Insistiendo con sus aspiraciones reeleccionistas, Alberto Fernández planea utilizar la apertura de sesiones ordinarias del Congreso como puntapié inicial de su candidatura. Sin embargo, dentro del FdT le exigen al mandatario que se defina mientras aparecen varios precandidatos presidenciales del peronismo.
El albertismo busca aprovechar el acto del 1 de marzo para empapelar las inmediaciones del Congreso con afiches por “Alberto 2023”. Además de las pintadas que prometen para este miércoles, habrá pancartas y pasacalles en los alrededores del Congreso que serán facilitados por el empresario José “Pepe” Albistur, amigo del presidente y esposo de la ministra Victoria Tolosa Paz, quien también aportaría camiones con pantallas gigantes y globos.
Sin embargo, pese a las pintadas, globos y afiches, desde el círculo cercano al Jefe de Estado todavía desconocen si habrá presencia militante en las afueras del Congreso para respaldar la intentona reeleccionista.
Los intendentes del Gran Buenos Aires que tienen alguna simpatía con el jefe de Estado aún no saben si movilizarán. Aseguran que no hubo pedidos “concretos” de la Casa Rosada. Y el albertismo no tiene musculatura propia para mostrar en la calle.
Incluso, desde Casa Rosada sondearon la situación para convocar al Movimiento Evita y otros movimientos sociales cercanos a Alberto. Sin embargo, desde estos espacios aún no hubieron confirmaciones positivas. Curiosamente, por sus enfrentamientos con los funcionarios albertistas.
El conflicto del Evita con Alberto tiene nombre y apellido, y es justamente Victoria Tolosa Paz. La ministra de Desarrollo Social amagó con disputarle el manejo de la asistencia social al Evita, ganándose así la enemistad con la organización que lideran Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro.
El malestar oficialista
Sólo el círculo cercano a Alberto defiende su intención de reelección. El resto del espectro panperonista no pierde oportunidad de expresar su malestar ante la indefinición del presidente, quien decidió estirar hasta el último día de mayo su decisión sobre si presentarse o no.
Los sectores mayoritarios del Frente de Todos consideran una nueva candidatura de Alberto como una quimera. Primero porque el Jefe de Estado perdió buena parte del consenso interno de la fuerza, luego de que rechazara categóricamente cualquier cambio de rumbo de la gestión tras la derrota electoral del FdT en 2021, donde la coalición gobernante perdió 4 millones de votos respecto a 2019.
En segundo lugar, los avances y retrocesos, indefiniciones y magros resultados socio-económicos posicionan a Alberto en una situación desmejorada en todas las encuestas pre-electorales.
En el peronismo saben que una eventual candidatura de Alberto Fernández no lograría el consenso monolítico de la fuerza. Situación que sería distinta en caso de que la candidatura sea de Cristina Fernández de Kirchner o, en menor medida, de Sergio Massa, dos candidatos que confían en que el peronismo sí se alineé tras sus figuras.
Ante la indefinición de Alberto, la proscripción de CFK y los repetidos comentarios de Massa afirmando que no será candidato, en el Frente de Todos afloran otros referentes que podrían disputar el Sillón de Rivadavia.
El primero que aparece en carrera es el ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro. El ministro se presenta como el candidato natural del kirchnerismo ante la proscripción de Cristina y la decisión de Axel Kicillof -quien también mide muy bien a nivel nacional- de presentarse por su reelección en la provincia de Buenos Aires.
De Pedro tuvo actividades en La Matanza y en San Fernando, donde se mostró con los intendentes Fernando Espinoza y Juan Andreotti. En el municipio más poblado de la provincia de Buenos Aires apuntó contra Juntos por el Cambio y el macrismo; repitió sus cuestionamientos a la gestión albertista y reclamó que el Gobierno “ponga lo que hay que poner” para esclarecer el atentado contra Cristina Kirchner.
Por su parte, y pese a afirmar que no será candidato, Massa no pierde oportunidad para mostrarse como tal. No obstante, el tigrense sabe que su destino electoral está atado a los resultados que coseche de su gestión como ministro de Economía.
En menor medida y por debajo también se mueven otros referentes como Daniel Scioli, quien apunta a ser el candidato que apoye Alberto en caso de desistir finalmente de su aspiración reeleccionista; y el chaqueño Jorge Capitanich, por ahora el único alfil con proyección nacional de los gobernadores peronistas del interior.
“Coqui”, sin embargo, fue de los que anunció en la pasada reunión de la Mesa Política del FdT que la coalición gobernante formaría una “comisión” para intentar convencer a CFK de rever su decisión de no ser candidata.
Mientras tanto, apenas algunas figuras como Aníbal Fernández, Santiago Cafiero o Tolosa Paz se expresaron abiertamente a favor de una nueva candidatura del Jefe de Estado.
“Creo que es el mejor candidato del peronismo. Es el que que puso a la Argentina de pie después del 2019, donde el macrismo nos dejó de rodillas”, expresó el Canciller en declaraciones recientes, a contra mano de la opinión de la mayoría del peronismo.
Por otro lado, el ministro de Seguridad Aníbal Fernández se posiciona como uno de los alfiles del albertismo no solo para apuntalar la candidatura del mandatario, sino también para ser de quienes lleven adelante la confrontación con el kirchnerismo.
El ministro incluso llegó a afirmar que CFK “no está proscripta” y que los que “hablan de proscripción, lo que hacen es pretender proscribirlo al Presidente. Que ni lo sueñen“.