Alejandra Santucho: "H.I.J.O.S. transformó el dolor en acción política: no queríamos ser solo víctimas, sino protagonistas de la memoria"

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El Ágora 2025 - Escuchamos pero no juzgamos
Alejandra Santucho: "H.I.J.O.S. transformó el dolor en acción política: no queríamos ser solo víctimas, sino protagonistas de la memoria"
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Alejandra Santucho, referenta de H.I.J.O.S. Bahía Blanca, dialogó con Juan Ignacio Guarino en El Ágora 2025 por Radio Taboo con motivo del 30° aniversario de la organización que agrupa a hijos e hijas de desaparecidos.

Durante la emotiva entrevista, Santucho recorrió los orígenes de H.I.J.O.S. en la década del 90, en plena impunidad garantizada por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, hasta la consolidación de una organización con presencia nacional e internacional.

Además recordó la formación del grupo en Bahía Blanca, los escraches como respuesta a la impunidad, los complejos Juicios por la Verdad, y cómo el trabajo sostenido durante décadas permitió lograr la condena de más de mil genocidas.

Finalmente, compartió su experiencia personal durante la reciente inundación del 7 de marzo y analizó el estado actual de la Megacausa Zona 5, que investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar.

Los orígenes de H.I.J.O.S. y la formación del grupo en Bahía Blanca

Al rememorar los inicios de la organización, Santucho expresó su asombro por el paso del tiempo: “No sé cuándo pasaron 30 años.”. La agrupación surgió en un contexto sumamente adverso, con las leyes de Obediencia Debida y Punto Final en plena vigencia.

“Los hijos y las hijas nos empezamos a juntar allá por los 90, con un poco en plena impunidad. Regían las leyes de obediencia debida y punto final. Los genocidas andaban por la calle literal. Esto es literal. Andaban paseándose por las calles de todo el país”.

Santucho explicó que la formación del grupo estuvo marcada por las limitaciones tecnológicas de la época, muy diferentes a las actuales posibilidades de comunicación.

“En 1995, 1996 las comunicaciones no eran ni sombra de lo que son hoy, ¿no? No había WhatsApp, no había celular, había SMS, no había mail. Recién empezaban los mails, eran muy raros, con unas terminaciones muy raras”.

En Bahía Blanca, el núcleo inicial de H.I.J.O.S. se formó a partir del contacto entre jóvenes que ya se conocían por participar en actividades vinculadas a derechos humanos, generalmente nucleadas en torno a la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH).

“Con algunos hijos, con algunas hijas nos conocíamos de las actividades de derechos humanos, de las marchas, que en Bahía Blanca generalmente las llevaba delante de la APDH, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, donde se nucleaban todas las personas y todos los organismos que no llegaron a ser organismos en ese momento”.

Un paso determinante fue cuando Santucho y su compañera Julia Pizá comenzaron a contactar a otros hijos e hijas de desaparecidos a partir de listados proporcionados por la APDH y por Celia Korsunsky, una madre emblemática de la ciudad.

“Empezamos a pedirle a la APDH, a Ernesto Malicia, y sobre todo también a Celia Korsunsky, la madre, una madre icónica de acá de Bahía Blanca, que nos hagan un listado, un listado de los hijos e hijas que ellos más o menos sabían”.

El trabajo de contactar a estos jóvenes no fue sencillo, empleando los medios disponibles en aquella época.

“Celia nos decía, ‘bueno, yo sé que tal abuelo estuvo criando, crió a sus nietitos’. Bueno, nos hicieron una lista y los empezamos a llamar. Los llamábamos, algunos por teléfono, teníamos el teléfono, otros los íbamos a buscar a la casa, otros les mandábamos mensaje por algún conocido”.

El grupo se presentó formalmente en la ciudad durante las actividades por el 24 de marzo de 1996, cuando se cumplían 20 años del golpe de Estado.

“Para marzo del 96, que se cumplían los 20 años del golpe, nos presentamos en sociedad, digamos, con bandera y todo, ya como hijos, como hijos e hijas” recordó.

El impacto sanador de compartir historias entre pares

Un aspecto que destacó especialmente fue el efecto liberador y sanador que tuvo para los integrantes de H.I.J.O.S. poder compartir sus historias con otras personas que habían vivido experiencias similares.

“En ese primer momento fue muy catártico, esto de contarnos las historias era muy necesario. Y también fue descubrir, bueno, esto no me pasó a mí sola. Y esto le pasó un montón, le pasó a este, este, a aquel, a todos nuestros compañeros”.

