El FMI exige unificar el tipo de cambio, pero Caputo mantiene el cepo para evitar una devaluación y una disparada inflacionaria

Luis Caputo aseguró que “nada de lo que se está diciendo sobre el acuerdo con el Fondo es correcto” y aseguró que el Gobierno no llevará adelante una nueva devaluación, pese a que esa es una de las condiciones que impone el FMI para otorgarle un nuevo desembolso.

Recientemente las autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI) adelantaron que trabajan junto al Gobierno de Javier Milei para elaborar un nuevo acuerdo, lo que derivaría en un nuevo desembolso que permita al titular del Banco Central, Santiago Bausili, enfrentar la frágil situación de las reservas.

Sin embargo, la visita de la misión de la entidad al país no incluyó definiciones sobre el futuro del acuerdo, aunque tomaron fuerza las versiones sobre una posible devolución como condición para que avancen las negociaciones.

Varios especialistas se manifestaron en este sentido debido a que el Fondo viene presionando para que el Gobierno mejore el tipo de cambio y deje de intervenir en el mercado para sostener el dólar barato, un accionar que atenta contra la acumulación de reservas que requieren desde la entidad.

Pese a esta situación, el Ministro de Economía, Luis Caputo, utilizó sus redes sociales para desmentir versiones sobre la posible devaluación, asegurando que “nada de lo que se está diciendo es correcto“.

“Nada de lo que se está diciendo sobre el acuerdo con el Fondo es correcto. Difícil errarle en todo, pero lo están logrando“, lanzó el funcionario, negando que en Casa Rosada estén evaluando una nueva devaluación y dando a entender que el ajuste mensual (crawling peg) continuará siendo del 1%.

El silencio del FMI frente a la estrategia de Caputo

La misión del FMI llegó al país y se fue con palabras elogiosas para el programa económico de Milei (en línea con las recientes declaraciones de su titular, Kristalina Georgieva), asegurando que el diálogo es “altamente constructivo y positivo”.

Sin embargo, las autoridades del organismo no dieron mayores definiciones sobre la situación del acuerdo y tampoco se expresaron sobre la reciente decisión del gobierno de bajar temporalmente las retenciones agropecuarias.

La medida generó incertidumbre entre operadores del mercado local e inversores de Wall Street, ya que indica que en lugar de ceder a la presión del FMI para devaluar, con esta medida Milei y Caputo pretenden alterar el tipo de cambio bajando impuestos a las exportaciones.

Desde el organismo vienen advirtiendo sobre el “atraso cambiario” desde mediados de 2024, así como la falta de incentivos para que el Central acumule reservas. A corto plazo, la decisión del Gobierno provocó una baja de los dólares financieros (el dólar blue quedó en 1.230 pesos, mientas que el CCL y el MEP estuvieron en torno a los 1.150).

Es que la reducción de retenciones provocó una expectativa por la liquidación de divisas por parte del sector agroexportador. Con esto -junto a la baja de impuestos internos a los vehículos- el Estado busca esquivar las condiciones que propone el FMI.

En este contexto, el organismo le regaló un silencio a Milei, que le permite actuar con mayor libertad, pero con la expectativa de obtener resultados concretos. El problema es que no está claro cómo mantendrá su superávit fiscal si renuncia a mecanismos de recaudación.

La baja de retenciones es una forma de mejorar el tipo de cambio real que perciben los exportadores sin ceder a una devaluación oficial. Sin embargo, se trataría de una solución a corto plazo.

Es que, según los cálculos oficiales, bajar las retenciones implica renunciar a alrededor de 800 millones de dólares en recaudación. Esto representa el 0,13% del PBI. Para ponerlo en perspectiva, el aumento exigido por las universidades nacionales implicaba un costo fiscal de 0,14% del PBI.

Sin embargo, desde el Ministerio de Economía apuntan que este costo es contenido y se compensa con las mayores transferencias automáticas a las provincias y con el impacto positivo que tendrá sobre las finanzas públicas la mejora en la liquidación de divisas. Cabe esperar cómo responderá el FMI al mecanismo.

Desesperado por obtener dólares, Caputo cedió a la presión del campo y bajó las retenciones

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A las presiones cambiarias se suma un nuevo vencimiento

Este no es el único problema en la cabeza de Caputo, ya que deberá afrontar un nuevo vencimiento del FMI que ronda los 650 millones de dólares, y que sumará más presión para las ya frágiles reservas del Banco Central.

