En una demostración de fuerza y territorialidad, Rodríguez Larreta convocó de urgencia al Consejo Directivo del PRO para tratar la incorporación de José Luis Espert a Juntos por el Cambio y dejar abierta la puerta para sumar a Schiaretti y Stolbizer. La jugada podría terminar en los tribunales y complicar aún más el cuadro de la alianza opositora.
Horacio Rodríguez Larreta avanza con su intención de sumar nuevos espacios y referentes a JxC y el enfrentamiento con Patricia Bullrich y Mauricio Macri se profundiza.
En medio de la tensión generada por la propuesta de sumar al gobernador de Córdoba Juan Schiaretti, el jefe de Gobierno logró apurar el desembarco del diputado liberal que era resistido por Bullrich, bajo la sospecha de que se trata de una maniobra del alcalde para restarle votos en la interna. Tras tres horas de discusión vía Zoom, Larreta logró que se apruebe su objetivo, aunque a pedir del macrismo, no se fijó un plazo para cumplirlo.
La entrada de José Luis Espert a la alianza ya cuenta con la aprobación de la UCR, el Peronismo Republicano y la Coalición Cívica.
Pero además, el comunicado que publicó el Consejo tras el encuentro da señales que Larreta además consiguió dejar la puerta abierta a la incorporación de Schiaretti y también de Margarita Stolbizer.
“En el día de la fecha (por el martes) se reunió el Consejo Directivo del PRO Nacional para intercambiar opiniones respecto a la política de alianzas. Se ratificó la vocación permanente e irrenunciable del PRO en la búsqueda de ampliación del frente Juntos por el Cambio”, comenzó el comunicado difundido después del cónclave.
El término “vocación permanente e irrenunciable” para la “ampliación” es la clave: deja abierta la posibilidad de sumar al gobernador de Córdoba, una jugada de Larreta resistida por Bullrich y Macri.
El delegado larretista en el Consejo es Eduardo Macchiavelli, dirigente de confianza del alcalde y su principal armador político en las provincias. Por el lado de Bullrich, el representante es el diputado Federico Angelini, actual presidente del PRO y hombre de confianza de Macri.
“En ese marco, y atendiendo a lo decidido por la Asamblea Nacional (del PRO) que designó con firma conjunta a Federico Angelini y Eduardo Macchiavelli, presidente y secretario general del Consejo, respectivamente, se recomendó a los mismos avanzar en las tratativas tendientes a la incorporación de José Luis Espert al frente Juntos por el Cambio”.
Las tensiones entre el larretismo y el bullrichismo se potenciaron en las últimas horas, a tal punto que allegados a la ex ministra de Seguridad acusaron a los larretistas de “forzar la votación en el Consejo” para definir el ingreso inmediato de Espert.
Sucede que este lunes se reunieron -brevemente- los presidentes de los partidos miembros de Juntos por el Cambio. El encuentro que apenas duró 8 minutos tenía por intención tratar las incorporaciones de Schiaretti, Espert y Stolbizer. Aunque el eje de la polémica fue la situación del cordobés, en rigor, el punto que estalló el final del cónclave fue la figura del liberal.
Resulta que Angelini, quien pese a ser presidente del PRO responde directamente a Bullrich y Macri, afirmó ante Gerardo Morales (UCR), Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica) y Miguel Ángel Pichetto (Encuentro Republicano Federal) que sólo aceptaría el ingreso de Espert si este bajaba su candidatura presidencial y se presentaba para la gobernación bonaerense.
Ante tal reclamo, Morales y Pichetto cruzaron al bullrichista: “¿Venís en representación del PRO o de una facción?”, le replicó el jujeño. Ante el silencio de Angelini, Pichetto lo cruzó: “No nos hagas perder el tiempo, volvé cuando tengas una posición unificada del PRO“, y la reunión se terminó abruptamente, pasando a un formal cuarto intermedio, que no hace más que estirar la lenta agonía de la alianza opositora.
En este contexto, Rodríguez Larreta convocó de urgencia al Consejo del PRO para lograr una postura del partido en al menos una de las posibles incorporaciones. Este era el terreno favorito para el Jefe de Gobierno, que cuenta con una ventaja considerable respecto a Bullrich: armado territorial.
El Consejo está compuesto por los presidentes del partido en las 24 provincias y más de 40 miembros de la mesa ejecutiva. De los 24 distritos nacionales, 19 están alineados con Larreta mientras que otros 5 responden a Bullrich.
El bando “halcón” al menos pudo lograr estirar las definiciones. Técnicamente sólo se aprobó “avanzar en las tratativas tendientes a la incorporación” del libertario, no así su inmediata y efectiva incorporación.
De hecho, el documento publicado hace énfasis también en el poco tiempo que queda para la fecha límite para el cierre de alianzas, que será el próximo miércoles 14 de junio, tan sólo una semana:
“Se resolvió, asimismo, que dado el inminente vencimiento del plazo para la constitución de alianzas, se reúnan todas las veces que se requiera para escuchar las opiniones del conjunto del consejo”, completó el texto, sugiriendo que la batalla no terminó aún.
