Pese a mostrarse como "moderado", Morales disputa con Bullrich mientras criminaliza la protesta en Jujuy

Gerardo Morales y Patricia Bullrich protagonizaron un duro cruce en el marco de la interna de Juntos por el Cambio. El jujeño abre el paraguas para bajar su candidatura y ser el compañero de fórmula de Larreta. Pese a mostrarse como “moderado”, el líder radical avanza con la criminalización de la protesta en Jujuy.

“Bullrich está alterada”

El titular del Comité Nacional de la UCR, Gerardo Morales, lanzó en marzo su precandidatura presidencial. No obstante, en el marco de la interna en la alianza Juntos por el Cambio, el gobernador de Jujuy baraja la posibilidad de bajarse de la carrera por el Sillón de Rivadavia para ser el compañero de fórmula de Horacio Rodríguez Larreta (PRO).

Así lo reconoció este lunes: “Podría ser vice de él (Larreta), o él vice de mío. O seguimos con las candidaturas“, sostuvo en diálogo con C5N.

En medio de la interna opositora donde el larretismo y la UCR buscan ampliar la coalición, mientras que desde el ala dura del PRO, Patricia Bullrich y Mauricio Macri rechazan la idea, Morales consideró:

“Yo creo que lo más importante es que estamos coincidiendo y se viene generando un espacio de pensamiento en Juntos por el Cambio, en el que está el larretismo, un sector mayoritario del radicalismo, la Coalición Cívica, el peronismo republicano, (Margarita) Stolbizer“.

En contraposición, el jujeño considera que la actitud de Bullrich y Macri es “sectaria” y responsable de montar un “escenario patético“.

Tras la Convención Radical realizada este lunes, el precandidato a presidente de la UCR le pidió a Bullrich “bajar un cambio” y dejar de “desacreditar”, al tiempo que deslizó que la ex ministra macrista está “alterada“.

“Yo creo que si vamos por andariveles normales, lo que se va a dar es un debate de ideas, pero bueno, si sigue alterada como está, se va alterar la campaña”, dijo el gobernador radical.

Por su parte, la precandidata a presidenta del PRO le respondió de inmediato:

Gerardo, lo último que voy a hacer es ‘bajar un cambio’. Ir a fondo es lo que nos define como espacio y lo que la sociedad nos demanda. O somos un cambio profundo de la mano de la gente o seguimos con los arreglos entre políticos y no somos nada”.

Acto seguido, Morales redobló la apuesta: “Estimada Patricia, me refiero a no escalar descalificaciones verbales. No voy a redoblar para ver quién tiene más coraje para afrontar lo que viene y tomar decisiones”.

“Te sugiero que retomemos el debate de ideas y no el de las descalificaciones bravuconas. El camino es la ampliación y nuestra unidad”, concluyó el dirigente.

¿Tan distintos?

El líder del radicalismo prosiguió su contrapunto con Bullrich volviéndose a jactar de la persecución política que ejerce sobre opositores en su provincia, con especial énfasis en la detención irregular de la lideresa social Milagro Sala.

Lo que hice, lo que tuve que afrontar, Milagro Sala y delincuentes que están presos y las decisiones de Gobierno para transformar mi provincia, hablan por mí”, afirmó.

El radicalismo intenta mostrarse como la supuesta “ala blanda” de la coalición opositora. Sin embargo, sus actos de gobierno demuestran que las diferencias con la supuesta “ala dura” son apenas discursivas. En los actos de gestión, la UCR se muestra tan implacable contra los reclamos populares como promete ser el PRO.

Morales es el protagonista de una fuerte polémica en Jujuy por sus atropellos a los derechos civiles consagrados en la Constitución Nacional referentes al legítimo derecho a la protesta.

En su camino por reformar la Constitución provincial, Morales firmó un nuevo decreto que avanza en la criminalización de la protesta, autoriza la represión policial, da intervención directa a la Justicia penal y cobra multas a quienes corten calles u ocupen espacios públicos en demanda de mayores derechos.

De hecho, esta semana, miles de docentes, trabajadores estatales y militantes de organizaciones sociales marcharon en San Salvador de Jujuy en reclamo de una recomposición salarial y en contra de la reforma constitucional.

Bajo la consigna “Arriba los salarios, abajo la reforma”, bajo el rigor del frío y el aguanieve, comenzó el paro provincial de todos los gremios estatales. Con los docentes a la cabeza, marcharon los municipales, personal de salud, los universitarios, los bancarios, los músicos, los azucareros del Ingenio Ledesma, las comunidades originarias, el Polo Obrero, el FIT, la Agrupación HIJOS Jujuy y Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, entre otras organizaciones.

Incluso familiares de policías se sumaron al reclamo de mejoras salariales, y los choferes de colectivos decidieron no acatar la orden que habían recibido para que no transportaran a docentes a los lugares de concentración.

El decreto 8464 de Morales se conoció en medio de los reclamos salariales y de las expresiones de rechazo a la reforma constitucional que él mismo impulsa. En su artículo 1º, el decreto fija que “serán sancionados con hasta mil unidades de multa quienes permanezcan en espacios públicos, alterando el orden, obstaculizando la libre circulación vehicular y/o peatonal, causando temor en la población o limitando ilegítimamente y de cualquier modo el libre ejercicio de los derechos de los ciudadanos”.

Los docentes iniciaron la semana pasada un paro por tiempo indeterminado en demanda de sueldos que superen el valor de la canasta básica, fijada en más de 200 mil pesos.

La decisión de Morales de reprimir y criminalizar las protestas sociales, cosechó el repudio de todas las centrales sindicales del país. La CGT planteó que “representa pensamientos vinculados con momentos históricos nefastos de la historia de nuestro país“; la CTA de los Trabajadores lo definió como “un globo de ensayo del ajuste con represión”. Mientras, la CTA Autónoma denunció a Morales ante la OIT por violación de convenios internacionales.

Por su parte, el titular del SUTEBA y de la CTA de los Trabajadores, Roberto Baradel también denunció a Morales ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Suiza.

“Morales intenta criminalizar la protesta social. Es el mismo que encarceló a Milagro Sala por una contravención y ahora lo mismo pretende hace con los trabajadores“, explicó Baradel a Telam desde Ginebra, donde participa de la 111° Conferencia de la OIT, organismo de las Naciones Unidas.

Baradel analizó que el decreto de Morales es “a todas luces ilegal, inconstitucional y violatorio de las máximas garantías constitucionales en materia de libertad sindical, libertad de expresión, derecho de peticionar ante las autoridades y derecho a huelga entre otras, consagradas todas en la Constitución Nacional y en los convenios de la OIT cómo el C 87 y el 98″.

“Morales pretende ser candidato presidencial mientras viola convenios internacionales como son la libertad sindical, el derecho a la negociación colectiva y la sindicalización”, consideró.

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