La reunión de los presidentes de los partidos que integran Juntos por el Cambio para debatir los ingresos a la alianza de Schiaretti, Espert y otras figuras fracasó en cuestión de minutos y se vieron forzados a ir a un cuarto intermedio.
La alianza nunca vivió momentos de tensión semejante. Desde el larretismo no ocultan su éxtasis por haber recuperado la iniciativa política y contar con el consenso de la mayoría de la coalición. En contraposición, Mauricio Macri y Patricia Bullrich quedaron aislados y fracasaron en su intento de vetar la incorporación del gobernador cordobés Juan Schiaretti.
El ambiente del encuentro estuvo particularmente caldeado con la presencia de simpatizantes de JxC que se apersonaron en la entrada del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical (UCR) donde se realizó el cónclave.
“No queremos a Skiaretti“, podía leerse en los carteles mal escritos y sostenidos por adultos mayores. Los presentes responsabilizaron a Bullrich por el clima hostil que hubo en la entrada.
De hecho, Bullrich envió a tres figuras políticas afines para romper la reunión: Ricardo López Murphy, Alberto Asseff y el senador nacional y precandidato a gobernador cordobés Luis Juez.
Juez es el mayor afectado por la iniciativa impulsada por Horacio Rodríguez Larreta, Gerardo Morales, Martín Lousteau y Elisa Carrió.
Juez, López Murphy y Asseff intentaron colarse sin invitación en el cónclave, pero no les dejaron participar por no presidir ninguno de los cuatro partidos fundadores de JxC. Aunque sí gozaron de una amplia cobertura mediática, en tándem con la postura negativa de Bullrich-Macri.
“No se puede hacer cualquier cosa, por eso me subí al auto y me vine para acá. Yo no necesito pedir permiso para estar en la reunión, pero creo que el candidato a gobernador del espacio debe ser escuchado”, dijo Juez en la puerta del comité nacional radical.
“Cómo no se va a confundir el electorado si por un lado estamos diciendo que tenemos que vencer a todo el aparato de Schiaretti que gobierna hace 24 años y ahora lo quieren meter adentro de Juntos por el Cambio“, dijo el precandidato que enfrentará al schiarettismo en estos comicios.
8 minutos de furia
La reunión apenas duró ocho minutos fue una contundente derrota para el eje Macri-Bullrich. Allí se dieron cita Gerardo Morales (UCR), Miguel Ángel Pichetto (por el Encuentro Republicano Federal), Maximiliano Ferraro (de la Coalición Cívica) y Federico Angelini (por el PRO).
Angelini, cercano a Bullrich y Macri, quería rechazar en nombre del PRO la incorporación de Schiaretti y condicionar el ingreso de José Luis Espert que avalaban la UCR, la CC y el peronismo republicano. Resulta que el diputado liberal acordó con Larreta la posibilidad de presentarse para las presidenciales, pero Bullrich lo quiere compitiendo para la gobernación bonaerense, por el temor de que le reste votos a ella.
Angelini dijo que el PRO aceptaba la incorporación de Espert pero sólo si va como candidato a gobernador.
“¿Venís en representación del PRO o de una facción?”, le replicó Gerardo Morales. Angelini quedó en silencio y Pichetto lo cruzó. “No nos hagas perder el tiempo, volvé cuando tengas una posición unificada del PRO“, le dijo el peronista y la reunión se terminó abruptamente.
Como Angelini no va a poder unificar una postura por la interna irreconciliable entre Larreta y Bullrich, ahora la decisión recae en el Consejo Nacional del PRO, integrado por los presidentes del partido en las 24 provincias y más de 40 miembros de la mesa ejecutiva.
El Consejo votó recientemente contra los cierres inconsultos de Bullrich en Salta y Tierra del Fuego, en una decisión que sugiere que la ex ministra no tiene mayoría en ese órgano, lo que podría marcar la posible conclusión de esa instancia.
Fuego cruzado y “bombas larretistas”
El fracasado cónclave valió para que hubiera fuego cruzado entre la mayoría de los miembros de la alianza y la extrema derecha bullrichista.
Morales se despachó en repetidas ocasiones contra la ex ministra de Cambiemos.
“La verdad es que Juntos por el Cambio viene en picada hace tres meses por culpa de la interna del PRO“, se quejó Morales.
“Espero que Bullrich baje un cambio, no vamos a hacer lo que tenga que ver con sus intereses personales, tenemos que pensar en la gobernabilidad, esto es lo que nos lleva a plantear la posibilidad de ampliar Juntos por el Cambio”, reclamó el gobernador de Jujuy.
Mientras manda a sus esbirros para intentar bloquear el ingreso de Schiaretti, Bullrich se reunió en público junto al polémico abogado mediático Fernando Burlando y su precandidato a gobernador bonaerense, Néstor Grindetti.
Tras la reunión fue el propio Burlando quien habló de la sintonía que hubo en la reunión. “No descarto la posibilidad de ser vicegobernador o vicepresidente“, dijo el abogado.
La foto generó un fuerte rechazo en las entrañas de Juntos. El diputado nacional Juan Manuel López, uno de los referentes más cercanos a Elisa Carrió, salió al cruce reclamando que “no se olviden de Cabezas“.
