Efectivos de la Gendarmería Nacional dieron testimonio ante el juez de la causa Alejandro Catania y explicaron que en Bolivia no se realizaron prácticas de tiro ni otras actividades que implicaran el uso del material bélico enviado por el gobierno de Cambiemos. La declaración desmiente el argumento de la defensa de Mauricio Macri y sus exfuncionarios sobre las armas enviadas a los golpistas bolivianos que derrocaron a Evo Morales.
70 mil balas de gomas salieron de la Argentina rumbo a Bolivia en momentos donde se derrocaba al gobierno constitucional de Evo Morales, y no hubo ninguna “práctica de tiro” ni actividad similar que justificara el envío.
Esa fue la declaración que brindaron este lunes tres gendarmes que estuvieron en La Paz entre febrero y junio de 2020. El testimonio lo dieron ante el juez en lo penal económico Alejandro Catania, que investiga el contrabando agravado de armas durante el gobierno de Mauricio Macri.
La información desmiente el argumento con el que se intentó ocultar el faltante de materiales represivos que terminaron en poder de las fuerzas que dieron el golpe de Estado contra Evo Morales.
Si bien entre noviembre de 2019 y junio de 2020 hubo tres contingentes de esa fuerza de seguridad, el juez optó por arrancar por los dos últimos para entender cómo era la mecánica en Bolivia. Después deberá avanzar con las citaciones de los miembros del Grupo Alacrán –un cuerpo de élite de la Gendarmería– que llegaron el 13 de noviembre de 2019 al Alto y se trasladaron hacia La Paz.
Ante Catania, estuvieron el alférez Alejandro González y los sargentos Jaime Olivera y Leonardo Benítez. Los tres fueron parte del último contingente, el que llegó a Bolivia el 28 de febrero de 2020 y debió permanecer hasta el 27 de junio de ese año porque los sorprendió la pandemia, lo que dificultó su retorno.
Los integrantes de la Gendarmería relataron ante el juez que:
- Llegaron en avión de línea, a diferencia del primer contingente que viajó en un Hércules que proveyó la Fuerza Aérea Argentina;
- Todos pasaron por Migraciones;
- Viajaron con sus armas reglamentarias y vestidos de civil;
- Debieron hacer tareas de seguridad en la embajada argentina en Bolivia y en la residencia del embajador argentino –las dos propiedades están ubicadas a unas cuadras de distancia, no más de diez minutos si se hace el trayecto a pie, señalaron–;
- Cada gendarme tenía un arma primaria –escopeta– y una secundaria –una pistola–;
- Las armas se entregaron en la residencia del embajador. Allí se guardaban cajas con armamento en una habitación pequeña desde donde se monitoreaban las cámaras de seguridad;
- Cada integrante del contingente tenía su armamento con él;
- No hubo entrenamientos ni prácticas de tiro –como ya había surgido en el sumario interno que hizo la Gendarmería–. Este punto es especialmente importante porque desmiente la versión que intentaron instalar jefes de la fuerza para justificar el faltante de las 70 mil balas;
- Con la policía y con las fuerzas armadas bolivianas, no tuvieron trato. Únicamente se saludaban con los efectivos policiales que estaban apostados en una garita fuera de la embajada o de la residencia;
- Volvieron con todo el material que tenían;
- El retorno fue por tierra, vía La Quiaca.
En las declaraciones de este lunes estuvieron presentes los abogados de la exministra de Seguridad Patricia Bullrich, del excomandante de la Gendarmería Gerardo Otero, del exjefe del Grupo Alacrán Fabián Salas y del exagregado en La Paz Adolfo Caliba, entre otros.
Macri, a través de su abogado Pablo Lanusse, había intentado inicialmente impedir que los gendarmes declararan en el sumario interno. El argumento de la defensa del expresidente era que, al ser un procedimiento propio de la fuerza, no había forma de controlarlo. Ahora que declaran ante el juez, parece que a Macri ya no le interesa que sus abogados estén presentes.
En el expediente por el contrabando a Bolivia, no solo están imputados Macri y Bullrich, sino que los acompaña la plana mayor de Cambiemos: el exjefe de gabinete Marcos Peña, el excanciller Jorge Faurie, el exministro de Defensa Oscar Aguad, el exsecretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo y el exembajador Álvarez García, entre otros.