Con Milei, el consumo masivo tuvo su peor caída desde la pandemia

El consumo masivo lleva siete meses de caída consecutivos y en lo que va del año ya acumula una baja del 9,4%, y pese a que Javier Milei insiste en que “lo peor ya pasó”, el mes pasado se registró un derrumbe del 16% interanual, uno de los peores de la historia.

De acuerdo con el informe de la consultora Scentia, que preside Osvaldo del Río, el consumo en hipermercados, comercios barriales y PyMEs cayó en un 16,1% interanual en el mes de julio, una caída aún mayor a la de junio (que había sido del 12,4%).

La medición de la firma (que reporta tickets en todo el país en el 100% de los híper y 17.500 autoservicios) muestra además siete meses de caída consecutiva del consumo que rompieron con los 7 meses de crecimiento que se habían registrado previamente.

Cabe señalar que en enero el consumo había caído en un 3,5%; mientras que en febrero, un 4%; en marzo, un 7,4%; en abril, un 13,7%; en mayo, un 9,9%; en junio, un 12,4%; y finalmente en junio la caída interanual alcanzó un 16,1%. En total, la baja acumula un 9,4% en lo que va del año.

¿Lo peor ya pasó?

El dato va a contramano del discurso del relato que busca imponer el Gobierno de Javier Milei de que “lo peor ya pasó”, un latiguillo que se repite mes a mes pero que no encuentra sustento en la realidad.

Sin ir más lejos, la caída de julio fue una de las más importantes de la historia. Los comercios hoy venden menos que durante la crisis de 2001, la pandemia de 2020 y los peores momentos de la gestión de Mauricio Macri.

Es decir, la recesión no tiene precedentes a pesar de que la gente accede cada vez más a promociones y descuentos con tarjetas, billeteras virtuales y promos de los super.

Si bien el último dato de inflación mostró una desaceleración de los precios, alcanzando el 4%, esto no se sintió en el bolsillo de los argentinos porque los aumentos en precios regulados como las tarifas, naftas, educación y peajes hicieron mella en el poder adquisitivo de los sectores medios y bajos, responsables del 80% de la demanda de productos de la canasta básica.

Tampoco ayudó la brutal devaluación que impulsaron el Presidente y el Ministro de Economía Luis Caputo en diciembre, que derivó en una fuerte suba de los precios en alimentos, bebidas y limpieza, que ya se encontraban en niveles elevados.

Las expectativas para agosto no son alentadoras, ya que la primera semana mostró una caída del consumo en comercios de 21 puntos a pesar de la política de promociones agresivas de las principales cadenas.

Según uno de los empresarios del sector, se trata de “una catástrofe nunca vista”. En perspectiva, el peor mes de macri fue julio de 2016, y en ese caso la caída se limitó al 4,5% (un número que ya entonces resultaba preocupante).

La inflación de julio fue del 4% y se ubicó por encima de lo que había proyectado el Gobierno

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Un panorama poco alentador

Al desglosar la caída de julio de 2024, se observa que esta se compone en partes iguales por caídas tanto en cadenas de supermercados como autoservicios independientes. En el primer caso la baja fue del 16,6% y en el segundo, de un 15,5%.

La situación es particularmente preocupante en el interior del país, ya que en las provincias los hipermercados registraron desplomes del 17,1% y los autoservicios, de un 24,6%.

Según especialistas, la recesión provocada por el libertario fue solo uno de los componentes que destruyó el consumo. Este es acompañado por el atraso cambiario, que derivó en el desplome de la demanda internacional en territorios limítrofes.

En este contexto, no debería sorprender que no se registraron subas en las ventas de ningún rubro. En alimentación, la caída fue del 9,6%; en desayuno y merienda, 12,6%; en higiene y cosmética, un 20,9%; bebidas alcohólicas, un 25,2%; bebidas sin alcohol, un 23,7%; impulsivos (golosinas y productos cerca de las cajas), un 25,5%.

Caída interanual y caída mensual

Otro dato preocupante es el que da la consultora Focus Market. En este caso, el derrumbe interanual se sitúa en un 10,6%, pero el dato que enciende las alarmas es el de la caída intermensual. Es que en julio se registró una baja del 0,2% con respecto al mes anterior en el segmento masivo.

Según la firma, la cantidad de tickets creció un 2,5% frente al mes anterior y bajaron 7,9 % frente a 2023. Entre tanto, las unidades por ticket se redujeron 8,1% interanualmente a 4,5 unidades por ticket, y escalaron 0,7% a 4,1 unidades por ticket en junio.

La peor caída se vio en los autoservicios grandes, donde se retrocedió un 0,5%, con un ticket promedio de $ 7.115 y 4,6 unidades por ticket. Entre tanto, los autoservicios pequeños (menos de tres sucursales), registraron una suba del 0,1% mensual.

Damián Di Pace, director de la consultora, detalló que “mientras las ventas presentan una leve caída en el área metropolitana tienen un leve crecimiento en el interior del país”. “La canasta de consumo masivo compuesta por alimentos, bebidas, artículos de limpieza y cuidado personal avanzó 2,1% en su variación de precios promedio en el mes de Julio”, continuó, y “la categoría bebidas avanza en su consumo luego de caídas en los meses previos”.

En el AMBA se produjo un retroceso interanual del 6,7% y del 0,8% con respecto al mes anterior. En el interior, el consumo masivo disminuyó 12,4% interanual y subió 0,1% frente a junio.

“En los puntos de venta abundan las promociones, ofertas y descuentos para mover stock disponible en almacén de las grandes empresas de consumo masivo. Incluso en las categorías congelados, higiene, cuidado y accesorios del hogar hemos verificado bajas de precios en promedio a los efectos de incentivar las ventas. Varias empresas mantienen sus precios congelados intentando acercarse a una nueva demanda con restricción en el ingreso”, detalla el informe.

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Ahorros, afuera

En línea con el plan de Caputo para que la gente consuma sus ahorros en dólares para hacer frente a gastos fijos, una encuesta del Observatorio de Expectativas del Consumidor elaborada por la consultora Trendsity reveló una tendencia en este sentido.

Según indicaron, el menor consumo va acompañado por la elección de segundas marcas y, según el reporte, “el 57% de la muestra usa sus ahorros para afrontar gastos mensuales”.

Por otro lado, el 58% de los encuestados recortó la compra de productos esenciales y el 54% aseguró que recorre varios locales en busca de mejores precios. El documento indica al respecto que:

“El escaneo permanente como estrategia de rendimiento implica comparar más, y en muchos casos, comprar con menor frecuencia: el 51% confirmó esta tendencia. En esta carrera por detectar precios competitivos, el 76% cambió marcas habituales por otras más accesibles”.

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