Javier Milei negocia a dos puntas con peronistas y macristas el pliego de Ariel Lijo

Javier Milei negocia el pliego de Ariel Lijo para la Corte Suprema tanto con Mauricio Macri como con el peronismo, que atraviesa una escalada de tensiones internas tras el cruce entre Cristina Kirchner y José Mayans, y amenaza con impedir que el libertario logre los dos tercios necesarios para aprobarlo.

En medio de la discusión por los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para la Corte Suprema, el Presidente Javier Milei y Santiago Caputo activaron negociaciones tanto con Mauricio Macri como con Cristina Kirchner.

Desde el gobierno libertario apuntan a acordar con el kirchnerismo la ampliación de la corte a cambio de los votos para la postulación de los jueces, pero al mismo tiempo en la última reunión que sostuvo con el líder del PRO le prometió que dejaría caer el pliego de Lijo, al tiempo que cedería el Ministerio de Justicia al partido amarillo.

En medio de esta negociación a dos puntas, desde Casa Rosada indicaron a sus Senadores que esperen antes de firmar los pliegos como un gesto a Macri, por lo que el jefe de bloque libertario Ezequiel Atauche actuó en consecuencia a pesar de que la posición oficial sería a favor del juez.

Entre tanto, el peronismo se encuentra en medio de una escalada de tensiones por la figura de la Vicepresidenta Victoria Villarruel, y mientras define cómo actuar frente al pliego de Lijo, Kirchner mandó a sus senadores a levantarse de la reunión de comisión donde exponía García Mansilla.

La posición de CFK enciende las alarmas en el oficialismo

Como si fuera una respuesta al pacto entre Milei y Macri, la Exvicepresidenta levantó a Anabel Fernández Sagasti de la comisión y enfrió los apoyos a los pliegos para la Corte Suprema. Un aliado del oficialismo comentó al respecto que “levantó a la mendocina de la reunión y dieron vuelta todo con Juliana Di Tullio“.

Cristina Kirchner pretende endurecer las negociaciones y asegurar un acuerdo con respecto al procurador y la ampliación de la Corte a cambio del pliego, y se diferencia también de los Gobernadores y Sergio Massa, que impulsan que se apruebe el pliego ahora.

Sin el apoyo del kirchnerismo, se complican las cuentas para alcanzar los dos tercios que el oficialismo necesita, lo que encendió las alarmas en Casa Rosada. Las candidaturas de los jueces son impulsadas por Caputo, que podría enfrentarse a una nueva derrota legislativa si finalmente no se concretan.

A una semana de la audiencia pública, el gobierno aún no contaba con las firmas necesarias para impulsar a Lijo, lo que llevó a Atauche a ir a Casa Rosada junto al Diputado Santiago Santurio de emergencia.

En el caso de Santurio, cabe recordar que tiene lazos con García Mansilla a partir de sus vínculos con el Opus Dei. Por su parte, el juez reveló que Caputo le había ofrecido el cargo y que jamás se vio con Milei.

Bartolomé Abdala ya había admitido durante una entrevista que estaba en medio de conversaciones con el kirchnerismo para ampliar la corte. “Claramente hay que decirle a la ciudadanía que, para que un juez de la Corte tenga el pliego aprobado, se necesitan los dos tercios, o sea, se necesitan 48 votos”.

“Dentro de la debilidad parlamentaria de La Libertad de Avanza tenemos diálogo con todos los sectores del Senado“, había dicho.

Para el oficialismo las discusiones dentro del peronismo también son problemáticas, ya que uno de sus interlocutores sería el senador José Mayans, uno de los cuestionados por la Exvicepresidenta. Por lo pronto, tras una reunión con Sagasti y Di Tullio, el legislador retornó a Formosa y no estuvo este miércoles en el Senado.

Esto, sumado a los ataques de Macri contra Caputo y su oposición al pliego de Lijo (que complica las negociaciones con el PRO), suman dolores de cabeza para el gobierno. “Nos estamos haciendo cargo de conseguir los votos nosotros pero no sabemos cómo termina“, comentó un senador aliado al gobierno.

Entre tanto, “Mayans y los senadores de los gobernadores vendían que tenían los votos pero no era tan así“, acusan desde el oficialismo. Es que para los 33 representantes del peronismo Lijo es un personaje ajeno, y prefieren un magistrado propio.

En este contexto, y sin muchos apoyos oficiales, Lijo trabaja en sus apoyos casi de forma autogestiva. En el caso de García Mansilla hay aún más dudas. Según el Senador, “algunos están rosqueando la firma del dictamen de Lijo pero nadie sabe quién carajo va a firmar por García Mansilla y el gobierno pretende que todo sea un combo“.

Los números del peronismo

En el peronismo aseguran que ya cuentan con las firmas de Sergio Uñac, Lucía Corpacci y Claudia Ledesma, y con los votos del oficialismo podrían aprobarse los pliegos. Sin embargo, sin el aval de los senadores de Cristina Kirchner se complica llegar a los dos tercios.