La entrevistada explicó cómo las primeras reuniones incluían un ritual de presentación donde cada participante relataba su historia personal, muchas veces contada por primera vez en público.

“Las primeras reuniones de hijos eran, bueno, nos juntábamos y cada uno se tenía que presentar contando su historia. Era un exorcisamiento. Había gente que jamás había hablado. Vos pensás, las familias, todos nos criamos con familias con bastante silencio, hablando, en el mejor de los casos, de la puerta para adentro”.

Este compartir de experiencias permitió transformar el dolor individual en una construcción colectiva y política.

“Eso fue mutando también. En esta cosa colectiva pudimos ir mutando hacia lo político, más que no de una posición por ahí de víctima de la desgracia que uno había sufrido en términos individuales, verlo como algo colectivo, político”.

Santucho destacó que este proceso no fue inmediato sino gradual, pasando de la necesidad de elaborar el dolor a la acción política concreta.

“Pero también de decir, ¿qué hacemos con esto? ¿No? ¿Quedamos como víctimas acá llorando, nos juntamos cada reunión a ver cómo fueron nuestras desgraciadas vidas o hacemos algo con esto? Y bueno, nada, con el tiempo elegimos hacer algo, pero ese primer momento fue necesario también”.

Los escraches: la respuesta a la impunidad

Uno de los capítulos más conocidos en la historia de H.I.J.O.S. fue la implementación de los escraches como forma de protesta y visibilización en tiempos de impunidad legal. Santucho explicó que en Bahía Blanca esta práctica tuvo características particulares.

“No fueron directamente iniciados por nosotras, digamos. Fuimos sí ahí, por ahí con algunas intervenciones por parte de afuera de algunos partidos de izquierda”.

Según relató, los escraches en Bahía Blanca no siempre siguieron los criterios que H.I.J.O.S. consideraba adecuados, lo que generó algunas complicaciones legales.

“Uno de los primeros escraches fue un escrache al médico de Adalberti. Si bien estaba nombrado, no estaba acusado. H.I.J.O.S. tiene por norma y tuvo siempre por norma hacerles escraches a las personas que fehacientemente estaba comprobado que habían sido parte de la represión, porque si no te comías un juicio…más en esos momentos”

“Cuando se empezó a motorizar el tema del escrache a Adalberti, Ernesto Malicia, la PDH, dijo ‘no hagan eso’, nos dijo a nosotras. ‘No sean cabeza de lanza de eso porque van directo a un juicio'” recordó.

A nivel nacional, H.I.J.O.S. participó activamente en escraches emblemáticos, como el realizado durante la asunción de Antonio Bussi como gobernador de Tucumán.

“En Tucumán a Bussi, se le hizo, se declaró el día de la vergüenza nacional, el 29 de octubre, fue el día. Es cuando asume como gobernador. Asume el veintinueve de octubre y se declara por H.I.J.O.S. ese día el día nacional de la vergüenza, ¿no?”

“No nos dejaron llegar ese día ni cerca. Vallaron, fue un operativo pero tremendo en Tucumán. Así que el escrache sucedió, muy, muy lejos de lo que era la gobernación” rememoró.

Los Juicios por la Verdad

La referenta de H.I.J.O.S. Bahía Blanca explicó la posición contradictoria que mantuvieron frente a los Juicios por la Verdad, un proceso judicial que permitía investigar los hechos pero sin consecuencias penales para los responsables.

“A nivel nacional, H.I.J.O.S. estaban contra de los juicios por la verdad por esto, por lo que significaba, porque no había genocidas que vayan presos, porque era mucho sufrimiento para los familiares, para las víctimas, los sobrevivientes, que eran fundamentales ahí”.

A pesar de las críticas a este formato judicial, en Bahía Blanca el grupo decidió participar activamente en estos procesos. Además Santucho destacó el papel visionario de Hugo Cañón, quien anticipó la utilidad futura de estos juicios a pesar de sus limitaciones iniciales.

“Hugo nos decía ante nuestras críticas, ‘bueno, hay que esperar. Hay que esperar porque todo esto que se está, en algún momento nos va a servir’. Tenía razón en lo que nos decía … sirvió”.

Sin embargo, reconoció el costo emocional que implicaron estos procesos para las víctimas.

“Hubo hasta un careo entre un genocida y una persona, una mujer violada. Y lo sentaron ahí a un careo como si fuesen pares. Hoy sería impensado eso, con la ley de víctimas… Hoy sería impensado” recordó.

