Los trabajadores del INDEC aseguraron la lectura del Gobierno de Javier Milei sobre los datos de pobreza implica una “interpretación errónea y maliciosa” y, pese a la insistencia del presidente, descartaron que 12 millones de personas hayan salido de la pobreza. Desde la UCA también cuestionaron la medición del organismo.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), conducido por Marco Lavagna, publicó los datos de pobreza e indigencia correspondientes al primer semestre de 2025, que arrojan que el 31,6% de las personas se encuentran por debajo de la línea de pobreza, mientras que el 6,9% viven en situación de indigencia.
En detalle, los números revelan que, en el primer semestre del año, el 24,1% de los hogares están por debajo de la línea de pobreza, y el 5,6% se ubican bajo la línea de indigencia. Extrapolado al total de la población, esto significa que aproximadamente 15 millones de personas son pobres y 3,3 millones atraviesan pobreza extrema.
El valor de la canasta básica total para un hogar promedio se ubicó en 1.065.691 pesos en el primer semestre, mientras que la canasta básica alimentaria llegó a 452.742 pesos en el mismo período.
Cuando se compara contra el primer semestre de 2024, los datos del organismo aseguran que la pobreza bajó 21,3 puntos, mientras que respecto al segundo semestre de 2024 disminuyó 6,5 puntos. En cuanto a la indigencia, muestra una reducción de 11,2 puntos respecto al primer semestre de 2024 y 1,3 puntos en comparación con el segundo semestre del año pasado.
Sin embargo, poco después de que se conocieran los datos, varios organismos (incluidos los trabajadores de INDEC) cuestionaron lo que tildaron como una “sobrerrepresentación” de la baja, que -incluso si se acepta sin cuestionamientos- está muy lejos de los 12 millones de personas que el presidente Javier Milei afirma haber sacado de la pobreza.
Para colmo, el libertario insiste en omitir los efectos que causó su propia gestión luego de impulsar la megadevaluación de diciembre de 2023 (que llevó a un pico inflacionario que superó el 50% en los primeros meses de 2024). Sea como fuere, si se toma como referencia el segundo semestre de 2023, 4,8 millones de personas habrían salido de la pobreza.
Trabajadores del INDEC cuestionan la interpretación oficial
Sin embargo, varios especialistas pusieron en duda la lectura del índice. Los trabajadores de ATE-INDEC emitieron un comunicado donde cuestionan duramente la interpretación que hace el Gobierno de Milei de los datos publicados.
En el documento, afirman que “miembros del ejecutivo nacional han difundido una interpretación errónea y maliciosa del trabajo realizado por nuestro organismo”, que “pone en ridículo las estimaciones publicadas y desacredita la labor de los más de mil trabajadores del instituto ante la sociedad”.
El gremio señala que la afirmación presidencial de haber sacado más de 12 millones de personas de la pobreza “no resiste el mínimo análisis”. Explican que esta cifra parte de “una utilización maniquea de los períodos de referencia”.
Esto se debe a que compara el valor actual con el primer semestre de 2024, omitiendo deliberadamente la suba de 12 puntos porcentuales registrada tras la asunción del actual gobierno.
“Fue este gobierno el que nos arrastró a un índice de pobreza semejante a la crisis del 2001″, sostienen los trabajadores en el comunicado, haciendo referencia a la devaluación de diciembre de 2023 y la consecuente aceleración de la inflación. Además, los empleados del organismo advierten que incluso bajo el marco temporal forzado, la cifra resulta incorrecta.
Explican que la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) posee una muestra representativa de alrededor de 30 millones de personas en 31 aglomerados, por lo que “para que en base a la EPH se pudiera interpretar una salida de más de 10 millones de la pobreza, la caída debería ser superior al 33% y eso no sucedió“.
Los trabajadores también destacan que se soslayan distintos indicadores negativos: “Los pocos empleos que se generan son empleos precarios. La presión sobre el mercado de trabajo se encuentra en niveles similares a los de la pandemia”.
Agregan que “la relativa y precaria mejora en el indicador de pobreza no se sostiene en una mejora general de los indicadores de mercado de trabajo, ni en un crecimiento de la economía”. “Sobre la publicación de pobreza. Nada para festejar, mucho para preocuparse“, dice el comunicado.
Sobre la publicación de pobreza.
Nada que festejar, mucho para preocuparse.Declaración completa: https://t.co/aW6NHlZc6B#pobreza #SalariosDignosYa #AumentoSalarialYa pic.twitter.com/qtmFIdHrKO
— ATE-INDEC (@ATEIndec) September 25, 2025
La Universidad Católica también cuestiona los números
El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) también expresó reparos sobre las cifras oficiales. En un comunicado, la institución reconoce que existe una reducción real de la pobreza, pero advierte que “su magnitud se encuentra sobrerrepresentada“.
“En contextos de alta volatilidad, tanto por fuertes incrementos en los precios como ante la desaceleración inflacionaria”, aclaran, “la medición de la pobreza por ingresos tiende a ser menos precisa“. Esto explicaría los cambios bruscos de la medición.
