en claro que aunque probablemente haya algún tipo de acuerdo con ese sector, las condiciones de la negociación serán muy diferentes a las que imaginaron los mandatarios antes de las elecciones.

En la Rosada aún no hay un interlocutor definido para las negociaciones: ese rol debería ocuparlo el flamante ministro de Interior, Lisandro Catalán, pero carece de volumen político. Diego Santilli, Santiago Caputo y el propio Francos se pelean por ponerse ese saco.

Firma del “Pacto de Mayo”

El caso del PRO, devorado por La Libertad Avanza

Javier Milei exhibió sus dos trofeos electorales sobre el escenario del búnker de La Libertad Avanza en la noche del triunfo. Diego Santilli, protagonista de la victoria electoral en la provincia de Buenos Aires, y Patricia Bullrich, símbolo de una aplastante victoria en la Ciudad de Buenos Aires, fueron los primeros en subir al festejo con el Presidente, quien los ostentó como propios.

Si el mandatario venía dando poca atención a Macri y sus reclamos antes de las elecciones, a partir del lunes el panorama para el jefe del PRO es aún más desolador.

La Libertad Avanza ya no depende del macrismo para blindar los vetos presidenciales en la Cámara de Diputados, donde a partir del triunfo electoral trepa a un bloque propio de 93 legisladores nacionales, por encima del tercio necesario para resistir cualquier insistencia de la oposición en el recinto.

Milei no sólo absorbió, primero en el Gabinete y luego como candidatos de La Libertad Avanza, a Bullrich y Luis Petri, integrantes de la última fórmula presidencial de Juntos por el Cambio auspiciada por Macri.

También se quedó con el apoyo del PRO residual en la Cámara de Diputados, un bloque a cargo de Cristian Ritondo, ya más alineado a Milei al igual que Santilli y Guillermo Montenegro. Podría considerarse que ya son dirigentes de la tropa libertaria aunque formalmente pertenecen al partido amarillo.

El expresidente erró en su alejamiento apresurado de la campaña de La Libertad Avanza con la foto diferenciada de “sus” candidatos en la semana previa a la elección y el ninguneo a los libertarios con el apoyo acotado a Fernando de Andreis a días de los comicios.

“Yo espero que el Gobierno emprenda esta agenda de cambio que todo el mundo espera, que refuerce su equipo, que refuerce la gobernabilidad, que es el reclamo de todos para que haya estabilidad y que podamos crecer”, fue el fallido intento de Macri por marcarle la cancha a Milei.

Con una interna a cielo abierto en Diputados, donde María Eugenia Vidal y Silvia Lospennato se declararon en rebeldía y hasta se manifestaron en contra del acuerdo electoral con La Libertad Avanza, Milei fagocita a los principales dirigentes del PRO y los asimila a su gobierno.

En Entre Ríos, el gobernador Rogelio Frigerio salió fortalecido a partir de su acuerdo con la Casa Rosada, alejado del partido amarillo. En la provincia de Buenos Aires, Diego Santilli se convirtió en el protagonista de una inesperada victoria que lo posiciona para la pelea por la gobernación en 2027.

El aporte amarillo fue sustantivo para el triunfo de La Libertad Avanza en Buenos Aires, incluso en aquellos municipios que habían puesto resistencia al acuerdo con la Casa Rosada previo a las elecciones de septiembre. En las 12 intendencias bonaerenses gobernadas por el PRO, la alianza electoral mantuvo o amplió la diferencia con el peronismo.

En Junín, La Libertad Avanza creció 24 puntos, ya que había quedado tercera con el 24% en septiembre y el domingo ganó con el 48%. Allí, el intendente Pablo Petrecca encabezó la lista al Senado provincial en el frente Somos Buenos Aires, sello que no jugó en los comicios de octubre.

En Pergamino, Javier Martínez jugó el mes pasado con el sello Hechos, y La Libertad Avanza se ubicó en el tercer puesto con el 25%. El domingo ganó por más de 20 puntos de diferencia sobre el segundo: obtuvo el 51% de los sufragios.

En General Pueyrredón, municipio gobernado por Guillermo Montenegro, la tropa libertaria logró 39% en las elecciones provinciales. Ante el choque de modelos fomentado por la polarización, los libertarios subieron a 49% y arrasaron. En dos distritos grandes del conurbano gobernados por el PRO, se repitió la elección.

