El Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, anunció que la Ciudad de Buenos Aires recuperará el día de clases que "se perdió" por el viernes pasado, sin hacer mención al intento de magnicidio contra Cristina Kirchner que motivó que se decretara el feriado. Además rechazó de plano una eventual ley para limitar los discursos del odio, pese a que el gobierno nacional descartó estar trabajando en una iniciativa de este tipo.
En la mañana de este martes, el mandatario porteño dio una conferencia en el que aseguró que "Los chicos tienen que estar en el aula. Por eso, como cada día cuenta, el 31 de octubre vamos a recuperar el día de clase que perdimos por el feriado nacional del viernes pasado".
SEGUIMOS ASEGURANDO LOS DÍAS DE CLASE
Los chicos tienen que estar en el aula. Por eso, como cada día cuenta, el 31 de octubre vamos a recuperar el día de clase que perdimos por el feriado nacional del viernes pasado.
— Horacio Rodríguez Larreta (@horaciorlarreta) September 6, 2022
Sin embargo, en su alusión al "feriado nacional del viernes pasado", el alcalde de la Capital no hizo mención a que dicha medida se tomó por el intento de asesinato contra la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner.
Acompañado por el jefe de Gabinete, Felipe Miguel; la ministra de Educación, Soledad Acuña; y el ministro de Gobierno, Jorge Macri, el Jefe de Gobierno destacó que la medida anunciada acompaña a otras tomadas durante el último tiempo, como la apertura de las escuelas durante los sábados y las vacaciones de invierno, y la obligatoriedad de jornada extendida para los chicos de 11 a 14 años.
En uno de los mensajes publicados por Twitter, el Jefe de Gobierno sugirió que el intento de magnicidio "no tiene nada que ver" con los problemas de la sociedad:
"Recuperamos este día de clases porque nosotros estamos acá para hacer, mucho más que para hablar. Tenemos la responsabilidad de resolver los problemas concretos de la gente. No podemos seguir enfrascados en temas que nada tienen que ver con lo que les pasa a los argentinos".
Posteriormente, Larreta afirmó que el debate que busca impulsar el kirchnerismo para regular los discursos de odio en la política y los medios de comunicación es una "distracción" de "los problemas concretos":
"Mientras tanto, el kirchnerismo intenta distraer. Ahora, proponiendo una ley mordaza. Con el argumento de que la culpa de todo lo que pasa es del periodismo, la Justicia y la oposición, intentan controlar la libertad de expresión (sic). No lo vamos a permitir".
Tras advertir que la iniciativa podría eventualmente incluir el control de lo que se diga en las redes sociales, Rodríguez Larreta postuló: “En vez de callar al que piensa distinto, propongo más libertad. En lugar de la censura, propongo más libertad. En lugar de la ley mordaza, propongo más libertad”.
La desmentida del gobierno
De esta forma, Larreta contestó a la iniciativa de la titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), Victoria Donda, quien convocó al Consejo Federal de Políticas Públicas Antidiscriminatorias para iniciar la redacción de un proyecto de ley contra los discursos de odio para que sea debatido en el Congreso de la Nación.
Donda realizó la convocatoria el viernes pasado, tras el intento de magnicidio contra CFK. Sin embargo, esta mañana, la portavoz de la Casa Rosada, Gabriela Cerruti, desmintió que el gobierno esté trabajando en una iniciativa de tales características.
“No es así, no hay ningún proyecto que se esté analizando en ese sentido”, sostuvo Cerruti, quien se quejó por la reacción opositora ante esta cuestión. “Cálmense, bajen un cambio”, pidió en El Destape Radio.
No obstante, la vocera de Alberto Fernández sí se mostró de acuerdo con impulsar una ley de publicidad oficial. “El Gobierno tiene todo el derecho del mundo a decidir qué tipo de medios quiere impulsar”, aseveró.
Convencida de que las leyes para frenar las expresiones violentas ya existen en la Argentina, Cerruti dijo que la idea del Gobierno es cumplir con esa legislación vigente y “debatir” de qué se habla cuando se mencionan los discursos de odio, para así evitar “correr las barreras” de la convivencia democrática.