La disputa por el liderazgo nacional del PRO se recalienta entre el tandem Mauricio Macri-Patricia Bullrich por un lado, y Horacio Rodríguez Larreta-María Eugenia Vidal por el otro. En el partido neoliberal se viven tiempos de cambio y el expresidente teme perder su representación en el Congreso, no sólo de cara a las elecciones de este año sino también apuntando a la carrera presidenciald el 2023.
La última sesión de Diputados terminó con el fallido intento de JxC de dejarla sin quórum para que no se aprobara la ley de equidad de género en los medios de comunicación, en rechazo a un artículo que condiciona el reparto de la pauta publicitaria al cumplimiento de la norma.
Pero el boicot no fue unánime entre los 53 del PRO: quedaron conectados los de mayor afinidad con Mauricio Macri o Emilio Monzó.
Los nombres de la rebeldía dejaron al manifiesto la interna del PRO entre los leales a Macri y a Patricia Bullrch, y los que ya aceptan la conducción nacional de Larreta. El referente legislativo de este grupo es Álvaro González, quien fuera vice de la Cámara baja hasta diciembre. Por su parte, Monzó nunca ocultó a su grupo fiel, aunque sólo marca diferencias en leyes que no son centrales para la agenda presidencial.
Pero el episodio también demostró que Macri y Bullrich tienen una escasa presencia en el Congreso y que podría ser peor si salen mal parados de internas en la provincia y la Ciudad, los distritos en los que más bancas renueva el PRO.
La rebelión de Larreta y María Eugenia Vidal terminó colándose en el recinto. Algunos de los que siguieron conectados cuando la orden de sus jefes era la contraria fueron Pablo Torello, Carla Piccolomini, Héctor Baldassi, Jorge Enríquez y el santafesino Federico Angelini.
Los primeros tres, junto a Ezequiel Fernández Langan (un histórico del PRO y cercano a Marcos Peña), son los únicos “macristas puros” del bloque.
Enríquez sabe que su futuro no está del lado de Larreta y Angelini, por ser vice del PRO, forma parte del “halcones de Patricia“, un grupo de posturas intransigentes con referentes mediáticos como Fernando Iglesias y Waldo Wolff.
El resto de los desobedientes fueron algunos de los que reportan a Monzó, el otro interesado en competir en la interna del PRO en Buenos Aires. Son los casos del cordobés Gabriel Frizza, el entrerriano Gustavo Hein, el sanjuanino Marcelo Orrego y el marplatense Juan Aicega.
Si bien el ex presidente de la Cámara baja no la tiene sencilla en la interna, varios de sus diputados afines tienen mandato hasta 2023, como Sebastián García de Luca, Hein y Federico Frigerio, primo de Rogelio, el ex ministro del interior, que será candidato a diputado por Entre Ríos.
Macri no tiene esa suerte y el único de los diputados que le responden sin dudarlo con mandato hasta 2023 es Torello, hermano de su amigo José Torello, ex jefe de asesores durante su presidencia. Y si no se mueve rápido los próximos días sólo podrá sumar los que pueda ubicar en PBA y CABA, con o sin internas.
En su gira por Córdoba y Mendoza, dónde las encuestas no le son hostiles, Macri intentó posicionar a figuras fieles, pero las internas locales no le dan garantías de controlar el armado de listas.
Entre los “halcones”, que el año pasado actuaron como subgrupo y cada tanto se veían las caras por zoom, hay varios con mandato hasta el recambio presidencial, pero sus fidelidades están atadas a sus expectativas.
Dos halcones referentes son el mendocino Omar de Marchi y la cordobesa Soher El Sukaria, a quienes Macri y Bullrich impusieron en diciembre como vice de la Cámara y del bloque, en la última muestra de poder que dieron sin encontrar reacción entre larretistas y vidalistas.
Tampoco protestaban cuando la presidenta del PRO, sin preguntar, incluía a todo el bloque en sus comunicados al inicio de la pandemia. Por ese entonces, Larreta prefería no sobresalir demasiado.
Otros halcones son el porteño Alejandro García, el riojano Julio Sahad y la cordobesa Adriana Ruarte, los dos primeros con mandato hasta diciembre. O sea, sólo un control total de las listas podría darle a Macri-Bullrich un peso en el bloque PRO capaz de incidir en la mesa de decisiones.
No parece posible y como muestra del cambio de época en el bloque algunos bromean con figuras que caminan entre los dos bandos como Carmen Polledo, quien era la candidata de Macri a presidir la Cámara de Diputados si seguía cuatro años más en la Casa Rosada.
Bullrich le encargó contener a los líderes del PRO en cada provincia el año pasado y lo hizo. Por si acaso, el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, se contactó con los mismos para evitar hostilidades.
“Lo que no entiende Horacio es que Mauricio sigue teniendo 20 puntos en el país, con mucha aceptación en zonas del interior, y si no cede está dispuesto a hacerlos valer“, desafía uno de los exponentes del macrismo puro en el Congreso.
Tal vez la primera puja de poder que Macri-Bullrich y Larreta-Vidal libraron fue por las fechas electorales. Los dos últimos enviaron a sus emisarios a negociar la postergación de los comicios en la Rosada y en el Congreso, chocaron con los primeros en cada reunión semanal de la mesa de JxC, pero terminaron imponiéndose.
El intermediario entre cada grupo y el ministro del Interior Eduardo “Wado” De Pedro fue el radical Mario Negri, jefe de JxC en Diputados, pero no alcanzó para que los “halcones” votaran en contra. Fueron minoría.
En el Senado la situación es parecida. El misionero Humberto Schiavoni, ex presidente del PRO, es el único macrista “puro“, pero su mala relación con Bullrich lo hizo más condescendiente con Larreta, a quien defendió en reuniones de bloque.
La UCR puja por dominar las listas de las 8 provincias que renuevan senadores. Para evitarlo, Macri viajó a Córdoba y trató de imponer a su ex ministro de Turismo Gustavo Santos, con quien intenta tener una voz propia. No podrá evitar una interna con Luis Juez. Significaría la salida de Laura Rodríguez Machado, otras de las vices del PRO, con la que Macri y Bullrich hablan seguido.
En Santa Fe, el ex presidente mostró como alternativa al ex canciller Jorge Faurie, mientras Larreta gestiona el retorno de Miguel Del Sel. El ex Midachi perdió el diálogo con Macri cuando abandonó la embajada de Panamá.
Mendoza fue el último destino de campaña de Macri, con la esperanza de ubicar una figura propia debajo del presidente de la UCR Alfredo Cornejo en la lista de senadores, favorita para ganar. Se les vence el mandato a dos radicales: Julio Cobos y Pamela Verasay.
Larreta tiene figuras en el Senado que lo protegen sin matices, como Guadalupe Tagliaferri y, en menor medida, Gladys González. El año pasado se sumaba para protegerlo Martín Lousteau, pero ahora casi no participa de las comisiones y su alianza con el jefe de Gobierno entró en crisis cuando apareció Vidal como figura electoral en la Ciudad.
Rodríguez Machado podría ser incluida en la lista de Diputados por Córdoba para engrosar las filas del ala dura que, cuentan en el Congreso, ya empezó a ofrecerse para colaborar con Jorge Macri, el elegido de su primo para enfrentar a Santilli y Monzó en la interna bonaerense. Iglesias estaría dispuesto a caminar por el conurbano.