En Vicente López, conducido por la jorgemacrista Soledad Martínez, la alianza alcanzó 55 puntos. Y en San Isidro, donde gobierna el bullrichista Ramón Lanús, obtuvo el 57% en ambos comicios. En Zárate, donde gobierna Marcelo Matzkin, un hombre de Cristian Ritondo, la alianza electoral logró 40 puntos, seis más que en septiembre.

El PRO perderá representación parlamentaria a partir del 10 de diciembre, a lo que suma la errática estrategia de Macri como presidente del partido: de haber entregado desde el color de la boleta hasta la marca electoral y las candidaturas a La Libertad Avanza en estas elecciones.

En Río Negro, el macrismo se presentó en soledad y salió en el sexto lugar, con el 2,74% de los votos. En Córdoba, la boleta PRO quedó décima, con 0,59% de los votos. Y en Santa Cruz, cosechó sólo el 7,74% de los votos. Una crisis terminal que pone al PRO al borde de la extinción y a Macri al borde de la jubilación política.

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El caso de los Gobernadores, complicados en sus distritos

De los 23 gobernadores -sin contar al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri– solo nueve lograron imponerse en sus distritos. El categórico triunfo en el país de los libertarios también deja en una posición de debilidad a los mandatarios de cara a las próximas elecciones.

Los pocos gobernadores que ganaron en sus territorios fueron Raúl Jalil en Catamarca; Osvaldo Jaldo en Tucumán; Gustavo Valdés en Corrientes; Gildo Insfrán (Formosa); Sergio Ziliotto (La Pampa); Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y los tres aliados electorales de La Libertad Avanza: Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Alfredo Cornejo (Mendoza) y Leandro Zdero (Chaco).

San Luis es un caso particular porque Claudio Poggi no presentó lista y adelantó que votaría por los libertarios. La elección también terminó con derrotas para Maximiliano Pullaro en Santa Fe, de Juan Schiaretti y Martín Llaryora en Córdoba, de Carlos Sadir en Jujuy y de Nacho Torres en Chubut (sólo se anotó un triunfo Gustavo Valdés en Corrientes).

Pese al catastrófico desempeño electoral, muy por debajo de lo que todos imaginaban, el entramado de Provincias Unidas sostiene un bloque de 8 diputados y 5 senadores, cuyo apoyo podría ser clave para los planes de Casa Rosada.

De los partidos provinciales, no lograron ratificar su poder territorial Rolando Figueroa (Neuquén); Claudio Vidal (en Santa Cruz ganó el kirchnerismo); Gustavo Sáenz (Salta); Oscar Herrera Ahuad (Misiones) y Alberto Weretilneck (Río Negro).

El sanjuanino Marcelo Orrego quedó segundo, con el peronismo imponiéndose en el distrito, mientras que la fuerza de Ignacio Torres en Chubut (parte de Provincias Unidas, aunque con sello propio) terminó tercera.

Ni siquiera las iniciativas que los propios mandatarios consensuaron impulsar en conjunto, como la nueva distribución de los ATN y el cambio en el esquema de reparto del impuesto a los combustibles, prosperaron. La primera fue vetada por el Presidente y la segunda sigue en debate, aunque ahora en una situación mucho más precaria.

Del grupo de peronistas y sus aliados, tuvieron resultados positivos Sergio Ziliotto en La Pampa, Ricardo Quintela en La Rioja y Gerardo Zamora, quien en diciembre dejará su cargo en Santiago del Estero. En Buenos Aires, el peronismo perdió por medio punto, aunque logró sumar un diputado, según destacó Axel Kicillof.

Milei fue tajante con el grupo de peronistas más críticos de Casa Rosada, y decidió excluirlos de cualquier tipo de conversación. En la mayoría de los casos, como ocurrió con Kicillof, Milei viene negándose a sostener ningún tipo de diálogo con el bonaerense, uno de los mandatarios al que castiga con más saña desde que comenzó su gobierno.

La ministra de Seguridad Nacional y senadora electa por la Capital Federal, Patricia Bullrich, opinó que el Gobierno abrirá una etapa de diálogo con gobernadores y miembros de la oposición, pero no incluirá a aquellos que “tienen la cabeza formateada en el kirchnerismo”.

“Vamos a buscar a todos aquellos que no tienen la cabeza formateada en el kirchnerismo porque estos tienen un país atrasado en su cabeza”, manifestó Bullrich, para quien el objetivo es abrir un diálogo con gobernadores “de Provincias Unidas y con otros que vienen del viejo Juntos por el Cambio”.

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