Patricia Bullrich presionó a Martín Menem para que rompa un acuerdo con Hacemos Coalición Federal y deje a Emilio Monzó afuera de la Bicameral de Inteligencia, temiendo que avance una investigación sobre interrogatorios políticos a los detenidos durante la represión frente al Congreso.
El Diputado de Unión por la Patria y presidente de la Comisión Bicameral de Inteligencia, Leopoldo Moreau, decidió impulsar una investigación en torno a las denuncias de las personas detenidas durante la represión ordenada por la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich durante la discusión de la Ley Bases frente al Congreso, quienes apuntaron a interrogatorios políticos a los que habrían sido sometidos en la cárcel.
En este contexto, y para evitar que prosperen las acusaciones por “hacer inteligencia” sobre los detenidos, Bullrich presionó al Presidente de la Cámara de Diputados Martín Menem a través de Karina Milei para que excluya a Emilio Monzó y al peronismo de la comisión.
La maniobra de la Ministra se dio luego de que Moreau pusiera al tanto de la iniciativa a los vocales de la comisión Cristian Ritondo (PRO) y Daniel Kroneberger (UCR), y cotejara la verosimilitud de los testimonios a partir de las declaraciones de los detenidos en el juzgado a cargo de Ernesto Kreplak.
A partir de las presiones, Menem incumplió un acuerdo que había sellado con Miguel Pichetto (Hacemos Coalición Federal), que implicaba entregar la presidencia de la bicameral a Monzó. Aunque con esto se garantizaría el control del oficialismo sobre la bicameral y así le evitaría problemas a Bullrich, desde la bancada colaboracionista no lo vieron con buenos ojos.
“Bullrich no puede permitir que el Congreso revele que el servicio penitenciario practica inteligencia sobre los detenidos“, manifiestan entre tanto desde el kirchnerismo, “nunca, desde el retorno de la democracia, se había sometido a interrogatorios políticos a ciudadanos apresados por manifestarse“.
La maniobra de Menem
El último jueves, Menem y Pichetto habían tenido una fuerte discusión debido a la distribución de los puestos dentro de la bicameral de fiscalización de organismos de inteligencia. Este lunes, sostuvieron una nueva reunión donde el riojano ratificó que no cederá espacios en la comisión.
“Hicieron lo mismo que con la comisión de DNU en la que le sacaron un lugar a Unión por la Patria para que no tengan mayoría”, comentan desde la bancada pichettista, “Pichetto acredita o adjudica animadversión contra Monzó pero tendrían que poner a otro del espacio”. “La impresión es que intentan asegurarse mayoría en un tema sensible”, reconocían.
Así, los diputados de La Libertad Avanza se quedarán con los dos puestos de vocales dentro de la bicameral, que quedaron en manos del jefe de bloque Gabriel Bornoroni y César Treffinger. Entre tanto, dio tres lugares a Unión por la Patria, y otros a la UCR y el PRO.
Hacemos Coalición Federal esperaba que uno de los suyos (Monzó) se quedara con un puesto como vocal. La bancada contaba con el respaldo de la Coalición Cívica e Innovación Federal, que en conjunto sumaban 31 firmas, sólo una menos que el radicalismo.
Inicialmente el titular de la Cámara baja restó importancia al documento, comentando que “si son interbloque para un tema lo son para todos”, y amenazó con romper el acuerdo para definir los miembros de la AGN, donde tiene un pacto con los pichettistas y la UCR (que impulsa a Marion Negri).
Sin embargo, luego convocó a Pichetto y al cordobés Oscar Carreño, y les ofreció lugares en otras comisiones que aún restan armarse. A Monzó le darían la presidencia de “otra Bicameral”, mientras que al propio jefe de Hacemos Coalición Federal le concederían la comisión Revisora de Cuentas.
Cabe señalar que también hay vocalista en las bicamerales de seguridad interior, en la de Biblioteca y en la de supervisión del Ministerio Público. Menem también ofreció intercambiar Inteligencia por un lugar en la comisión de Privatizaciones.
