Según una nueva encuesta, Larreta le gana a Bullrich por cuatro puntos en la provincia de Buenos Aires

En el marco de la interna de Juntos por el Cambio, Larreta se impondría a Bullrich en el principal distrito electoral del país. El alcalde porteño aprovechó la idea de su adversaria de buscar un nuevo “blindaje” con el FMI. No conforme con citar a De la Rúa, Bullrich propone una reforma laboral calcada a la ley “Banelco” que precipitó el fin de la Alianza.

Sobre blindajes y “karma”

El sincericidio de Patricia Bullrrich, afirmando que en un eventual gobierno suyo buscará otro préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) para “blindar” la economía y así “salir del cepo”, le dejó servida en bandeja una oportunidad a Horacio Rodríguez Larreta.

El Jefe de Gobierno porteño no perdonó la confesión y arremetió contra su adversaria:

“El blindaje en nuestro país ya lo hizo (el expresidente radical Fernando) De la Rúa y no vamos a repetir eso, seamos realistas”, dijo el jefe de Gobierno, que comparó a su rival interna con el gobierno de la Alianza.

“¿Cómo terminó De la Rúa después del blindaje? ¿Qué vamos a hacer? ¿Vamos a salir a pedir otro préstamo más al Fondo? ¿Esas son las soluciones? Seamos realistas”, reafirmó el alcalde porteño.

Desde el entorno de Larreta confirman que el comentario del precandidato presidencial no fue premeditado, y se trató de una reacción genuina y espontánea. Pero una vez visto el resultado viral del mismo, el equipo de campaña decidió aprovechar la situación para poner de relieve las miradas irreconciliables en materia de política económica con Bullrich.

Rodríguez Larreta suele decir que será el “primer presidente economista de la historia de Argentina”, y contrasta con el pobre manejo de Bullrich a la hora de expresar sus ideas económicas.

Contrariamente a su tradición beligerante, esta vez Bullrich no respondió personalmente, más allá del comentario solitario del halcón Fernando Iglesias, quien recordó que Larreta también fue funcionario de La Alianza: “De la Rúa terminó mal, pero peor le fue a Favaloro”, escribió Iglesias en Twitter, rememorando el paso del actual alcalde como interventor del PAMI.

Hasta Javier Milei, quien otrora había propuesto una alianza electoral con Bullrich, criticó el “blindaje” que propone la precandidata del PRO.

El plan de Bullrich es aún peor que el blindaje de Fernando de la Rúa, ya que se endeuda para sostener una corrida cambiaria sin resolver el problema de las LELIQs y con dudosa solución al desequilibrio fiscal”, manifestó el libertario.

Cargan con el karma de que muchos de ellos han sido parte del fracasado gobierno de Fernando de la Rúa luego de conseguir el blindaje”, concluyó Milei.

A los cuestionamientos “por derecha”, Bullrich también derrapó este fin de semana cuando se difundió un video de la juventud del PRO, donde los jóvenes bullrichistas entonaron un cántico que rezaba “Yo la quiero a Patricia de presidente, para que construyamos este presente, para construyamos una Argentina, en la que estemos todos menos Cristina”.

El violento cántico generó el repudio generalizado de ministros, gobernadores, dirigentes políticos y sindicales y organismos de Derechos Humanos.

“Nefasto”, dijo Axel Kicillof. “Ahora sabemos porque nunca repudió el intento de mangifemicidio”, dijo Delfina Rossi. “Ella es Bullrich. No es el orden, es la violencia“, dijo Lucía Cámpora.

¿Ley “Banelco” 2.0?

Como si hablar de “blindajes” al estilo delarruísta no fuera suficiente, Bullrich tiene otro tema en su repertorio de homenajes a la crisis del 2001: la reforma laboral.

La reforma laboral que impulsa la precandidata presidencial opositora reproduce, en al menos tres de sus ejes, el contenido de la ley 25.250 (conocida por su infame nombre de “Ley Banelco”) que sancionó en 2000 el gobierno de Fernando de la Rúa con un escándalo institucional que derivó en la renuncia del entonces vicepresidente, Carlos “Chacho” Álvarez y en una ola de protestas sociales.

