Trump tuvo que frenar el bloqueo a TikTok ante el fenómeno de los "refugiados de TikTok"

Aún sin haber asumido, Donald Trump cedió y frenó la prohibición de TikTok en Estados Unidos ante la masiva migración de estadounidenses a otra red social china, dando marcha atrás no solo a la medida de Joe Biden, sino también a sus propias amenazas contra la empresa.

En la previa de su asunción como Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump prometió que emitirá un decretó para frenar la prohibición de TikTok en el país, luego de que la red social china dejara de funcionar durante la madrugada de este domingo.

A través de la red social Truth Social, el mandatario electo pidió a las empresas que “no dejen que TikTok permanezca a oscuras“. Además, comentó que firmará “una orden ejecutiva el lunes para extender el período de tiempo antes de que las prohibiciones de la ley entren en vigor, para que podamos llegar a un acuerdo para proteger nuestra seguridad nacional”.

“La orden también confirmará que no habrá responsabilidad para ninguna empresa que haya ayudado a evitar que TikTok se apagara antes de mi pedido”, completó el republicano, quien asumirá formalmente la presidencia justamente este 20 de enero.

De concretarse esta promesa, Trump daría marcha atrás con una decisión impulsada durante la administración del demócrata Joe Biden, quien el año pasado firmó un proyecto que luego fue sancionado por el Congreso y en el que se otorgaban 9 meses a la empresa china ByteDance para vender las acciones de la plataforma en Estados Unidos.

Cabe aclarar que la compañía solo podría vender su paquete accionario a compradores autorizados por el propio gobierno estadounidense, aunque el proyecto también incluía la posibilidad de conceder una prórroga si la venta estaba en curso.

El argumento de la Casa Blanca para justificar esta medida fue el de reducir el riesgo de que el gobierno chino accediera a información de los usuarios y manipulara la opinión de los estadounidenses. “Riesgo para la seguridad nacional“, es la muletilla de los políticos estadounidenses al referirse al tema.

No es la primera avanzada del gobierno estadounidense contra la empresa. El propio Trump había firmado en 2020 (durante su primera presidencia) una orden ejecutiva para prohibir cualquier transacción o negocio con ByteDance y su gobierno había llegado a anunciar que frenaría las descargas de TikTok y WeChat.

La compañía sostiene que nunca compartió datos de sus usuarios con China y la acusación no fue demostrada en ninguna de las audiencias previas, aunque despertó suspicacias el interés del gobierno estadounidense por eliminar a la principal competidora de empresas estadounidenses como Meta (de Mark Zuckerberg) o X (de Elon Musk).

Es que TikTok se convirtió en la plataforma de mayor crecimiento en los últimos años, y tiene 170 millones de usuarios en Estados Unidos que a partir del domingo perdieron la posibilidad de utilizar la red social.

En este contexto, Trump abrió las puertas a una suerte de cooperación con la plataforma, asegurando que estaría dispuesto a levantar la prohibición en caso de que el país obtenga un 50% de la participación accionaria de la plataforma.

“Al hacer esto, salvamos TikTok, lo mantenemos en buenas manos para que continúe creciendo”, comentó, “sin la aprobación de Estados Unidos, no hay TikTok, Con nuestra aprobación, vale cientos de miles de millones de dólares, tal vez billones”.

Ante el anuncio, desde la empresa -que había rechazado acceder a la venta de su paquete accionario- lanzaron un comunicado asegurando que “TikTok está restableciendo su servicio en Estados Unidos por la garantía recibida“.

Los refugiados de Tik Tok, un resultado inesperado

La repentina decisión del republicano está atravesada por el resultado inesperado que tuvo la prohibición de TikTok. Es que de cara al cierre de la plataforma, alrededor de medio millón de estadounidenses migró masivamente a Xiaohongshu (literalmente traducido como “pequeño libro rojo” y llamada “RedNote” en inglés).

Se trata de una red social china que hasta ahora solo era popular dentro del país gobernado por Xi Jinping, pero que en los últimos días vio un influjo de más de 700 mil nuevos usuarios, que llevaron a la aplicación a convertirse en la número uno en descargas en territorio estadounidense.

Es que la semana pasada las descargas de RedNote ascendieron en más de un 200% interanual, y la semana anterior ya habían mostrado una suba del 194%. An Apple quedó apenas por encima de la segunda aplicación más popular, Lemon8, otra aplicación de la empresa ByteDance.

Muchos de los usuarios que migraron masivamente a la plataforma se definieron a sí mismos como “refugiados de TikTok”, haciendo referencia justamente a la prohibición del gobierno estadounidense y en protesta a la decisión.

La aplicación funciona de forma similar a TikTok, ya que permite publicar videos cortos, fotografías y texto, al tiempo que incluye funciones de streaming y compraventa, y de la noche a la mañana se vio repleta de publicaciones en inglés que complicaron las tareas de un equipo de moderación que no estaba esperando un fenómeno de estas características.

Lo cierto es que la situación no solo implicó un efecto inesperado a nivel comercial, sino también a nivel cultural. Es que a diferencia de TikTok (que posee servidores específicos para el mercado chino), RedNote permite el intercambio entre usuarios de ambos países.

Así, una sorprendida comunidad china abrió las puertas a los “refugiados”, con quienes comenzaron a intercambiar historias sobre su día a día, sus mascotas, los precios en los supermercados, alquileres, cobertura médica, y gastos de salud y educación, entre otros tópicos.

Este tipo de intercambios abrió las puertas para que los norteamericanos pudieran conocer la sociedad china de forma directa, y sin una visión demonizada por la propaganda del gobierno y los medios estadounidenses.

Esta situación despertó las alarmas en la Casa Blanca, ya que dejó al descubierto los hilos del relato del Gobierno contra China y puso luz sobre la forma de vida en el gigante asiático, que dista mucho de las imágenes impulsadas por la maquinaria de propaganda oficial.

En paralelo, permitió a los estadounidenses poner en perspectiva sus propios problemas, como los exorbitantes gastos que deben afrontar para acceder a servicios como salud y educación, así como la compleja situación habitacional de varias familias.

Entre tanto, un vocero del Ministerio de Asuntos Extranjeros chino calificó el uso de la plataforma como “una decisión personal“, aunque reconoció el valor cultural de este tipo de intercambios.

China siempre impulsó el fortalecimiento de los intercambios culturales entre individuos de distintos países y las conexiones persona-a-persona“, dijo Guo Jiakun desde Beijing.

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