A pagarse el 1 de febrero, se trata del pago correspondiente a los intereses de la deuda de 45 mil millones de dólares que había sido tomada por el Gobierno de Mauricio Macri en 2018 y que desde entonces condiciona la economía argentina.

El vencimiento tiene como escenario las presiones cambiarias del FMI y las complicaciones para sostener la apreciación del peso frente a los demás países de la región, que se convirtieron en una canaleta por la que salen los dólares argentinos a través del turismo.

Por lo pronto, el Banco Central cerró la semana con un saldo vendedor de 119 millones de dólares, algo que no ocurría desde hacía tiempo, al tiempo que mantiene un desempeño positivo por 1.535 millones de dólares.

En paralelo, el vicepresidente de la entidad, Vladimir Werning admitió que a principios de enero el gobierno utilizó alrededor de 619 millones de dólares de las reservas para sofocar una incipiente corrida cambiaria.

Además, cabe señalar que la decisión de reducir las importaciones no tuvo el aluvión de liquidaciones por parte del agro, ya que las operaciones estuvieron virtualmente paralizadas mientras se esperan mayores definiciones al respecto.

Esto le permitió al Central comenzar la semana con compras por 139 millones de dólares el lunes, mientras que el martes se aprovechó una caída en la demanda de divisas.

Esto no cambia que las reservas netas se encuentran en números rojos, con un saldo negativo de 10.140 millones de dólares según el Portfolio Personal Inversiones (PPI). El cálculo excluye depósitos en moneda extranjera del Tesoro y pagos de Bopreal pautados para los próximos meses.

Según indicaron, “incluso a pesar de haber adquirido un récord de u$s23.172 millones en el mercado oficial de cambios en la era Milei, las reservas netas bajo la metodología FMI mejoraron en el margen desde -u$s11.471 millones al momento de asumir el nuevo gobierno”.

En cuanto a las reservas líquidas, estas treparon de 5.113 millones a 12.581 millones en lo que va de la gestión Milei. “Por ende, la liquidez permanece en niveles muy elevados tras el pago de capital e interés de los Globales y Bonares en enero y la intervención por u$s619 millones en la primera quincena del mes”, completaron.

El Banco Central quemó el superávit comercial para sostener el dólar barato de Milei

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La negociación con el FMI

El pago del 1 de febrero no será la única prueba para el Gobierno, que deberá encarar otros dos vencimientos en mayo y agosto, que no estarán calzadas con desembolsos. Además, cabe recordar que el programa de Facilidades Extendidas firmado en 2022 ya culminó, razón por la que el Gobierno impulsa un nuevo programa que incluya endeudamiento adicional.

En el mismo sentido, Milei pretende alcanzar un esquema de desembolsos que le permita apuntalar las reservas netas y, a la vez, levantar el cepo cambiario. La expectativa es que el fondo desembolse alrededor de 10 mil millones con un plazo de 4 años.

Sin embargo, el FMI pide no solo el fin del cepo, sino también la unificación cambiaria (que representaría una suba del dólar del 30%). El Bank Of America señaló al respecto que:

“Parece altamente probable que las partes lleguen a un acuerdo sobre un programa de Acuerdo de Facilidades Extendidas para abril. Esperamos un desembolso inicial significativo y la refinanciación de la mayor parte del servicio de la deuda del FMI hasta 2028″.

El Banco considera que el Central relajará progresivamente los controles de capital y aceleraría el ritmo luego de las elecciones. “La eliminación de los controles será gradual al inicio, pero esperamos una unificación cambiaria en diciembre, cuando aún haya existencias de pesos atrapadas en el mercado por las restricciones”, apuntan.

El exdirector por Argentina en el FMI, Héctor Torres, dijo que seguramente haya un acuerdo, pero aún no está claro cómo funcionaría el desembolso y si el organismo incluirá una clausula para evitar que el Gobierno lo use para intervenir en el tipo de cambio. “Si no se modifica la política cambiaria, no veo un desembolso inicial” de esos montos.

Morgan Stanley, por su parte, indicó que tras un periodo de flotación administrada del dólar, se avanzaría con la unificación cambiaria en lo que llevaría a una devaluación que ponga el dólar a 1.400 pesos.

Georgieva deslizó que el FMI planea darle fondos frescos a Milei pese a las metas incumplidas

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