La asunción de Diego Santilli dejó al descubierto la interna del PRO, que se mudó al interior del gabinete de Javier Milei: Poco antes de la jura, Patricia Bullrich intentó quitarle el control de RENAPER al excandidato, pero pocas horas después el gobierno tuvo que dar marcha atrás.
Diego Santilli finalmente asumió este martes como ministro del Interior del gobierno de Javier Milei, en una jornada marcada por la desprolijidad y las tensiones internas.
La incorporación del dirigente del PRO al gabinete nacional trajo consigo las disputas propias del espacio amarillo, que quedaron expuestas públicamente en una batalla por el control del RENAPER (Registro Nacional de las Personas) que tuvo idas y vueltas hasta minutos antes de la ceremonia.
Idas y vueltas por el control del RENAPER
La jornada comenzó con una sorpresa: El día en que Santilli iba a jurar, se publicó el decreto 793/2025 mediante el cual se transfería el RENAPER y la Dirección Nacional de Migraciones al Ministerio de Seguridad, bajo la órbita de Patricia Bullrich. Además, la Secretaría de Turismo, Deportes y Ambiente pasaría a la Jefatura de Gabinete que ahora conduce Manuel Adorni.
El decreto llevaba la firma de Milei, Adorni y el resto de los ministros, pero el flamante titular de la cartera del Interior se enteró de la decisión como cualquier ciudadano: leyendo el Boletín Oficial. Nadie le había comunicado previamente el cambio, lo que generó malestar tanto en el ecosistema amarillo como en un sector libertario de Balcarce 50.
La decisión provocó un terremoto político. Treinta minutos antes de la ceremonia de juramento, el gobierno dio marcha atrás con el traspaso del RENAPER, aunque mantuvo la transferencia de otras áreas. La rapidez de la reversión dejó en evidencia la presión ejercida por el entorno de Santilli y la mala imagen que estaba generando el recorte de competencias al nuevo ministro.
En la Casa Rosada se manejan dos versiones sobre lo ocurrido. Por un lado, hay quienes admitieron que hubo una notable falta de comunicación interna. Los allegados a Karina Milei responsabilizan a Santiago Caputo, quien controla la Secretaría Legal y Técnica (encargada de redactar los decretos) a través de María Ibarzábal Murphy.
Por otro lado, circula en la cúpula del PRO y La Libertad Avanza que fue la propia Bullrich quien convenció a Karina Milei a último momento para quitarle poder a Santilli. Según esta versión, el dirigente amarillo había firmado un preacuerdo que establecía que al Ministerio del Interior solo se le retiraría la Secretaría de Turismo, algo que finalmente se confirmó.
“No fue un error administrativo, está claro el estilo Patricia en todo esto“, comentó un influyente líder político al tanto del operativo para la marcha atrás. Es que Bullrich llegó al gobierno nacional a través del PRO, pero rápidamente se sacudió a su viejo jefe político para acomodarse cerca de los Milei, gestión que le garantizó la cabeza de la lista de Senadores en CABA.
Otro sector del gobierno cargó las tintas sobre Adorni, a quien acusan de estar sobrepasado en sus nuevas funciones y en la operación mediática de las decisiones gubernamentales. “Está pasado de rosca y esto es largo”, advirtió un hombre cercano a la cúpula libertaria.
La polémica se coló incluso en la ceremonia de juramento. Minutos después de que finalizara el acto, Cristian Ritondo, jefe del bloque de diputados del PRO y uno de los principales socios políticos de Santilli, manifestó públicamente su posición ante los periodistas acreditados en Casa Rosada.
“Ojalá Diego tenga todos los instrumentos que tiene que tener un ministro de Interior”, planteó el legislador. Y agregó: “Hay algunas cosas que me generan duda, por ejemplo, el Renaper es parte del uso civil, ¿por qué va al Ministerio de Seguridad? Es una discusión que se dio hace mucho tiempo en la Argentina, y en la democracia volvió“.
Ritondo profundizó su planteo con referencias históricas: “El Renaper fue una discusión sobre la dictadura, cuando lo manejó Seguridad con la Policía Federal y después volvió (a Interior) porque siempre se dijo que es un tema de uso civil, porque hay datos muy sensibles para proteger. Debe quedar“. El diputado remarcó:
“En mi opinión tendría que quedar dentro del Ministerio del Interior“.
Con estas declaraciones, Ritondo marcaba distancias públicas con Bullrich, en un mensaje claro sobre las líneas internas del PRO que ahora conviven dentro del gobierno nacional. La ministra de Seguridad quedó así como la derrotada en esta pulseada, al menos en lo que respecta al control del RENAPER.
“No me preocupan los cargos, nuestra tarea es resolver y avanzar con las reformas estructurales, para eso tendremos una reunión con Manuel y ahí definiremos”, decía mientras tanto el flamante ministro.