Lo cierto es que la Vicepresidenta discute en minoría dentro de la bancada, ya que cuenta con 13 representantes de los 33 que suma el Interbloque Unión por la Patria. Al respecto, cabe recordar que en 22 había impulsado la división de la bancada del Frente de Todos para alcanzar otro cargo en el Consejo de la Magistratura.

Esto derivó en la creación del Frente Nacional y Popular (con referentes de los gobernadores) y Unidad Ciudadana (con representantes del kirchnerismo). Sin embargo, hasta ahora ninguno se había manejado con identidad propia.

Formalmente, Unión Ciudadana tiene 16 miembros, pero 13 son los del núcleo duro kirchnerista. Cuatro de ellos (Sergio Leavy, Carolina Moisés, Cándida López y Fernando Salino) no se aliean a libro cerrado con Cristina Kirchner.

En el caso de Leavy, el Senador incluso tuvo conversaciones para sumarse al bloque Unidad Federal. Entre tanto, Moisés votó a favor del RIGI en medio de la discusión por la Ley Bases. También fue una de las que cuestionó la confrontación entre Mayans y Kirchner de los últimos días.

Por su parte, Carlos Linares llegó en buenos términos con la vicepresidenta, pero pronto podría buscar otro destino. En total, 20 son los miembros que no responden a Kirchner, aunque se dividen en subgrupos que apoyan a distintos sectores.

El sector referenciado en gobernadores incluye a Pablo Bensusán (La Pampa); Jesús Rejal y María Florencia López (La Rioja); Mayans y María Teresa González (Formosa); Guillermo Andrada (Catamarca); Gerardo Montenegro, Claudia Ledesma y José Nuder (Santiago del Estero).

Lucía Corpacci es una excepción, ya que actúa con autonomía del Gobernador de Catamarca, Raúl Jalil. Algo similar ocurre con los tucumanos Juan Manzur y Sandra Mendoza, que tienen relaciones complejas con Osvaldo Jaldo. Mendoza ya tuvo algunos gestos con el Gobierno en las votaciones.

Sin embargo, Cristina Kirchner también podría capturar el voto de la chaqueña María Inés Pilatti de Vergara. Ella fue parte de Unidad ciudadana en 2017 y nunca dejó de ser aliada, lo que la convierte en el voto 13.

Los casos de Uñac, el santafesino Marcelo Lewandowski y el chaqueño Antonio Rodas son más complejos. Los tres amenazan con rupturas y se suman a votar los pliegos.

Las tensiones internas

De fondo, el peronismo atraviesa un conflicto que Mayans y Cristina hicieron explícito: la posición del peronismo frente a las amenazas de juicio político contra Javier Milei y la figura de Villarruel.

Es en este contexto que se produjo la reunión de Di Tullio y Sagasti con Mayans. En este contexto, le remarcaron de parte de la Exvicepresidenta que “nuestro espacio político está totalmente alejado de las versiones sobre juicio político. Seremos férreos opositores al plan económico de Milei, pero respetuosos de la voluntad popular y de los tiempos institucionales”.

Nosotros no entramos en esa del juicio político, somos institucionalistas y, a pesar de lo que digan, el peronismo fue siempre el que sufrió la persecución y la proscripción. Milei ganó las elecciones y su gobierno hace daño al país pero nosotros tenemos que construir la alternativa como oposición“, aclararon.

La aparente sintonía con Villarruel había prendido las alarmas. Es que la Vice de Milei tiene su propio proyecto y asegura por lo bajo que es “peronista”, mientras promete diálogo y respeto por las instituciones.

Inicialmente Cristina había observado la situación desde lejos, pero las versiones sobre un acuerdo político entre ella y Villarruel derivó en una manifestación pública de la Expresidenta para disipar rumores.

Luego de que Mayans calificara a Milei de “psiquiátrico“, Cristina replicó con un tuit pidiendo “pericia psiquiátrica a los que dicen que Villarruel es peronista“. En paralelo a esta situación se produce tanto la discusión de los pliegos como la pelea de los gobernadores con la expresidenta por la conducción del PJ.

Ella habla con los gobernadores más de lo que se dice porque creemos que no es necesario andar contándolo“, aseguran desde el entorno de Cristina, buscando minimizar el altercado, aunque consienten en que buscan crear acuerdos con los libertarios en ciertos temas.

Lo cierto es que su conflicto con Mayans provocó movimientos en el PJ. “Pegarle a Mayans es pegarle a los gobernadores“, dicen desde un sector, “los gobernadores están cansados del dedo de Cristina“.

Por lo pronto, la reunión entre senadores buscó “despejar la confusión sobre cualquier cercanía con dirigentes procesistas“. “Nosotros no vamos a ningún lado con los que equiparan los crímenes de lesa humanidad con otros delitos”, dicen desde el entorno de Cristina.

El discurso de Villarruel prometiendo que iba a reabrir las causas parecía la negación de todo lo actuado por la Justicia“, completan.

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