Según Alberto Fernández, el Frente de Todos “tomó mucho volumen, desde que salió la candidatura logramos la adhesión de muchísimos gobernadores, de todos los sindicatos y del propio Sergio Massa”.
Por su parte, Schiaretti decidió que sus candidatos locales vayan con boleta corta en octubre, sin pegarla a ninguna fórmula presidencial. En respuesta, Alberto se manifestó confiado en que “de todas maneras vamos a avanzar en Córdoba”.
“Hay una gran esperanza en nosotros. La gente cree que las cosas pueden cambiar, hay un gran desencanto y enojo con el gobierno: eso se nota en todas las elecciones provinciales”.
En Córdoba, ya algo más de 100 de los 282 intendentes definieron un apoyo a la fórmula Fernández-Fernández. Entre ellos Martín Gill, intendente de Villa María (la tercera ciudad más populosa de la provincia), reelecto hace pocos días con el 55% de los votos, quien manifestó:
“Estoy dentro de la estructura peronista que lidera Schiaretti, y él marcó una estrategia clara: apoyar la lista de candidatos de nuestro partido y libertad de acción en la fórmula presidencial. Yo apoyaré la candidatura de los Fernández.
Para la mayoría de los dirigentes peronistas Macri es un límite. Yo no sé si el Presidente no supo o no pudo; pero no cumplió ninguna de sus promesas y la gente la está pasando muy mal”.
También el nuevo jefe del bloque de senadores peronistas, Carlos Caserio, se despegó de la indefinición de Schiaretti afirmando que “personalmente” trabajará “para la candidatura de Alberto Fernández-Cristina Kirchner, pero apoyando a los legisladores de Córdoba”.