La recaudación se desplomó un 15% en medio de la brutal caída del consumo, poniendo en riesgo el ficticio superávit festejado por Luis Caputo, que liquida las reservas para intentar contener la devaluación en curso.
El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) publicó un nuevo informe en el que detalló una caída de la recaudación que asciende al 15% en junio, a seis meses del inicio de la gestión de Javier Milei.
Esta cifra pone en riesgo el superávit del 0,4% del PBI que venía celebrando el Ministro de Economía Luis Caputo, y que se había extendido durante los primeros 5 meses del año gracias a la decisión de aplazar el pago a las empresas energéticas.
Según el IARAF, el brutal ajuste y recesión generados por el equipo económico del libertario impactaron fuertemente en la recaudación, ya que los impuestos vinculados al consumo fueron los que registraron la mayor caída. El IVA, por ejemplo, registró una baja del 20,6% en términos reales.
Asimismo, esto repercutió directamente en el financiamiento de las provincias, que perdieron un 24% en términos reales de transferencias automáticas. De forma paralela, los gobernadores vienen sufriendo la paralización de las transferencias secundarias del Gobierno Nacional, que los pone en una compleja situación de cara al pago de aguinaldos.
En un intento por ocultar la recesión, Caputo había postergado en mayo el impuesto a los débitos y créditos, así como el pago del impuesto PAIS sobre los Bopreal de diciembre, “maquillando” los números de junio por 200 mil millones.
Tras la sanción de la Ley Bases y el paquete fiscal, el Presidente Javier Milei había anunciado el comienzo de la segunda fase de su programa económico este viernes, aunque la tendencia a la baja de la recaudación complica sus planes.
Problemas para la segunda fase del programa
En diálogo con LN+, el mandatario había adelantado que el gobierno avanza hacia un “cambio de régimen monetario”. “Ya paso la etapa del déficit fiscal cero, ahora vamos a la etapa de la emisión cero. Ahora se viene el cambio del régimen monetario. Estamos apuntando a que lo que se denomina la base monetaria amplia no varié más“, había dicho.
En este contexto, había señalado que “la economía encontró un piso y está rebotando“, y se había mostrado confiado en que avanzaría hacia la eliminación de los pasivos remunerados del Banco Central.
“Una vez que resolvemos el problema de los puts, esto estaría poniendo un fin a los pasivos remunerados. Una vez que además logremos converger en materia de inflación, cuando se cumpla todo ese conjunto de elementos, estarán las condiciones para salir del cepo“, había sido la otra promesa de Milei, que aseguró que no le preocupaba la suba del dólar libre y los financieros.
En el mismo sentido, había asegurado que con el superávit alcanzado en el primer semestre había un “colchón financiero muy grande” de cara a los vencimientos de julio, que ascienden a 4.000 millones de dólares.
Finalmente, había adelantado la reducción del Impuesto País en alrededor de diez puntos, pasando del 17,5% al 7,5%. Es decir, a los mismos niveles que tenía a fines del gobierno de Alberto Fernández y antes de que el propio Milei definiera su suba.
“Cuando termine de reglamentarse la ley y empiecen a correr los ingresos, una vez que limpiás ese defecto, se empieza a aplicar esa reducción”, aseguraba, “es una cuestión de caja. Hay cuestiones operativas, imagino que podrá ser en agosto. Necesitás reglamentarlo y necesitás que esté funcionando, es un problema de caja”.
La conferencia de Caputo y Bausili
Sin embargo, poco después Caputo y Santiago Bausili (Presidente del Banco Central) encabezaron una conferencia de prensa en la que el Ministro postergó la baja del Impuesto País.
“El impuesto País lo vamos a bajar, como dijimos desde el día uno. Va a ser tan pronto sea implementada la Ley Bases y el Tesoro empiece a recibir los ingresos del paquete fiscal. Seguramente sea entre agosto y septiembre“, se limitó a decir Caputo al respecto.