“Coincidimos en que debemos alcanzar una salida política, sin ganadores ni perdedores, para que se constituyan todas las comisiones bicamerales y se pongan en funcionamiento cuanto antes”, manifestaron desde el entorno de Pichetto tras la reunión, y celebraron que “Menem reconoce el bloque político de 31“, aunque el gobierno “reconoce que tiene un problema con Inteligencia“.
Problemas en Inteligencia
La idea original de Bullrich era que la comisión se conformara con 8 legisladores sobre 14, excluyendo a los representantes de Unión por la Patria. Sin embargo, a esta posibilidad se resistieron tanto Ritondo como el radicalismo, que impulsa a Martín Lousteau para reemplazar a Mariana Juri.
En el peronismo deslizaron que “Ritondo conoce el funcionamiento de la comisión y sabe que no se puede hacer cualquier cosa“, algo que comparten desde cierto sector del radicalismo que se muestra crítico frente al oficialismo.
Sin embargo, en medio de la urgencia por frenar la iniciativa de Moreau, Menem terminó relegando a otro diputado libertario al que le habría prometido la presidencia de la Comisión y se contentó con las designaciones de Bornoroni y Treffinger. En el bloque oficialista comentaron: “Nos están cagando a los que no pertenecemos al círculo de confianza de Martín”.
De esta forma Treffinger y Bornoroni, se sumaban Ritondo y la radical Mariana Coletta (cercana a Emiliano Yacobitti), y los senadores Martín Goerling, Edgardo Kueider y Edith Terenzi (que responde al gobernador Ignacio Torres).
Kueider incluso aspira a presidir la comisión, y aunque no trascendieron detalles sobre las conversaciones acerca de las nuevas autoridades, Victoria Villarruel podría dar el visto bueno a esta posibilidad como recompensa por su apoyo a la Ley Bases.
Por su parte, por el peronismo irían Moreau, Rodolfo Tailhade y Blanca Osuna por Diputados y Oscar Parrilli, Wado de Pedro y Mariano Recalde por el Senado. De esta forma, suman 6 legisladores, a los que podrían sumarse Lousteau y Terenzi. En caso de llegar a las 8 firmas, podrán dictaminar expedientes contra el gobierno.
De lo contrario, el oficialismo podrá proteger la tareas de espionaje de Bullrich, del ministro de Defensa, Luis Petri; y el flamante jefe de la SIDE, Sergio Neiffert. Es que todos pueden ser investigados por la bicameral.

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El enojo de Pichetto
Lo cierto es que, aunque en el bloque colaboracionista respiraron con alivio ante el ofrecimiento de Menem, no esconden las tensiones que generó la silla en Inteligencia y en Hacemos Coalición Federal podrían jugar varias cartas perjudiciales para la administración de Javier Milei.
Desde el espacio relatan que en la reunión con Menem “insistimos en nuestra posición, Menem propuso una compensación. Pichetto se retiró y quedó ahí“. Aún esperan negociar el jueves durante una reunión que sostendrán con el jefe de gabinete Guillermo Francos.
El reconocimiento de los 31 miembros como bloque político es un espaldarazo para Pichetto y su tropa, y comentan que “se van a conformar más bicamerales y así resolver políticamente la cuestión, el espacio va a quede bien representado”.
“Sin nosotros no hay quórum“, advierten, y la heterogeneidad de Hacemos Coalición Federal implica que tienen varias iniciativas distintas para impulsar. “Tenemos dos DNU divinos para dar vuelta”, indican en el bloque, haciendo en referencia al decreto desregulador de Federico Sturzenegger y al que determinó unilateralmente la fórmula de aumento de jubilaciones.
A esto se suman las distintas propuestas de diputados de distintos espacios que podrían aunar a la oposición, como la recomposición en jubilaciones. En paralelo, barajan modificaciones para las futuras iniciativas del gobierno.
Lo cierto es que la discusión de la Ley Bases y el paquete fiscal desgastó las relaciones entre La Libertad Avanza y los bloques colaboracionistas, que apuntan a promesas incumplidas de parte del oficialismo.