La UCA explica que esta sobrerrepresentación se debe, en primer término, a “una mayor captación neta de ingresos laborales y no laborales por parte de la Encuesta Permanente de Hogares“, derivada de cambios en el cuestionario y de un mejor registro en un escenario de menor inflación.
Aunque valoran positivamente este avance metodológico, señalan que “condiciona la comparabilidad con series de ingresos, indigencia y pobreza previas“. Un segundo factor que menciona la universidad es “la persistencia en la utilización de canastas básicas construidas sobre la estructura de consumo de 2004-2005, no actualizadas a la información de 2017-2018″.
Durante 2024, en un contexto de “fuerte recomposición de tarifas y de precios regulados”, esta desactualización “limita la capacidad de la medición para reflejar con precisión la situación efectiva de los hogares”.
La UCA concluye que, “sin desconocer que se evidencian mejoras, corresponde advertir que los datos oficiales sobrerrepresentan la magnitud del alivio social”. Para corregir este sesgo, recomiendan que el INDEC debería acelerar la actualización de las canastas de referencia y transparentar el efecto de los cambios metodológicos sobre las series históricas.
Es que desde el INDEC mantienen paralizada la actualización tanto de la metodología de medición del IPC (Índice de Precios al Consumidor, la inflación) y la de pobreza e indigencia, presumiblemente por intereses políticos.
📢Comunicado: un descenso sobrerrepresentado de la pobreza en Argentina👇🏽 pic.twitter.com/Xf4vvsCo1X
— Observatorio de la Deuda Social Argentina (UCA) (@ODSAUCA) September 25, 2025
El relato libertario vs. los datos oficiales sobre PBA
Más allá de esto, el informe de INDEC también echa por tierra otro de los ejes del relato libertario. Según el mandatario y sus funcionarios, la Provincia de Buenos Aires estaría atravesando una situación catastrófica producto de las políticas del gobernador Axel Kicillof.
Sin embargo, los datos oficiales arrojan que los partidos del Conurbano Bonaerense mostraron una reducción de la pobreza, con una caída porcentual de más de 24 puntos con respecto al primer semestre de 2024. En aquella oportunidad, el índice ascendía a 59,70%, mientras que ahora está en 35,30%.
Si se toma como referencia la totalidad del Gran Buenos Aires, el indicador se ubica por debajo del promedio (31,5%), mientras que en toda la región pampeana llega al 30,5%. Para poner en contexto la incidencia de la provincia en la medición, cabe mencionar que en territorio bonaerense vive el 38,15% de la población argentina.
No es el único caso en el que las mediciones oficiales echaron por tierra el discurso de Milei sobre la supuesta situación catastrófica de la Provincia de Buenos Aires. Algo similar ocurrió con la tasa de homicidios: El Gobierno nacional se jactó de una reducción que llevó al indicador al 3,8%, pero omitió mencionar que el territorio gobernador por Kicillof también observó una baja.
Las mayores incidencias de pobreza se registraron en las regiones Noreste con un 39% y Cuyo con 33,8%. Las menores se observaron en la Patagonia con 27% y la mencionada región Pampeana con 30,5%. El Gran Buenos Aires registró 31,5% de personas pobres y el Noroeste 31,2%.
Especialistas alertan sobre problemas metodológicos
Diversos especialistas en estadística han manifestado sus dudas sobre la validez de los datos presentados. Agustina Haimovich del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (Ipypp) señala que
“El descenso en los indicadores oficiales está atravesado por factores metodológicos: la Encuesta Permanente de los Hogares mostró fuertes mejoras de ingresos no verificadas en otras fuentes, mientras que las canastas usadas para medir pobreza siguen desactualizadas”.
La especialista considera llamativa la magnitud de la mejora en los ingresos laborales si se tiene en cuenta que “en el período analizado las condiciones laborales empeoraron debido a la caída del empleo asalariado formal en contraposición a un incremento de la informalidad y las ocupaciones precarias”.
El Centro de Economía Política Argentina (Cepa) también advierte sobre la falta de actualización de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares. El organismo utiliza la ENGHo 2004/05 cuando tiene disponible la realizada en 2017/18, que es más representativa del consumo actual.
La ENGHo desactualizada subestima el gasto destinado a los servicios, que son los rubros con incrementos muy superiores a los alimentos, lo que hace que una mayor cantidad de hogares aparezca por encima de la línea de pobreza.
Rafael Klejzer, dirigente del Movimiento Popular La Dignidad, expresó sus dudas sobre las cifras oficiales: “Da la sensación de que no se está midiendo bien la pobreza. Desconfiamos de esos números, como también del dato de inflación”.
El referente social señala que en el terreno observan una realidad diferente: “Si baja la pobreza, debería bajar la gente que va a los comedores, pero eso no ocurre“.
Según Klejzer, el listado de espera para los comedores en la Ciudad de Buenos Aires se multiplicó por dos y en la provincia de Buenos Aires se triplicó. “Hay una situación compleja en la calle porque al universo de lo que se llama ‘pobreza estructural’ se sumaron los jubilados y jubiladas, que son una población muy importante en los comedores”, explicó.


