La cumbre radical en Mar del Plata que exhibió las internas de cara al año electoral

Dirigentes de la Unión Cívica Radical (UCR) se reunieron el domingo en Mar del Plata para exhibir una foto de unidad del partido centenario en el comienzo del año electoral. Sin embargo, el cónclave tuvo fuertes ausencias, como dos de sus tres gobernadores, que terminó exponiendo las internas entre los boinas blancas.

Entre los participantes estuvieron dirigentes como el senador Martín Lousteau, que estuvo en la cabecera junto al jujeño líder del partido, Gerardo Morales; los diputados Mario Negri, Julio Cobos, Martín Tetaz y Emiliano Yacobitti; el presidente de la Convención Nacional, Gastón Manes; el ex senador nacional, Ernesto Sanz; el intendente de San Isidro, Gustavo Posse; la intendenta de La Rioja, Inés Brizuela y Doria de Cara; el presidente del Comité bonaerense, Maximiliano Abad; y el auditor General de la Nación, Jesús Rodríguez.

Sin embargo, las ausencias fueron más ruidosas que las presencias. Al cónclave faltaron dirigentes de peso en el radicalismo, como los gobernadores de Corrientes, Gustavo Valdés, y de Mendoza, Rodolfo Suárez; así como el diputado Facundo Manes, presidenciable del partido, y el senador nacional Alfredo Cornejo, hombre fuerte de la UCR nacional.

Se trata de un grupo de dirigentes que tienen diferencias con Morales y con Lousteau, que además se encuadran dentro de estrategias electorales diferentes.

El mitin radical se originó hace un par de meses. Días antes del encuentro de la UCR en Costa Salguero el pasado octubre, Morales cenó con un grupo reducido de dirigentes del partido en CABA. Allí, el jujeño planteó la necesidad de ir a internas para dirimir las candidaturas radicales. Sin embargo, un sector correligionario se opuso y aún hoy es motivo de conflicto.

Las PASO y el PRO, los puntos de conflicto

Manes y Cornejo, dos de los ausentes, se oponen a la posibilidad de hacer internas partidarias. Pero además, otro punto de conflicto entre boinas blancas gira en torno a las relaciones del partido centenario con el PRO, partido fundado (y liderado aún) por Mauricio Macri, el dirigente que representaría un límite a la tolerancia radical.

En relación con el vínculo con el PRO, Cornejo mantiene una fuerte cercanía con Patricia Bullrich y el ala dura del partido amarillo. Incluso, hay operadores del bando de Bullrich que ya lo nombran como el compañero de fórmula de la ex ministra de Seguridad.

Alfredo Cornejo junto a Patricia Bullrich

Por su parte, Manes también rechaza la idea de ir a las PASO. En este punto, hay “alerta” en un sector del partido porque ven que la candidatura de Manes “no tiene la potencia que tuvo el año pasado en la provincia de Buenos Aires”.

Si bien el neurocirujano tiene buena imagen en los sondeos, entre los dirigentes de la UCR circulan encuestas en los que el diputado nacional “no crece desde hace varias semanas”.

Manes relativiza las encuestas y se enfoca en sus recorridas de campaña por el país, que retomarán la semana que viene.

Por otra parte, otro punto que los distancia es el diálogo con el PRO. De hecho, cuando Manes cruzó a Mauricio Macri en una entrevista televisiva, Morales se diferenció por las redes sociales y a través de un comunicado del Comité Nacional -que impulsó él mismo-.

Cabe recordar que en aquella oportunidad, Manes fue respaldado por la UCR bonaerense, la misma cuyos dirigentes sí dieron el presente en el cónclave marplatense.

En paralelo, Gerardo Morales mejoró considerablemente su relación con Martín Lousteau el año pasado. Y además, los dos tienen buena sintonía política con Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno porteño y presidenciable del PRO.

Es ese uno de los puntos que irrita a otros dirigentes boina blanca, que ven con recelo ese coqueteo con el alcalde de la Capital Federal.

Por eso mismo, una facción del radicalismo sospecha que detrás de esa cercanía está la intención de definir candidaturas de la UCR para negociar un acuerdo con el PRO.

Un grupo de correligionarios de la provincia de Buenos Aires son los principales objetores de esa idea, quienes sostienen que el partido fundado por Leandro Alem debe tener candidatos para encabezar las listas en todas las instancias -presidente, gobernador, legisladores e intendentes-.

Cabe destacar que desde finales de abril del 2022, Larreta y Morales conformaron una alianza subterránea -a la que también adhirió en su momento Elisa Carrió- para representar el polo “socialdemócrata” dentro de Juntos por el Cambio, y así bloquear las pretensiones radicalizadoras de Macri y Bullrich, que buscaban sumar a los libertarios de Javier Milei a la alianza.

Hay quienes incluso especulan con una eventual candidatura mixta entre el porteño y el jujeño.

Los faltazos de dos de los tres gobernadores radicales también alimentan las diferencias partidarias. El mendocino Rodolfo Suárez -al igual que Cornejo- muestra su simpatía por Bullrich, mientras que el correntino Gustavo Valdés no pierde oportunidad de mostrarse más cercano a Larreta.

Entre especulaciones, faltazos e internas, el partido centanario buscaba mostrar una foto de unidad y fuerza, pero en el inicio del año electoral sólo se expuso sus diferencias internas y se alimentó el temor a que se repita el escenario del 2015: una UCR subyugada a los designios del PRO.

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