Judicialización y posible ruptura
El bullrichismo aún cuenta con una carta que podría empantanar todo el asunto: llevar la disputa al terreno del Poder Judicial.
Semanas atrás se reunió la Asamblea Nacional del PRO y mandató por unanimidad a Angelini y Macchiavelli para que firmaran la incorporación del partido a Juntos por el Cambio con la conformación de ese momento.
Para modificar ese mandato hacen falta dos tercios de la asamblea y ni Larreta ni Bullrich pueden lograr esa mayoría en la asamblea que preside Humberto Schiavoni, cercano a Patricia.
Por eso la movida corre el riesgo de terminar en la Justicia: sus rivales aseguran le corresponde a la Asamblea Nacional y no al Consejo Directivo ratificar la política de alianzas, por lo que podrían impugnar cualquier movimiento del alcalde.
La jugada larretista puede terminar de dos formas antagónicas. Podría ser una contundente victoria del alcalde, logrando sumar al liberal y quizás incluso al cordobés. Esta posibilidad abre un abanico enorme de posibles resultados.
Por un lado, podría ampliar la base electoral de Larreta, al menos con los puntos suficientes para vencer en la primaria, al tiempo que -si esto se da y si además gana las elecciones generales y asume la presidencia- un eventual gobierno suyo tendría mayoría automática en el Congreso y quórum propio por los legisladores Schiarettistas.
En el marco político, esto dejaría en offside a Bullrich y Macri, cuyas opciones se limitarían a aceptar ser la minoría en Juntos, encolumnándose detrás de Larreta. O directamente romper con la alianza con final incierto.
A esto se suma que el cordobés redobla la apuesta y afirma sin miramientos que no busca “incorporarse” a JxC, sino formar una alianza nueva.
“Yo no pertenezco ni voy a pertenecer a Juntos por el Cambio, nosotros somos el peronismo antikirchnerista”, dijo este martes en Río Cuarto, en donde repitió su llamado a construir “una nueva alternativa política en la que todos preserven su identidad, ir a elecciones y luego avanzar con un gobierno de unidad nacional”.
En pocas palabras, no quiere integrar la alianza opositora: quiere una nueva. Esto es, en resumen, el fin de la marca “Juntos por el Cambio“.
A esta altura del partido y con los ánimos caldeados como están, figuras como Morales y Macri no descartan que la alianza fundada en 2015 y refundada en 2019 llegue a su inevitable final.
Pero el otro escenario no es menos complejo. ¿Qué pasaría si Larreta no consigue su objetivo y el tándem Macri-Bullrich logran bloquear sus aspiraciones de ampliar Juntos?
En resumen, Larreta -y su espacio en teoría mayoritario- quedarían en offside respecto a su propio partido. Pero tanto el Jefe de Gobierno porteño, como Gerardo Morales no piensan dar marcha atrás con la incorporación de Schiaretti.
Desde los entornos del porteño y el jujeño aseguran que el plan sigue sin cambios y afirmaron que en el transcurso de esta semana -posiblemente el jueves- debe resolverse. También en el entorno de Schiaretti aseguran que no se baja del acuerdo.
Con posiciones que parecen irreconciliables, Juntos por el Cambio se asoma a un escenario de ruptura.
Además del de Morales, Larreta tiene el respaldo interno de Pichetto, Elisa Carrió y Martín Lousteau. En ese bloque hay un acuerdo muy sólido para avanzar con la incorporación de Schiaretti y ya dicen que si Macri y Bullrich mantienen la negativa podrían armar una nueva alianza.
La posibilidad de ruptura tiene muchos interrogantes. Por ejemplo, nadie sabe a ciencia cierta qué sucedería con los acuerdos en la Ciudad de Buenos Aires y las provincias si hay una ruptura de Juntos a nivel nacional. Pero esas dudas por ahora no detienen a los impulsores del acuerdo.
Manes descartado como vice
En medio de semejante embrollo, trascendió además que Larreta descartó al diputado Facundo Manes como posible compañero de fórmula y se debate entre Morales y Schiaretti como posibles candidatos a vicepresidente.
Manes tiene sobre la mesa una oferta de Larreta para encabezar la boleta de senadores en la Provincia.
El neurocientífico mantiene marcadas diferencias con Bullrich, aunque su alineamiento con Ernesto Sanz y Maximiliano Abad lo podrían forzar a negociar con la ex ministra de Seguridad, pese a que ella también lo descartó como compañero, al afirmar que quiere un “radical del interior“.
El diputado radical que no logró erguirse a sí mismo como “lo nuevo” en el partido centenario enfrenta un dilema: está acostumbrado a competir con un aparato mucho mayor al que puede garantizarle Bullrich. Y con el pleno radical jugando para Larreta, el margen de maniobra de Manes es acotado.