La reforma laboral fue apodada “Banelco” a raíz del escándalo de corrupción que suscitó, ya que se denunció que el gobierno de la Alianza había sobornado a senadores del Partido Justicialista para aprobar el proyecto. Fue el sindicalista Hugo Moyano, fervoroso opositor a la reforma, quien denunció que el entonces ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, había dicho en un encuentro en el gremio de Obras Sanitarias para discutir la Ley, que “para convencer a los senadores tenemos ‘la Banelco’“.

Es que al igual que las propuestas de Bullrich, la reforma de De la Rúa se basaba en el fin de la ultraactividad (la garantía de vigencia de los convenios de trabajo más allá de su vencimiento formal), la descentralización de las negociaciones colectivas y la reducción de las cargas patronales, entre otros puntos.

El corazón de la reforma laboral fue expuesto por Bullrich en la exposición de la Sociedad Rural.

Además, la precandidata añadió otros tópicos no incluidos en aquella norma. Entre ellos, planteó la necesidad de “desarmar el sistema de judicialización” laboral, así como “las multas y las tasas de interés que son imposibles” en alusión a las penalidades que se aplican contra los empleadores fuera de norma.

También sugirió poner un tope de seis sueldos a la indemnización por despido y extender a otros rubros la modalidad de pago por cese de obra vigente en el gremio de la construcción (UOCRA).

Un punto central mencionado por la precandidata fue “terminar con las leyes del 75” en aparente alusión a la mayoría de los convenios colectivos vigentes desde aquel año, así como con “un sistema vetusto y con el poder de una negociación teniendo la ultraactividad que impide modernizar los convenios colectivos”.

La ultraactividad es una cláusula que mantiene en vigencia un acuerdo de partes (empleadores y sindicatos) hasta la firma de uno nuevo, y su eventual cese implica la caducidad automática de cualquier mejora en un vínculo laboral con respecto al piso de derechos establecidos en la ley de Contrato de Trabajo.

En una negociación salarial implicaría, por caso, la caída de las escalas y la remisión de todos los ingresos a los valores pautados en el salario mínimo, vital y móvil.

En otro tramo Bullrich se refirió a la posibilidad de que las convenciones colectivas de trabajo se discutan no sólo a nivel nacional, entre las cámaras patronales de una actividad y el sindicato más representativo de ese rubro, sino “por región o por empresa”, tal y como estipulaba la “Banelco”.

Se trata de un afán histórico de las patronales argentinas de habilitar discusiones de menor escala que la nacional para privar a las representaciones gremiales de un piso de derechos mínimos desde el cual cada unidad de negociaciones pueda pactar mejores condiciones.

Victoria en un territorio clave

La impopularidad y polémica en torno a las propuestas y dichos de Bullrich provocaron que, en tiempos recientes, Larreta se muestre más confiado en su campaña, aprovechando las oportunidades que su rival le deja servidas. Y las encuestas parecen darle la razón.

Un reciente sondeo de Isonomía Consultores señala que el mandatario capitalino le ganaría por cuatro puntos la interna a la ex ministra de Seguridad en la provincia de Buenos Aires.

La provincia que gobierna Axel Kicillof es la más populosa del país, y allí habita el 37% del padrón nacional electoral. Si bien ganar la provincia no es garantía de victoria nacional, un buen desempeño en el distrito apuntalaría cualquier candidatura presidencial. Por lo que la ventaja de 4 puntos allí podría ser definitivo para la PASO opositora.

El sondeo realizado de manera presencial revela que Sergio Massa, el postulante de Unión por la Patria (UP) sería el candidato más votado en territorio bonaerense y le ganaría a la suma de los dos candidatos de Juntos por el Cambio.

El ministro de Economía tiene una intención de voto del 33,8% y ganaría cómodamente en las PASO. En el segundo lugar aparece Javier Milei con el 16,7%.

Luego aparecen los precandidatos de Juntos. En PBA, Larreta mide 16,6% y le saca casi cuatro puntos a Bullrich, que suma apenas un 12,7%.

En cuanto a los frentes, UP acumula 36,2% con sus dos fórmulas (Juan Grabois mide 2,4%) y JxC 29,3%.

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