Bullrich será jefa de bloque de LLA en el Senado, que se convirtió en el nuevo escenario de la interna libertaria
Amarillos y violetas, cada uno en su lado en la jura
La ceremonia en el Salón Blanco de la Casa Rosada fue breve y sin discursos. Solo hubo la toma de juramento del Presidente y un abrazo efusivo con Santilli, quien renunciará el viernes a su banca de diputado para poder asumir formalmente.
Estuvieron presentes los ministros del Poder Ejecutivo, la Secretaria General de la Presidencia Karina Milei, el asesor Santiago Caputo, el presidente de la Cámara de Diputados Martín Menem, y los hijos y la esposa de Santilli.
Lo llamativo fue la distribución de los asistentes. Como en ninguna otra jura libertaria, la dirigencia del PRO copó los principales lugares del Salón Blanco. Los bancos parecían organizados como en una boda: por un lado, los amarillos; por el otro, los violetas de La Libertad Avanza.
La cuarta fila estuvo reservada para los otros dos vértices del triángulo de hierro del PRO en Buenos Aires, integrado por Ritondo y el jefe comunal de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro.
También estuvieron presentes el exintendente de Olavarría Ezequiel Galli, Pilar Ramírez (la voz de Karina Milei en la Ciudad de Buenos Aires) y Sebastián Pareja, titular de La Libertad Avanza en la provincia y armador del espacio en territorio bonaerense. “Me llenaste el salón de amarillos”, bromeó Pareja apenas vio llegar a Ritondo a la Casa Rosada.
Detrás de ellos se ubicaron intendentes, legisladores y referentes territoriales que responden al santillismo. En el lado violeta, las figuras de La Libertad Avanza fueron ubicadas a la derecha del Salón Blanco, aunque hubo una excepción: Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero y diputado electo que abandonó el PRO hace unos meses para afiliarse a La Libertad Avanza.
Ritondo, notablemente contento y exaltado, saludó a la mayoría de los presentes y hasta cruzó todo el salón para saludar a dirigentes de menor rango. La plana completa de intendentes del PRO estuvo presente, con excepción de Javier Martínez, quien en las elecciones del 7 de septiembre se alineó con la familia Passaglia.
La nota la dio la ausencia del cada vez más devaluado Mauricio Macri. El expresidente no solo es palabra conflictiva dentro de los muros de la sede administrativa de gobierno, sino también sinónimo de tensión histórica con Santilli. Todo el ecosistema amarillo sabe que están distanciados hace más de una década.
Ante la pregunta de la prensa sobre la ausencia del fundador del PRO, Santilli explicó: “Quisimos hacer algo austero con invitaciones de ayer para hoy. No me parece de buen gusto invitar a una persona de un día para el otro. Hay que hacer las cosas como corresponden”.

La ajenda de Diego Santilli para las próximas semanas
Aunque la jura se concretó este martes, Santilli ya venía ejerciendo de facto como ministro del Interior desde días previos. Junto al jefe de Gabinete Manuel Adorni, el dirigente del PRO mantuvo reuniones con varios gobernadores.
El viernes pasado se reunió con Ignacio Torres (Chubut) y Raúl Jalil (Catamarca). A Santilli se le atribuye ser una de las herramientas de diálogo y negociación con las provincias a cambio de respaldo parlamentario.
Torres tiene influencia sobre un diputado y una senadora (Ávila y Terenzi), mientras que Jalil cuenta entre sus representantes con cuatro diputados (Ávila, Nóblega, Monguillot, Palladino). El lunes continuaron los encuentros en Casa Rosada.
Santilli se reunió con los mandatarios Martín Llaryora (Córdoba) y Marcelo Orrego (San Juan), con el objetivo de obtener apoyo en los proyectos oficialistas del Presupuesto 2026, la reforma laboral, el nuevo régimen impositivo y el cambio en el Código Penal. La reunión también contó con la participación de Adorni.
Tras el encuentro, Orrego afirmó que se trató de “una charla muy buena” y “muy amena” y confirmó su respaldo al Presupuesto 2026. Por su parte, Llaryora se mostró más cauto que su par cuyano, aunque adelantó que está dispuesto a discutir la reforma laboral, a la que llamó “modernización”, en línea con la tropa libertaria.
“En Argentina se puede hacer una modernización del trabajo y la podemos hacer sentando inclusive a los sectores pymes y del sindicalismo también”, indicó el gobernador cordobés.
La agenda de Santilli está clara para las próximas semanas. Su idea es reunirse con 10 de los 20 mandatarios que participaron de la cumbre con Milei días atrás. El jueves será anfitrión del salteño Gustavo Sáenz en la Casa Rosada. Además, iniciará una agenda conjunta con el titular de Hacienda, Luis Caputo, para delinear el trazo fino del Presupuesto.
Su misión inmediata será lograr los consensos necesarios para aprobar leyes clave del Gobierno, especialmente las reformas laboral y tributaria. En ese sentido, Santilli se posiciona como la principal herramienta de diálogo del oficialismo con las provincias, buscando traducir ese vínculo en votos legislativos para las iniciativas del Ejecutivo.