La desesperada maniobra de Milei ante el fracaso de su cadena nacional

Javier Milei sigue contradiciendo fuertemente los pilares del credo libertario: ahora, en un intento por revertir la narrativa del desplome en el rating durante la cadena nacional del presidente en el Congreso, el gobierno ha recurrido a una táctica que, paradójicamente, contradice sus principios de campaña: utilizar la TV Pública como órgano de difusión partidaria.

El domingo la transmisión en vivo del discurso presidencial desde el Congreso, estratégicamente programada para el prime time, se convirtió en un fiasco sin precedentes. Los números de audiencia se desplomaron de manera alarmante, tocando un piso de 3,5 puntos sumados entre todos los canales, el registro más bajo del año para ese horario.

Ante este escenario desfavorable, el gobierno activó una contraofensiva mediática utilizando la TV Pública como plataforma principal. La emisora estatal, otrora blanco de críticas feroces por parte del sector libertario durante la campaña electoral, se convirtió repentinamente en el megáfono oficial para difundir una versión alternativa de los hechos.

La TV Pública emitió un comunicado presentando “información oficial” sobre el impacto de la transmisión. Según estos datos, el rating habría alcanzado los 28 puntos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), lo que supuestamente se traduciría en una audiencia de 7,8 millones de personas en todo el país. Además, se afirmó que la cobertura en YouTube habría llegado a más de 1,4 millones de espectadores.

Sin embargo, estas cifras contrastan fuertemente con los datos proporcionados por consultoras independientes. Real Time, una firma especializada en medición de audiencias, reportó apenas 3,5 puntos de rating entre todos los medios televisivos. Más aún, se registró una caída abrupta de la audiencia de 14 puntos a 3,8 en tan solo siete minutos, coincidiendo con la aparición del Presidente en pantalla.

Este episodio pone de manifiesto la creciente preocupación en el entorno presidencial por la pérdida de popularidad y el aparente desinterés de la ciudadanía en los mensajes oficiales. El estudio reciente de Ad Hoc sobre la recepción de los discursos presidenciales ya había advertido sobre una tendencia a la baja en la atención pública hacia las intervenciones de Milei.

La decisión de recurrir a la TV Pública como herramienta de propaganda gubernamental representa un giro irónico para una administración que se jactaba de romper con las prácticas tradicionales de la política. Este movimiento no solo socava la credibilidad del discurso libertario sino que también expone las contradicciones entre la retórica de campaña y las acciones en el gobierno

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