El abogado fue defensor de Los Horneros, la banda contratada para secuestrar y asesinar en 1997 al fotógrafo José Luis Cabezas. “Con Burlando no hay nada que hablar, somos el cambio o no somos nada”, dijo López más tarde a C5N.
El diputado Waldo Wolff también salió al cruce de la cumbre. “¿Schiaretti, Espert y Stolbizer no, pero Burlando sí? ¿Cuál es la vara?”, dijo en las redes, replicando los resultados del encuentro de los presidentes partidarios.
Lo cierto es que, si Bullrich cierra algún tipo de acuerdo con Burlando, no sólo generará el rechazo de la plana mayor de JxC, sino que no sumaría un caudal considerable de votos, seguiría creciendo por derecha estando ya instalada en ese terreno.
En tanto, todo el panorama resulta festivo para el larretismo. Desde el entorno del Jefe de Gobierno porteño celebran la recuperación de la iniciativa política y prometieron que esta semana habrá más “bombas” como la del viernes, cuando la política nacional se desayunó con la maniobra para incorporar al gobernador de Córdoba a JxC.
En ese sentido, se esperan gestos de Larreta respecto de la apertura del frente opositor. Incluso estarían en contacto con intendentes del Conurbano que pertenecen al peronismo y pararon la oreja cuando se enteraron de la jugada con el cordobés que, de concretarse, podría darle una ventaja considerable a Larreta.
“El armado va a avanzar”
Si se consuma la incorporación de Schiaretti, Larreta podría aumentar considerablemente su músculo político como así también su potencial caudal de votos. Bajo su ala se agruparía casi toda la fauna política “de centro” no alineada con el gobierno nacional, dejando a Bullrich y compañía disputando con Javier Milei el voto ultra de derecha.
Pero además, con el acompañamiento del cordobés, si Larreta se alza con la victoria presidencial, su eventual gobierno podría tener una mayoría automática y quórum propio en el Congreso, lo que le daría un cheque en blanco para avanzar con su agenda legislativa sin tener que negociar con el peronismo.
Este armado, que preocupa a Bullrich y debería preocupar también al panperonismo frentetodista, “va a avanzar”, según pronosticó Carlos Gutiérrez, jefe del bloque Córdoba Federal y hombre clave del schiarettismo.
En declaraciones a Pulxo FM, Gutiérrez cuestionó que “todo gire en relación a la interna de un sector de Juntos por el Cambio“. “Schiaretti no está pidiendo entrar a un club de amigos“, dijo el diputado.
Gutiérrez también sostuvo que las conversaciones con Larreta y Morales van a continuar.
“No tengo dudas que el armado con Larreta, Carrió y Lousteau, va a avanzar. Todo esto debe concluir, como lo resuelven los países en serio, en un gobierno de unidad nacional con diez puntos para establecer y el que gana conduce, y el que pierde acompaña. Esto no tiene nada que ver con ‘incorporarse a’ o que nos llamen para ‘sumarnos a'”, sostuvo el parlamentario quien además se animó a reconocer que se está pensando en otro nombre que reemplace el sello Juntos por el Cambio.
El eterno drama bonaerense
Mientras la política nacional -y cordobesa- se encuentra en un verdadero terremoto por el debate en torno a Schiaretti, inevitablemente el tembladeral se trasladó también a la provincia de Buenos Aires, escenario de la madre de todas las batallas electorales.
Si Larreta y Morales sellan su alianza y logran la incorporación de Schiaretti, también conseguirían el apoyo de los sectores radicales liderados por Gustavo Posse. Y en ese espacio también puede tentarse el radicalismo bonaerense orgánico liderado por Maximiliano Abad. Pese a sus coqueteos con el bullrichismo -inflados mediáticamente-, la referencia nacional de Abad es Facundo Manes, quien se manifestó en favor del desembarco del cordobés y hasta se mostró con él.
Mientras tanto, en el PRO bonaerense la cosa podría complicarse aún más. Mientras los intendentes amarillos se desesperan por evitar las internas en sus distritos y bregar por el “Plan V” (unidad municipal y disputa para la gobernación y presidencia), el peso de la eventual incorporación de Schiaretti podría terminar de seducir a Cristian Ritondo para que abandone el barco del bullrichismo y se reconcilie con su jefa política, María Eugenia Vidal.
La ex gobernadora se alineó silenciosamente con el Jefe de Gobierno porteño. Y en ese contexto, si Ritondo termina del lado de Bullrich, habrá un quiebre en la sociedad con Vidal en la que podrían perder los dos.
Unidos, ambos cuentan con una buena cantidad de candidatos para los distritos donde no gobierna Juntos y una buena cantidad de legisladores a los que pretenden que se les renueve el mandato. Si se separan ese poder de negociación se verá diluido para ambas partes.
Por lo que la oferta de una amplia mayoría en la alianza de “lilitos”, larretistas, schiarettistas y radicales es demasiado jugosa para que el ex ministro de Seguridad bonaerense apueste a todo o nada con Bullrich, con quien comparte nomás el discurso duro.