La Corte Suprema rechazó tomar juramento al senador Martín Doñate (de Unidad Ciudadana), como integrante del Consejo de la Magistratura, pero sí lo hizo con los otros tres representantes del Senado. En un nuevo favor a la oposición, los supremos sostienen que Juntos se puede partir como bloque, pero no el oficialismo.
Remitiendo a su decisión del 8 de noviembre pasado, que invalidó la asunción de Doñate en favor del legislador cordobés de Juntos por el Cambio (JxC), Luis Juez, la Corte dispuso que no se incorpore el senador por Río Negro pero sí juren los senadores María Inés Pilatti Vergara (FdT), Mariano Recalde (FdT) y Eduardo Vischi (Eco + Vamos Corrientes).
En ese antecedente, la Corte declaró “inoponible la partición del Bloque Frente de Todos a los fines de la conformación del Consejo de la Magistratura, en tanto y en cuanto, mediante dicha maniobra, ese bloque mayoritario pretendió que uno de los bloques escindidos (Unidad Ciudadana) desplazara al bloque que representa a la segunda minoría (Frente Pro), violando de ese modo la pluralidad representativa consagrada en la ley 24.937″ (sic).
La decisión llegó a través de una acordada con la firma del presidente de la Corte y del Consejo, Horacio Rosatti, y los jueces Carlos Rosenkrantz, Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda.
Los jueces cuestionados por el Congreso a través del trámite del juicio político siguen sosteniendo que los motivos de la división del bloque del Frente de Todos “no son genuinos” y que constituye un “ardid”:
“Este Tribunal consideró que la división del bloque referida no obedeció a fines genuinos, sino al objetivo de una fuerza política de ocupar en el Consejo un lugar que no le corresponde, dado que el grupo de senadores que conforman el bloque mayoritario terminaría ocupando tres de los cuatro lugares que corresponden al Senado en el Consejo”.
La respuesta de la Corte llegó una semana después de que los senadores seleccionados por la Cámara alta para ocupar sus lugares en el Consejo -paralizado desde hace meses– se presentaran ante el máximo tribunal alegando “un trato discriminatorio“, ya que eran los únicos representantes a los que aún no se les tomó juramente tras la renovación de autoridades de noviembre.
A mediados de noviembre, y con la ausencia del bloque opositor, el Senado votó por unanimidad las nuevas designaciones para ocupar los cargos en el Consejo de la Magistratura. En esa sesión se volvió a postular a Martín Doñate (Unidad Ciudadana-FdT) en representación de la segunda minoría.
La Corte dejó en espera a los senadores mientras tomaba juramento a los demás consejeros. Ahora, finalmente decidió no tomarle juramento a Doñate, pero sí a los demás.
Desde el Frente de Todos señalan que el Poder Judicial no pueden inmiscuirse en las decisiones del Poder Legislativo para designar sus autoridades.
“La Corte arma un Consejo de la Magistratura con una ley derogada y ahora se atribuye la decisión de los integrantes de la misma”, sostuvieron.
También alegaron que la misma estrategia la utilizó la alianza opositora, años atrás, cuando se consideraron que representaban a dos minorías distintas, pese a mantenerse en el interbloque de Juntos por el Cambio.
El conflicto por la representación en el Consejo de la Magistratura fue precisamente uno de las causales por las cuales el presidente Alberto Fernández y gobernadores promovieron el juicio político a los integrantes de la Corte Suprema.
En un documento, Fernández y los mandatarios, denunciaron a principios de año un “asalto al Consejo de la Magistratura” por parte de los magistrados.
“La Corte avanzó indebidamente sobre la autonomía de la Honorable Cámara de Senadores, al determinar de forma arbitraria y autoritaria cómo debían organizarse los bloques en dicha Cámara. Ello implica una clara violación constitucional a la autonomía del Senado de la Nación y a su reglamento, el que goza de raigambre constitucional”, indicaron.
Sin los representantes del Senado, el Consejo de la Magistratura no puede funcionar y con esta denegación a Doñate la Corte insiste en su decisión, aún cuando esto prolongue y profundice la parálisis del organismo constitucional.