Patricia Bullrich busca encabezar la boleta de diputados nacionales de la Capital y aspira a posicionarse para las presidenciales del 2023. La presidenta del PRO se mueve hace varios meses como candidata y días atrás dio a entender que en las próximas dos semanas se lanzará oficialmente. “Me cansé de esperarlos, hasta Monzó anunció que compite, yo en una o dos semanas me lanzo y después va a ser más difícil acordar“, avisó la ex ministra.
Horacio Rodríguez Larreta designó a Fernando Straface como interlocutor con la ex ministra de seguridad para negociar los lugares en las listas sin pasar por una interna.
El crecimiento de Bullrich en las encuestas y su posicionamiento público son un problema cada vez más importante para Larreta, que acaso demoró demasiado en encarar una negociación seria. Gerardo Morales aprovechó una entrevista radical este para meter la cuchara en la interna del PRO y revelar que Patricia le confesó que se postularía a la presidencia dentro de dos años.
Más allá del rol que finalmente ocupe Bullrich, sus apariciones públicas complican el plan que trazó Larreta para llegar a la Presidencia: lo obliga a correrse a los extremos en vez de permitirle transitar por la centro derecha. Por eso el Jefe de gobierno porteño eligió a Fernando Straface para intentar neutralizarla.
Straface es secretario General y Relaciones Internacionales porteño y llegó a la función pública tras ocupar la dirección del CIPPEC. Es uno de los hombre de mayor confianza de Larreta -acaso su único amigo del gabinete- y participa de la mesa chica del alcalde junto a Diego Santilli, Bruno Screnci y Felipe Miguel.
El primer intento del mandatario porteño para acercar posiciones con Bullrich fracasó. El ofrecimiento consistía en darle la cabeza de la lista a cambio de reconocer a Larreta como jefe político del PRO.
Bullrich está muy envalentonada con la imagen que tiene en los sectores duros de la oposición y en el electorado porteño. Por eso no sólo quiere ser la candidata, sino conducir el espacio. Según hizo trascender tiene una intención de voto en la Ciudad de al menos el 40%, lo que le daría 3 diputados y 10 legisladores, pero dejó trascender que con 5 se daría por satisfecha.
La ex ministra de seguridad macrista insiste con que sus números son mejores que los de Fernán Quirós o María Eugenia Vidal, dos de las variantes que imagina Larreta para el territorio capitalino.
Bullrich ya comenzó a tejer acuerdos para apuntalar su postulación y advierte que cuanto más tiempo pase, más difícil o al menos más caro deshacerlos: habrá menos lugares en la boleta para repartir.