Agustín Rodríguez, docente, artista plástico y karateka bahiense, compartió detalles sobre su inminente viaje a Okinawa, Japón en entrevista con Juani Guarino en El Ágora 2024 por Taboo Multimedios, y habló sobre su pasión por las artes marciales y plásticas desde la infancia y cómo se prepara para esta experiencia única.
Un viaje a la cuna del karate
Rodríguez explicó que su viaje a Okinawa coincide con el 60 aniversario de la escuela Miyazato, a la que pertenece. “Vamos a conocer el dojo donde se formó [Miyazato], otros dojos importantes y lugares relevantes de la historia del karate”, comentó el artista marcial.
“Salimos el 4 [de octubre], recorremos algunos lugares en Tokio porque ya quedamos ahí, nos tomamos tipo tres o cuatro días en Tokio y después sí el resto del tiempo nos vamos a quedar en Okinawa“, detalló Rodríguez sobre su itinerario.
El entrevistado destacó la singularidad de Okinawa en el contexto japonés. “Okinawa se conoce como el reino de Ryukyu y está a unas tres horas en avión de Tokio”, explicó. Rodríguez enfatizó la importancia estratégica y cultural de la isla: “Es un enclave, es un punto muy relevante porque está entre China, Corea, está a la misma distancia de Taiwán que de Corea, que de Japón”.
Esta ubicación privilegiada ha contribuido a la riqueza cultural de Okinawa.
“Es un lugar que culturalmente recibió influencias no solo de por ahí lo que tenemos los estereotipos de Japón como son los samuráis y algunas cosas como también familias chinas”, señaló Rodríguez, destacando el carácter único de la isla en comparación con el Japón continental.
Fusión de artes
Un aspecto fascinante de la carrera y vida de Agustín Rodríguez es cómo ha logrado combinar sus dos pasiones: el karate y el arte plástico, algo que el mismo reconoce al afirmar “Siempre fueron dos cosas que sostuve en paralelo”.
“Como artista marcial soy como muy artista desde el estereotipo occidental. Y al revés para los artistas visuales, soy como muy artista marcial porque le doy un lugar al cuerpo, a ciertas firmezas en algunas cosas”, explicó Rodríguez, ilustrando cómo estas disciplinas se complementan en su práctica.
Agustín atribuye parte de su inspiración inicial a las Tortugas Ninja, un fenómeno cultural de los años 80 y 90. “Hay como una especie de acta de algo fundante en las dos cosas que ya le hemos hablado en su evento que son las tortugas ninjas”, recordó. Esta influencia no solo despertó su interés en las artes marciales, sino que también le proporcionó una base para su desarrollo artístico.
“Un compañero que tuvimos en la primaria que era Agustín Occhiipinti, que también hacía karate, me acuerdo que él me explicó cómo él dibujaba en Tortuga Ninja”, compartió Rodríguez, revelando cómo aprendió a adaptar y crear a partir de modelos existentes.
En otro pasaje de la entrevista introdujo el concepto japonés de “bunbu ryodo”, que refleja la idea de que un guerrero debe ser igualmente hábil con la espada y con el pincel.
“[Los japoneses] Entendían que un guerrero tenía que ser tan fino con la espada como con la pluma, con el pincel”, explicó, relacionando este concepto con su propia búsqueda de equilibrio entre las artes marciales y plásticas.
También destacó cómo los principios del karate han influido en su enfoque artístico. “Me sirvió que me di cuenta que lo que me ha dado el karate con las distintas facetas que he tenido es un vínculo con la atención, el estrés y la disciplina”, afirmó Rodríguez. Esta transferencia de habilidades le ha permitido abordar su arte con una perspectiva única, combinando creatividad y disciplina.
Un bahiense en Okinawa
Respecto a sus expectativas para el viaje a Okinawa, Rodríguez se mostró entusiasmado por la oportunidad de experimentar de primera mano la cultura y tradiciones que han moldeado el karatey también abordó la difusión global del karate, mencionando cómo la presencia militar estadounidense en Okinawa después de la Segunda Guerra Mundial contribuyó a su propagación.
“Gran parte de la difusión del karate a posteriori, más allá de que algunos okinawenses a principios del siglo 20 se fueron a Japón, continente, digamos, a enseñarlo también muchos norteamericanos se formaron con okinawenses”, explicó.
El artista y karateka mencionó brevemente los desafíos financieros asociados con el viaje y los esfuerzos de recaudación de fondos en curso.
En ese marco, este sábado 15 de septiembre a partir de las 17 horas ofrecerá algunas de sus obras a la venta en Factor C (Zeballos 295, esquina Las Heras) donde también habrá bingo, bebidas, sorteos y un micro recital con Dejá Igor, banda que integra.
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