Pensando en 2023, en la Unión Cívica Radical se desató una fuerte interna por la presidencia del Comité Nacional de la UCR donde aparecen dos candidatos a dirigir el partido y con aspiraciones presidenciales dentro de la alianza Juntos por el Cambio: el gobernador jujeño Gerardo Morales y el senador porteño Martín Lousteau.
El presidente saliente, y ahora senador electo por Mendoza, Alfredo Cornejo (que tampoco oculta sus pretensiones presidenciales), intenta una sucesión ordenada y “consensuada” que distribuya entre todos los sectores los cargos partidarios e institucionales.
Una solución compleja para una contienda que tiene fecha tentativa el próximo 17 de diciembre, pero que no pocos quieren postergar hasta marzo del año que viene porque muchas provincias aun no dirimieron en internas partidarias sus delegados al Comité Nacional.
La pelea de fondo es ahora entre Morales y Lousteau por la conducción del Comité Nacional. Ambos se envalentonaron con el resultado de la elección legislativa, que potenció el protagonismo de la UCR y sus ambiciones presidenciales dentro de JxC, en la que confrontarían con el o la candidata macrista y por la hegemonía de la alianza opositora.
Lousteau cuenta con el respaldo del radicalismo porteño, referenciado en el histórico dirigente Enrique “Coti” Nosiglia, y los acuerdos que el sector tejió con parte del radicalismo en distintas provincia. Morales recoge apoyos entre los caudillos provinciales de la UCR con una impronta más “federal”.
Pero la disputa arrastrará a toda la UCR donde hay encolumnamientos cruzados, como ya se dieron en la interna de la alianza macrista donde dirigentes radicales se enfrentaron en listas diferentes. Una situación que se repetiría y recrudecería en la lucha por la conducción partidaria.
Una muestra es la pelea interna que ya se da en el Congreso. El “nosiglismo” postuló a Emiliano Yacobitti para reemplazar a Mario Negri al frente del bloque de diputados nacionales de la UCR.
Negri junta apoyos y resiste la embestida del sector de Lousteau con quien tiene un conodico enfrentamiento: el porteño se negó a integrar el bloque radical en 2015; desafió en la interna radical de Córdoba a Negri y Diego Mestre con la postulación de Rodrigo de Loredo que cayó derrotado por poco y avaló la alianza Luis Juez-De Loredo que desplazó al tándem Negri-Gustavo Santos en las PASO.
La controversia atravesó las fronteras de la UCR y llegó a la alianza macrista donde Elisa Carrió, salió a bancar a su amigo Negri contra las pretensiones del nosiglismo.
En el Senado, el jefe del bloque radical y del interbloque de JxC, Luis Naidenoff, ya conoce las embestidas de Lousteau y Nosiglia. Ahora, el camino de Naidenoff (alineado con Morales) parece estar más despejado, aunque con su llegada a la Cámara alta, Cornejo podría complicar sus planes: el mendocino pretende posicionarse como presidente de la bancada de senadores de la coalición opositora.
Cornejo, que disputó sin suerte en 2019 la conducción del bloque de diputados con Negri, aspira a un sillón relevante en el Congreso Nacional que también mantenga vivas sus ilusiones presidenciales.
Cornejo aspira a que la UCR no se disperse en alianzas fuera de las fronteras partidarias y tenga un solo candidato para enfrentar al macrismo en la interna por las presidenciales de 2023.
Ahí, el senador mendocino mira con buenos ojos al “bonaerense” Facundo Manes, el único radical que por ahora no aparece en las disputas partidarias pero que quiere fortalecer desde su banca de diputado la candidatura a presidente.