La respuesta solidaria ante la inundación del 7 de marzo

La entrevista también abordó la reciente inundación que afectó a Bahía Blanca el 7 de marzo pasado. Santucho, residente de Ingeniero White, compartió su experiencia personal durante este evento traumático.

“El problema de White es que tardó en irse el agua. Entonces, bueno, eso hizo que estuviéramos con el agua dos días, dos días y algo, con todo lo que implica, porque no era sólo agua sino también residuo de cloacas”.

La referente explicó que, además del impacto material, la falta de comunicación agravó la situación, ya que muchos afectados no tenían conciencia de la magnitud del desastre en toda la ciudad. Santucho denunció la propagación de noticias falsas durante la emergencia, que generaron aún más angustia entre los damnificados.

“En ese momento se decía que había gente desaparecida, se decía que se pateaban cuerpos, que ibas caminando por las calles en el agua y pateaba. Muy tremendo esa terminología. Y en algunas redes de White se decía que los helicópteros que pasaban a la noche levantaban los cuerpos y los llevaban para que no se supiera que los tiraban”.

Estos rumores resultaron particularmente dolorosos para quienes, como Santucho, tienen presente el genocidio perpetrado por la dictadura.

“Sabemos que la dictadura tiró cuerpos al mar. Era muy tremendo leer eso y decir, en qué cabeza cabe que puedan decir esas barbaridades”.

Respecto al 24 de marzo, que se conmemoró pocos días después de la inundación, Santucho explicó cómo H.I.J.O.S. reorientó sus actividades habituales hacia la solidaridad con los damnificados.

“Pongámonos al servicio de la solidaridad también, hicimos ese nexo también … a los 30.000, a nuestros viejos, a nuestras viejas también los persiguieron porque también hacían cosas por otros, porque querían un mundo mejor, porque tenían fines solidarios”.

Esta decisión se materializó en una campaña de recolección de útiles escolares para los niños afectados por la inundación del Barrio Saladero.

“Fue fantástica la respuesta de la gente, de la solidaridad, de la gente común, la que camina en la calle con nosotros, que venía con su cuadernito y su birome, de los sindicatos, que fue maravilloso”.

La Megacausa Zona 5 y los crímenes contra menores

En la parte final de la entrevista, Santucho abordó el estado actual de la Megacausa Zona 5, uno de los procesos judiciales más importantes sobre crímenes de lesa humanidad en la región.

“Estamos en la etapa de la línea final del juicio, que son los alegatos. En este caso, de la defensa, ya pasaron los alegatos de la fiscalía, de la querella”

Alejandra explicó que el proceso se ha ralentizado por la inundación, que afectó al edificio donde se desarrollan los juicios, y por las estrategias dilatorias de las defensas.

“El edificio del TOF ahí en Chiclana y Lavalle estaba en reparaciones antes de la inundación y además se inundó todo. Así que está más complejo todavía. Seguimos de manera virtual y están trabajando dos horas, tres horas por semana”.

Un caso particularmente impactante que Santucho mencionó fue el del imputado José Antonio Maidana, quien perdió su prisión domiciliaria tras ser detenido de producción de material de abuso infantil.

“José Antonio Maidana es uno de los imputados que tenía domiciliaria. Vive en Córdoba. A fines de diciembre del año pasado nos anoticiamos que Interpol lo fue a buscar a la casa y lo llevó al penal de Córdoba por producción de material infantil”.

“Si quizás si hubiese estado en la cárcel no hubiese tenido la oportunidad de hacer lo que hizo con tantos niñas y niños, ¿no?” se preguntó.

Santucho también mencionó un caso estremecedor revelado durante el juicio: bebés y niños pequeños que fueron llevados a centros clandestinos de detención.

“Hay un caso extremo que es el secuestro de una pareja de acá de Bahía Blanca con su niña de un año y cuatro meses, y los tres llevados a la escuelita. Los padres son separados, y en algún momento a la nena se la sacan a la madre, no sabe dónde la llevan”.

Paradójicamente, la niña no es considerada víctima por el sistema judicial, algo que Santucho criticó duramente.

“Para la justicia son víctimas la pareja y la niña no. No tiene lógica. No es víctima. No está dentro, no la llaman a declarar, no es víctima. Sin embargo, pasó por un centro clandestino y no sabemos, porque tenía un año y cuatro meses”.

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