La fugaz quita de retenciones al grano, un negocio redondo que Caputo le regaló a 11 exportadoras

Con la quita temporal de retenciones, Luis Caputo montó un esquema que le permitió embolsar alrededor de 1.500 millones de dólares a 11 empresas exportadoras, beneficiando a un grupo tan reducido que hasta la Sociedad Rural expresó su enojo con el gobierno.

La eliminación temporal de retenciones impulsada por el presidente Javier Milei y el ministro de Economía Luis Caputo benefició únicamente a un reducido grupo de once grandes exportadoras, que obtuvieron ganancias extraordinarias por US$ 1.500 millones en apenas tres días.

El esquema, que se agotó en tiempo récord al completarse el cupo de US$ 7.000 millones establecido por el Poder Ejecutivo, generó descontento hasta de la Sociedad Rural, un sector habitualmente aliado al oficialismo.

La medida eliminó las retenciones para granos y subproductos hasta el 31 de octubre o hasta agotar el tope fijado, pero duró únicamente 72 horas. El 90% de las divisas correspondió a porotos de soja y subproductos, lo que representó un costo fiscal de US$ 1.513 millones equivalente al 0,23% del PBI que el Estado dejó de recaudar.

Las declaraciones juradas de ventas al exterior revelan que las firmas que se apropiaron de la totalidad del beneficio fueron Bunge, LDC, Cofco, Viterra, Cargill, Molinos, AGD, CHS, Amaggi, ACA y ADM. Estas compañías, al concentrar el grueso del flujo exportable, pudieron aprovechar inmediatamente la ventana de oportunidad que les ofreció el Gobierno nacional.

La Bolsa de Comercio de Rosario informó que hasta el 24 de septiembre se habían registrado exportaciones por 11,47 millones de toneladas, equivalentes a US$ 4.181 millones, representando el 59,7% del cupo fijado. El volumen casi duplicó el récord previo de 2018, cuando se anotaron 6 millones de toneladas.

El especialista Salvador Vitelli destacó que entre soja y sus derivados y maíz se anotaron más de 9 millones de toneladas en un solo día. La rapidez con que se agotó el cupo evidenció que las grandes cerealeras ya tenían preparadas las operaciones para aprovechar el beneficio, mientras que los pequeños productores quedaron completamente excluidos.

La medida funcionó más como un incentivo a la prefinanciación de estas compañías que como una auténtica reducción de costos para los productores. Si el Gobierno hubiera exigido condiciones como la acreditación de tenencia de granos, el ritmo de declaraciones habría sido más paulatino y las exportadoras habrían compartido los beneficios con los productores.

Milei volvió a poner las retenciones luego de que el campo liquidara 7 mil millones de dólares en 3 días

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La furia del campo contra el gobierno

La operación fue tan burda que hasta el sector agropecuario expresó un descontento generalizado con la implementación del esquema. Desde una de las entidades que integra la Mesa de Enlace señalaron: “Fue un acuerdo en una mesa con 10 personas. Si hacés la cuenta se ganaron 2.000 millones de dólares en tres días. El Gobierno buscó esto”.

La Federación Agraria Argentina denunció sentirse utilizada, ya que mientras mantenían diálogos con el gobierno, sectores oficiales “ya habían arreglado toda la cuenta con los exportadores”. Desde FAA agregaron: “Imagínate que en tres días hayan cubierto ese cupo es porque ya estaba hablado de antemano y estaba todo en poder de terceros. Es decir, el campo la vio pasar“.

Incluso la Sociedad Rural Argentina, habitualmente alineada con las políticas del gobierno, mostró su malestar. La seccional Rosario emitió un comunicado denunciando que el negocio quedó “en manos de un grupo reducido de grandes exportadores” mientras la mayoría de los productores “quedó al margen”.

La Bolsa de Comercio de Rosario advirtió que el cupo resultó insuficiente frente a la mercadería pendiente de venta. Al precio FOB vigente, el valor total de productos que resta vender para cumplir con el programa exportador estimado alcanza US$ 9.770 millones, muy por encima del tope de US$ 7.000 millones fijado por el gobierno.

El presidente de la SRA, Nicolás Pino, expresó públicamente su descontento manifestando: “Realmente el ánimo nos duró poquito”. Pino cuestionó que en tan poco tiempo la exportación haya presentado tantas declaraciones juradas para cubrir semejante monto y pidió información concreta sobre cómo se distribuyeron los recursos.

Entre los productores creció la sensación de que las cerealeras liquidaron sin retención los granos que le habían comprado previamente descontándoles las retenciones, o incluso declararon ventas de granos que no poseían y que comprarían posteriormente a los productores también descontándoles las retenciones.

Un gobernador citado por el portal LPO reconoció que la medida traería malestar en el campo, un sector que Milei necesitaba recuperar de cara a las elecciones. Este mandatario calificó la iniciativa como “una medida desesperada” por la necesidad de dólares y cuestionó que “toda baja circunstancial atenta contra una baja permanente de las retenciones”.

El productor rural Carlos Milicevic, exvicepresidente del SENASA, definió la iniciativa como “una medida de política cambiaria y no agropecuaria” que “lamentablemente no pudo ser aprovechada por los productores”.

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