La exgobernadora María Eugenia Vidal prepara su estrategia judicial para afrontar la causa que investiga la reunión en una sede del Banco Provincia de exfuncionarios de su gobierno, espías y empresarios que tramaron estrategias judiciales para perseguir sindicalistas opositores. Vidal busca dejar afuera de la causa al video que inició el escándalo por considerarlo ilegal.
“El video es ilegal, hasta ahora no apareció una orden judicial”, responde la ahora diputada nacional porteña cuando le preguntan por la filmación del cónclave en el Bapro.
Luego de analizar la situación, la exgobernadora llegó a la conclusión que la grabación es ilegal, la investigación tiene vida corta, por tecnicismos. Sin embargo, es consciente que el el escenario no le es tan sencillo y la causa recién comienza.
Vidal todavía no fue imputada por la fiscal federal Ana Russo. Pero es cuestión de tiempo: ya es una de las personas investigadas por la reunión que tuvo lugar en el Banco Provincia del 15 de junio de 2017.
El juez federal Ernesto Kreplak ya pidió varias medidas de prueba que la involucran. Primero solicitó un entrecruzamiento de llamadas entre los funcionarios presentes y la propia Vidal. Y luego requirió información a la Secretaría General de la Presidencia para saber si alguno de los protagonistas del encuentro ingresó a la Casa Rosada y a la Quinta de Olivos entre el 1 de mayo del 2017 y el 31 de diciembre de ese año.
Vidal no estuvo en la reunión, pero sí estuvieron altos funcionarios de su gobierno provincial, que la involucraron directamente. Cabe recordar que, en el primer video que se dio a conocer del encuentro, el ex ministro bonaerense de Trabajo, Marcelo Villegas, dijo al respecto la decisión del macrismo de avanzar contra la UOCRA platense:
“Nosotros hemos tomado una decisión como gobierno. Cuando digo gobierno, digo gobierno nacional, provincial y municipal de comenzar a resolver de forma definitiva la problemática que tenemos en materia de relaciones con la UOCRA de La Plata”, fueron las palabras textuales de Villegas, involucrando directamente a la administración de Vidal.
“No van a encontrar llamados míos con los tres funcionarios de la AFI ni con los empresarios”, asegura Vidal en la intimidad. En cambio, seguramente aparezcan llamados con sus funcionarios y varios ingresos a Olivos y a la Rosada.
El juez Kreplak también le pidió a la interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Cristina Caamaño, si algunos de los imputados estuvo en el organismo en el mismo periodo de tiempo. Según los libros de actas de la AFI, el ex subsecretario de justicia bonaerens Adrián Grassi registró tres ingresos, el intendente de La Plata Julio Garro dos, y Villegas apenas uno.
Luego que estallara el escándalo, Vidal habló con los protagonistas del cónclave y con ex funcionarios que siguen muy cerca suyo como Gustavo Ferrari o Cristian Ritondo. Recién después salió a intentar dar explicaciones públicas.
En explicaciones mediáticas buscó instalar la idea de que el líder platense de la UOCRA, Juan Pablo “el Pata” Medina, es un “mafioso” que tenía causas previas a su gestión.
“No necesitaba que mi gobierno ni nadie le armara una causa para ir preso, lo que sí necesitaba era un gobierno honesto que no lo protegiera y una Justicia que supiera que podía actuar independientemente”, dijo.
De esta forma, Vidal busca quitar el foto de atención de su gobierno, y colocarlo sobre sus opositores.
Hasta el momento, nadie se adjudica la convocatoria a la reunión en el Bapro. “A mí me llamó la secretaria privada de Villegas”, le dijo uno de los funcionarios que estuvo en el Banco Provincia. Ese mismo protagonismo aseguró desconocer quiénes eran los tres funcionarios de la AFI.
Pero Villegas dice otra cosa. En su declaración espontánea ante la Justicia, aseguró que la convocatoria estuvo a cargo de la AFI.
“Esa maniobra habría consistido en convocarme a una reunión, la cual en forma clandestina fue grabada en audio y video, cuyos motivos desconozco, hallándose años después esa grabación en un disco rígido perteneciente a un equipo informático de la Agencia Federal de Inteligencia”, afirmó el ex ministro de Trabajo.
Sin embargo, esto contradice abiertamente lo que Vidal sostuvo previamente: En una pobre defensa mediática de lo sucedido, la exgobernadora afirmó que habló con los exfuncionarios participantes, que éstos no sabían que Darío Biorci, Diego Dalmau Pereyra y Juan Sebastián De Stéfano (tres participantes del encuentro) eran de la AFI: “Estuve hablando con varios de los participantes y no sabían que ellos eran agentes de la AFI”, intentó explicar Vidal con dudoso poder de convencimiento.
El escándalo de la “Gestapo” también reflotó viejas internas en Juntos por el Cambio sobre el manejo de los servicios de inteligencia durante el gobierno de Mauricio Macri.
Vidal sospecha que la filtración del video responde a una interna entre los espías de la Agencia por las últimas decisiones judiciales del año en Comodoro Py. Especialmente por el fallo de la Cámara Federal que revocó el procesamiento de Arribas y Majdalani en la causa conocida como “SuperMarioBross” pero a su vez confirmó el de varios espías, entre ellos Diego Dalmau Pereyra, uno de los protagonistas de la reunión en el Provincia.
Vidal no disimula su enemistad pública con las autoridades que comandaron la AFI entre 2015 y 2019: Gustavo Arribas y Silvia Majdalani.
De hecho, no vio con buenos ojos que uno de los protagonistas del video, Juan Sebastián De Stéfano, ex director de Asuntos Jurídicos, todavía no haya sido desplazado de su cargo como director de Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE), un organismo que depende del jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta.
Vidal desconfía de los servicios de inteligencia: “Nunca utilicé el teléfono encriptado que nos dio la AFI”, admite en sus charlas privadas.
De momento, Vidal no está imputada en la causa, pero al ritmo que avanza la investigación es sólo cuestión de tiempo. Vidal se siente confiada ante las posibles consecuencias judiciales. De igual forma, dicen en su entorno, se mantiene alerta y preocupada: “Con los servicios de inteligencia nunca se sabe”, le dijo a un dirigente que la llamó en estos días.