La Justicia Electoral desmintió las acusaciones de fraude de los libertarios

La Cámara Nacional Electoral cuestionó en duros términos a los periodistas y simpatizantes de Javier Milei que denunciaron un supuesto fraude durante las elecciones generales. “Desinforman a la opinión pública y socavan a la democracia“, indicaron.

Tras conocerse los resultados de las elecciones generales 2023, que ubicaron a Sergio Massa como el candidato más votado con el 36% de los votos, algunos periodistas y simpatizantes de Javier Milei denunciaron supuestas irregularidades y “microfraudes” para beneficiar al candidato oficialista.

En este contexto, la Cámara Nacional Electoral (CNE) publicó un duro comunicado en el que desmintió las “invocaciones de fraude sin fundamento que en estos días desinforman a la opinión pública y socavan a la democracia como sistema de creencias compartidas”.

Además, aseguró que las acusaciones que apuntan a errores en los telegramas o cargas de datos con información errónea ocurridos durante el escrutinio provisorio “desconocen que el único escrutinio válido es el definitivo a cargo de la Justicia Nacional Electoral“.

Por otro lado, desde la CNE remarcaron el “alto nivel de garantías que aseguran el respeto de la genuina expresión de la voluntad popular en la República Argentina” y recordaron que el país tiene mecanismos imparciales para resolver reclamos relacionados con el escrutinio. “Es un elemento reconocido no solo en el ámbito nacional sino también por la comunidad internacional”, indica el texto.

El comunicado, que se publica a 40 años del retorno a la democracia, también destaca que los 33 procesos electorales nacionales que se llevaron adelante en el país desde 1983 tuvieron “resultados aceptados y reconocida e indiscutida legitimidad“.

El aniversario de la elección del 30 de octubre de 1983 constituye un acontecimiento histórico que merece ser reconocido y conmemorado. Marcó el punto de partida del período democrático más extenso en la historia de nuestro país, con ejercicio pleno de los derechos políticos de la ciudadanía en la designación de sus representantes”, reza el texto.

“Su celebración importa y concierne a la ciudadanía toda”, completa, “pues los procesos electorales constituyen ya un elemento esencial de la cultura cívica y del acervo institucional de la Nación“.

Las aclaraciones de la CNE ocurren tras una seguidilla de publicaciones de simpatizantes libertarios en redes sociales que hicieron referencia a telegramas mal cargados durante el escrutinio provisorio.

A las denuncias se sumaron algunos periodistas, que argumentaron que las supuestas irregularidades tenían por objetivo perjudicar a Javier Milei. Sin embargo, este tipo de errores son habituales en los procesos electorales y -además de no tener un impacto significativo en el resultado- son corregidos durante el escrutinio definitivo.

Comunicado completo

El fantasma del fraude

Sin embargo, este tipo de denuncias se han vuelto recurrentes entre los representantes de la ultraderecha, que recurren a ellas ante resultados adversos para justificar acciones que atentan contra las instituciones democráticas.

Esto fue lo que ocurrió durante las elecciones presidenciales del 2020 en Estados Unidos. Tras conocerse los resultados de los comicios, que situaron al demócrata Joe Biden como el candidato más votado, su adversario Donald Trump se negó a reconocer su derrota, denunciando supuestas irregularidades en el conteo de votos.

Esto culminó en la invasión al Capitolio del 6 de enero de 2021, en el que un grupo de simpatizantes de Trump asaltaron el edificio mientras los legisladores comenzaban a contar los votos del Colegio Electoral para elegir a un nuevo Presidente, forzando la evacuación del recinto y la intervención de la Guardia Nacional.

A la derecha, el asalto trumpista al Capitlio en 2021, a la izquierda, el asalto bolsonarista de 2023.

Algo similar ocurrió en Brasil 2023, en el marco del balotaje del 30 de octubre entre el ultraderechista Javier Bolsonaro y Luiz Inácio “Lula” da Silva, quien finalmente fue electo como Presidente de la Nación.

Tras conocerse los resultados, Bolsonaro -ferviente trumpista- también se negó a reconocer su derrota y su partido exigió al Tribunal Superior Electoral que anule los votos de varias de las urnas electrónicas, alegando un supuesto hackeo.

A pesar de no contar con pruebas, su denuncia fue acompañada por una seguidilla de publicaciones en redes sociales asegurando que las elecciones habían sido fraudulentas.

Finalmente, el domingo 8 de enero una multitud de manifestantes bolsonaristas irrumpieron violentamente en el Palacio presidencial, el Congreso y la Corte Suprema de Brasil.

Los casi 4 mil simpatizantes del expresidente generaron multiples destrozos y exigieron a las Fuerzas Armadas que den un golpe de Estado en contra el “gobierno comunista” del presidente Lula da Silva, quien en ese momento estaba en la ciudad de Araraquara.

Antes de regresar a la capital del país, el mandatario ordenó la intervención federal de la seguridad. Entre tanto, el Tribunal Supremo de Brasil destituyó al gobernador de Brasilia y aliado político de Bolsonaro, Ibaneis Rocha tras el hecho.

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