En la marcha opositora contra los “vacunados VIP” del pasado sábado realizó una intervención, consistente en la instalación frente a la reja de la Casa Rosada de unas 10 bolsas mortuorias con nombres de allegados al Gobierno que fueron colocadas por algunos manifestantes.
Este hecho fue repudiado por diferentes sectores políticos y motivó la reacción del propio Presidente, quien la calificó como un “verdadero acto de barbarie”.
La acción fue realizada por dos organizaciones políticas, según figura en el papel que pegaron en las mismas. Una de ellas es la “Unión Republicana”, que en su perfil de Twitter se autodefine como “una corriente interna del PRO que defiende explícitamente la vida, la libertad y la propiedad privada. Estamos a favor del capitalismo y el libre mercado”.
Unión Republicana se ampara bajo el paraguas del exministro de Transporte de la Nación Guillermo Dietrich, concretamente de Martín Pugliese.
Sus “colegas” en la repudiable protesta fueron los “Jóvenes Republicanos”, la “juventud” de la mencionada organización.
En el sitio web de UR puede verse que entre sus principales referentes se encuentran los diputados nacionales macristas por Neuquén Francisco Sánchez y David Schlereth, y el diputado provincial macrista de San Luis Bartolomé Abdala.
La macabra presentación fue asociada a las prácticas de la última dictadura cívico-militar. “La forma de manifestarse en democracia no puede ser exhibir frente a la Casa Rosada bolsas mortuorias con nombres de dirigentes políticos. No callemos ante semejante acto de barbarie“, objetó el Presidente Alberto Fernández.
Ante las críticas, la agrupación Jóvenes Republicanos mediante un comunicado público reivindicó la “intervención” porque representa “a los argentinos que murieron” y consideraron que “barbarie es robarle las vacunas al pueblo“, en relación al escándalo mediáticamente conocido como “vacunatorio VIP”.
Según esta lógica, una aclaración con letras chicas justifica la siniestra manifestación pública.
