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domingo, mayo 19, 2024

Milei nombra como Secretaria de Educación a una defensora de la última dictadura

María Eleonora Urrutia es la elegida por Javier Milei para ser la secretaria de Educación de su gobierno. Se trata de la esposa del último ministro de economía del dictador chileno Augusto Pinochet, declarada "antifeminista" y abierta defensora de la última dictadura cívico-militar argentina.

Nacida en Mendoza, está casada con Hernán Büchi, último ministro de Economía de Chile bajo la dictadura de Augusto Pinochet. En 1989 fue el candidato pinochetista a la presidencia, con el regreso de la democracia.

La virtual secretaria de Educación es abogada y está vinculada a la Universidad del Desarrollo (UDD) en Chile. La UDD fue fundada en 1990 como una usina de ideas neoliberales. Urrutia se ha desempeñado allí como investigadora. Además, tiene un máster en Economía y Ciencia Política de ESEADE (Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas). Es el instituto universitario creado en 1978 por Alberto Benegas Lynch (h), el "prócer del liberalismo" según el presidente electo de la Argentina, quien en el cierre de campaña de Milei pidió romper relaciones con el Vaticano.

Urrutia será la máxima autoridad educativa del país, al asumir la secretaría que estará bajo la órbita del ministerio de Capital Humano, conducido por la influyente Sandra Pettovello.

Del negacionismo a la apología

Una de las mayores polémicas respecto a Urrutia es su abierta defensa de la última dictadura cívico-militar de la Argentina, que pasa del tradicional negacionismo respecto al genocidio perpetrado, y pasa a su abierta apología.

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La revista chilena El Líbero publicó en 2018 un artículo firmado por ella, en ocasión del 42° aniversario del golpe de Estado.

"La pacífica sublevación militar que destituyó al gobierno de Isabelita gozó de un apoyo irrestricto de parte de todos los partidos políticos, personalidades y estamentos de la sociedad civil de todas las ideologías", decía Urrutia en aquel artículo.

Conviene precisar que el golpe militar no fue cruento en cuando al desalojo del gobierno constitucional. Pero inmediatamente el gobierno de facto comenzó con la represión y el plan sistemático de desaparición de personas que dejó 30 mil desaparecidos.

Urrutia repite el discurso del dictador Emilio Eduardo Massera, y al igual que Milei considera que en los '70 hubo una "guerra civil" entre la dictadura y las organizaciones político-militares.

Cuando llega a la reapertura de los juicios, dice lo que sigue:

"Al asumir Néstor Kirchner decide reimpulsar estos juicios – por venganza, por armar un relato, por un acuerdo con la extrema izquierda, da igual. El hecho es que estos juicios que estaban cerrados, con el problema solucionado desde punto de vista legal, institucional y constitucional y que habían pacificado al país – con tensiones, pero ningún país sale de una guerra civil sin tensiones – se re abren".

Urrutia llega al extremo de afirmar que la dictadura no cometió delitos de lesa humanidad, "porque no habían leyes vigentes al momento de los hechos que contemplaran el crimen de lesa humanidad".

En rigor, puede referirse al derecho interno argentino, que adoptó los tratados internacionales con rango constitucional en la reforma de 1994. Pero en los hechos, ya había jurisprudencia en la materia desde el fin de la Segunda Guerra Mundial para referirse a los crímenes del nazismo.

La funcionaria de Milei considera que en los 70 hubo "un ataque deliberado y sistemático a Montoneros, al ERP y a organizaciones de menor envergadura" sin considerar a la población civil, y que "ese ataque estuvo mal llevado, con irregularidades graves, con procedimientos inaceptables" que no constituyen delitos de lesa humanidad "porque no fue ataque a población civil sino a población combatiente" (sic).

El antifeminismo

Otra de las posturas polémicas de Urrutia gira en torno a su rechazo al movimiento de mujeres. La nueva secretaria de Educación, al igual que Milei, considera que que no existe la brecha de género entre varones y mujeres, un tema que fue mencionado en los debates presidenciales.

"Ellas (por quienes adhieren al feminismo) quieren desigualdad ante la ley, apalancarse en el Estado y obtener privilegios, ventajas y prebendas, que por mérito propio, estudios o currículum no conseguirían", se la escucha decir en un video publicado en sus redes sociales en el que habla sobre el "feminismo extremo".

"Las mujeres no somos víctimas ni necesitamos la tutela del Estado", afirma.

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