Además, el funcionario tampoco anunció medidas relacionadas con el atraso cambiario, la salida del cepo y la brecha (que ya se encuentra en torno al 50%), los puntos más cuestionados del programa económico, tanto por el FMI como por el campo.
Caputo y Milei se ven presionados por un mercado que no reaccionó como esperaban a la sanción de la Ley Bases, con la suba del riego país, bajas en torno al 2% de los bonos de deuda en dólares, y la expectativa de los productores rurales por cambios en el dólar blend antes de tomar la decisión de liquidar cosechas estimadas en 14 mil millones de dólares.
Sobre este último tema se había generado expectativa a partir de la promesa de corregir el precio del dólar a partir del recorte del Impuesto País, pero esto no ocurrió. Así, no llegan los dólares (ni del campo ni del FMI) y el Central pierde reservas.
En cuanto a la salida del cepo, el gobierno tampoco planteó cambios, y ratificó que se mantiene “el crawling peg del 2%, se mantiene el 80/20 y no hay ningún proyecto de devaluación“. “Algunos dirán que nos estamos enamorando del cepo, pero no“, reiteró.
“Lo vamos a levantar en la tercera etapa del plan de recuperación, aún no hay fecha”, comentó, y aclaró por cuarta vez en 15 días que “no hay ningún proyecto de devaluación“.
Las intervenciones de Caputo
En un contexto adverso, Caputo también anunció un canje forzoso de títulos en poder de los bancos, denominados Puts. Se trata de instrumentos emitidos por el BCRA y en cartera de entidades financieras que compraron títulos públicos, que garantizan la recompra por parte del Central de pasivos del propio Banco que no tengan oferta en el mercado secundario.
El anuncio del Ministro implica obligar a las entidades a deshacerse de los bonos con el Central y reemplazarlos por papeles emitidos por el Tesoro, que implican un crédito de menor calidad, llamados “Letras de Regulación Monetaria”.
“Ya estamos en la segunda etapa del plan de estabilización, que consiste en ir a cerrar la segunda canilla de emisión monetaria, los intereses que paga el Banco Central”, indicó.
El anuncio es cuanto menos riesgoso, ya que según había dicho el propio Milei, el pasivo monetario en puts equivale a 4 puntos del PBI, por lo que, si los bancos ejecutan los puts de forma pasiva, el resultado podría ser catastrófico.
De forma paralela, Caputo viene interviniendo en el mercado cambiario en un intento por acortar la brecha cambiaria, en sintonía con lo que había hecho durante el gobierno de Mauricio Macri. Según Eco Go, hasta fines de mayo gastó más dólares que los que habían gastado Martín Guzmán y Sergio Massa.
El cálculo incluye el 20% del “dólar blend”, que se liquida en el mercado de Contado con Liquidación. Así, en casi 6 meses el gobierno gastó 9.000 millones de dólares en intervenciones cambiarias, mientras que en dos años y medio de Guzmán, esta suma fue de 2.766 millones, y con Massa, en 17 meses alcanzó los 7.619 millones.
Según el informe de la consultora que dirige Marina dal Poggetto:
“Lo que empezó como un programa pragmático de shock controlado para intentar capitalizar el balance de un BCRA quebrado sin romper contratos, con superávit fiscal primario del 2% del PBI y un tipo de cambio que permitiera al BCRA comprar dólares (vía desplome de las importaciones) y licuar parte del excedente de pesos (vía inflación y tasa de interés negativa) mientras se avanzaba en un programa monetario (que permitiera empezar a construir un ancla distinta del tipo de cambio con el fin de ir desarmando el cepo), tropezó“.
El tropiezo implicó el fin de la etapa en que el Banco Central pudo comprar dólares y las dificultades para mantener el sendero bajista de la tasa de inflación y sanear el balance del Banco Central sin trasladar la deuda y los vencimientos a Economía. Sin embargo, además de los vencimientos de organismos internacionales y Bopreales, el tesoro enfrenta vencimientos “por USD 39.000 millones en lo que resta del año y por otros USD 39.000 millones el año próximo”.