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viernes, abril 26, 2024

¿Amiga o enemiga? Bullrich celebró que Larreta cobre en bonos a 8 años

La disputa del gobierno porteño con el nacional por los fondos coparticipables expuso además la interna entre Larreta y Patricia Bullrich, quien -a contramano de la mayoría del PRO- celebró la "victoria" contra el Gobierno de Alberto Fernández, luego de que éste anunciara que pagaría a la ciudad con bonos pagaderos a 2031 y que actualmente su valor de mercado es del 20% del valor nominal.

Cuando este lunes por la mañana Alberto Fernández anunció que pagaría a la Ciudad de Buenos Aires con bonos TX31 para cumplir con la cautelar dispuesta por la Corte, en la alianza Juntos reinó el desconcierto.

Luego de unos primeros momentos iniciales de silencio, para evaluar la situación, desde el gobierno porteño (y buena parte de Juntos por el Cambio), rechazaron la decisión y Larreta anunció que denunciará a los funcionarios nacionales involucrados en la línea de pago que no acaten la orden judicial.

El argumento porteño fue que los fondos coparticipables deben abonarse en efectivo y por goteo, todos los días, y no en bonos a tres meses porque ese medio no es útil para pagar lo que haya que financiar.

La única que se adelantó en cantar victoria fue Patricia Bullrich, quien ese mismo día publicó:

Ganamos! El Gobierno no pudo romper el Estado de derecho de la Argentina.
Suspendemos la denuncia por sedición mientras se mantengan dentro del Estado constitucional".

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Es decir: Bullrich celebró con un “ganamos”, mientras que el jefe de Gobierno y otros referentes de la oposición cuestionaron que “con bonos no se paga”.

Desde el larretismo prefieren no tanto salir a dar la primera nota de impacto mediático, sino sentar la postura más acertada, para así no dar pasos en falso ni retrocesos.

En cambio, según el núcleo del bullrichismo, la "victoria" fue la cuestión de fondo, el acatamiento del fallo. Por otro lado, la cuestión instrumental quedó irresoluta y la Corte deberá determinar si acepta o no el medio de pago con bonos cuyo vencimiento es en 2031 y valor de mercado es un 20% del nominal.

Para los "halcones" de Bullrich las victorias simbólicas son más importantes que las materiales: celebran haberle "torcido el brazo" al gobierno, pese a que no se giró un sólo peso a la administración porteña, aunque esto implique socavar la postura de Larreta.

Larreta esperaba un fallo favorable de la Corte, para con eso poder cumplir sus promesas de campaña de "bajar impuestos", justo en la llegada del año electoral, y así financiar el resto de su campaña. Ahora, la Ciudad debió seguir con su reclamo ante la Corte sin dinero en mano.

De esta forma, Bullrich celebra dos cosas: la "victoria" simbólica ante el gobierno, y la falta de financiamiento para su rival interno en el PRO de cara a las PASO 2023.

La otra interna "subterránea": Milman-D'Alessandro

Larreta y Bullrich miden sus diferencias en redes sociales, medios de comunicación e instancias internas del PRO. En otras palabras, en público.

No obstante, existen otras líneas de confrontación interna que, por su delicado contenido, suele mantenerse de forma "subterránea", ya que involucra prácticas menos elegantes: espionaje, filtraciones a prensa y exposición de cuestiones personales.

Los protagonistas de la "otra interna" son dos referentes en el área de Seguridad del bullrichismo y larretismo: Gerardo Milman y Marcelo D'Alessandro, respectivamente.

Patricia Bullrich y Gerardo Milman

Los dos referentes se encuentran (por distintos motivos) en el ojo de la tormenta (y de la Justicia): Sobre Milman pesa la sospecha de su conocimiento en el atentado contra CFK -como así también las denuncias por enriquecimiento ilícito, dádivas y prostitución VIP-, mientras que D'Alessandro está siendo investigado por el escándalo del viaje a Lago Escondido.

Larreta junto a Marcelo D'Alessandro

Ambas figuras tienen trayectoria y ambiciones en el área de Seguridad: Milman fue viceministro de Seguridad cuando Bullrich estaba frente a la cartera, durante el gobierno de Cambiemos.

D'Alessandro por su parte es ministro de Seguridad y Justicia porteño, y tiene declaradas ambiciones nacionales: “Si en algún momento me toca ser ministro de la Nación, lo primero que hago es disolver la PSA”, le confesó al juez Pablo Yadarola en un chat de Telegram que integraba con sus compañeros del viaje a Lago Escondido.

Lo llamativo del Lago Escondido-gate, es que el escándalo estalló a raíz de los chats filtrados entre magistrados, D'Alessandro, un publicista, un ex espía y directivos del Grupo Clarín.

El hecho saltó a la luz al ser hackeado nada menos que el celular de D’Alessandro. Dado que su área es justamente la de Seguridad, el hecho resulta una ironía insoportable para el funcionario.

Lejos de las declaraciones mediáticas -donde señalaron al kirchnerismo por el supuesto espionaje ilegal-, desde el entorno del alcalde porteño en verdad le atribuyen el hackeo y la filtración a Bullrich, con la venia del mismísimo Mauricio Macri.

Resulta que Macri y Bullrich presionaron durante todo este año para que Larreta corra a D'Alessandro de su cargo, para que Milman lo reemplace.

D'Alessandro aprovechó la primera oportunidad para golpear a Milman: En abril de este año, una joven identificada como Luz Lanusse Peralta Ramos fue detenida en la madrugada porteña por un control de tránsito. La mujer llevaba una licencia apócrifa y conducía un auto cuyo único autorizado para conducir era Milman.

El diputado PRO se apersonó y trató de forma particularmente agresiva a los agentes públicos. Dijo que la mujer era su esposa y que el auto era suyo. Todo era mentira: la mujer no era su pareja (la diputada provincial Florencia Retamoso) y el auto pertenecía a una metalúrgica proveedora de servicios al Ministerio de Seguridad macrista (lo cual le valió una causa por dádivas).

Milman denunció a uno de los agentes de tránsito. Pero la denuncia se radicó en la fiscalía de un gran amigo de D’Alessandro, el fiscal César Troncoso, quien desestimó la acusación al uniformado y además sugirió a la Cámara de Diputados que evalúe el comportamiento del legislador para que se le apliquen las sanciones correspondientes. Incluso la expulsión.

Sin embargo, la victoria de D'Alessandro le duró poco: dos semanas después explotó el escándalo por el hackeo de los chats del Lago Escondido.

La sospecha en este caso recayó sobre Leonardo Bergoth, el ex espía y compañero de tour a Lago Escondido. Bergoth es el ex titular de Legales de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y confidente de Lucas Nejamkis.

Nejamkis es un ex operador de prensa, conocido traficante de influencias, que en los últimos tiempos se recicló como secretario privado del célebre ex espía y hombre fuerte del espionaje argentino, Antonio Horacio "Jaime" Stiuso.

Desde el larretismo creen que este fue el impulsor del Lago Escondido-gate: el contraataque de Milman.

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