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sábado, mayo 18, 2024

El vaciamiento del programa Envión como síntesis de la gestión Gay

La única política pública destinada a adolescentes cuyos derechos son vulnerados entra en la constante del accionar cambiemita en la ciudad: los temas sociales no son prioridad y hasta parece haber un goce perverso en la desarticulación de las políticas respectivas

Natalia Lunazzi fue parte del despliegue del programa Envión en Bahía Blanca por más de 10 años. El 28 de marzo publicó un posteo en su cuenta en Facebook en el que dio cuenta de sus sensaciones luego de un año de haber dejado de ser parte activa del programa habiendo integrado el equipo de la sede de Harding Green. En esa publicación, Natalia expuso que la desidia con la que se administra el programa en nuestra ciudad fue la causa de su salida de un lugar del que nunca se hubiera ido.

Junto con Natalia dejó de ser parte del programa Patricia “Pato” Daukscys, artista plástica de reconocido compromiso con la lucha por los derechos humanos. Para muestra, quienes hayan transitado y transiten la Avenida Dasso de ingreso/egreso a Ingeniero White pueden observar el mural de Abuelas de Plaza de Mayo que ella y Marisol “Pipo” Armendáriz idearon para que se plasmara en inolvidables jornadas de pintada colectiva junto con H.I.J.O.S. y la Red x la Identidad Bahía Blanca.

El posteo

“Pasó un año desde que me fui de Envión V. Harding Green. Y sí, me fui, así lo siento, lo dejé, lo abandoné, no porque no sintiera que estaba bien, pero sí estoy segura de que me empujaron a ese sentir, que fué cansancio, que me ganaron. Hoy sigo pensando que yo no me hubiese ido nunca. Y eso que en estos meses he vivido y vuelto a sentir cosas maravillosas, pero sigo con el nudo en la panza, de que yo no me hubiese ido”, cuenta Natalia y dice más adelante que “tuvimos que salir a buscar otros lugares para transitar por lo mismo de siempre, la desidia. La misma desidia que hizo que grandes compañerxs de nuestro casti y de todas las sedes se fueran por las mismas razones.”

El “casti” es el lugar en el que funciona, o debiera funcionar, la sede Harding Green del Envión. Ubicado en Araucanos 3429, hoy el lugar luce en su entrada un vistoso candado “vintage” que junto a una cadena de aspecto centenario gritan fuerte que ahí no entra nadie. El “picaporte” confeccionado con un codo plástico de instalación de agua explica en síntesis cristalina el porqué de la clausura.

La desidia que denuncia Natalia Lunazzi, por otra parte, no se manifiesta solo en las malas condiciones edilicias de la sede Harding Green y que afectan en mayor o menor medida al resto de las sedes, sino también en el nivel de precarización laboral al que son sometides les integrantes de los equipos técnicos de cada sede. Desde la implementación del programa les trabajadores no han logrado que se les reconozca, formalización mediante, su condición de municipales y lo que perciben por sueldo ha sido y es magro y en condición de monotributistas que prestan un servicio con contratos que se renuevan (o no) periódicamente.

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Pongámonos en contexto: el Programa Envión es un programa de responsabilidad social compartida que se implementa mediante convenios en distintos municipios de la provincia de Buenos Aires y que tiene por destinataries a adolescentes de 12 a 21 años atravezades por distintas formas de vulneración de sus derechos. La modalidad, si bien tiene algunas diferencias en cada municipio, consta básicamente en la constitución de equipos multidisciplinarios que trabajan en distintas sedes.

En el reparto de obligaciones, el Estado Provincial “pone” el dinero de las becas que perciben les pibes que asisten a las sedes y parte de lo que perciben por su trabajo les integrantes de los equipos técnicos, mientras que la parte restante de esa retribución, el alquiler/construcción de las sedes y los recursos necesarios para el desenvolvimiento de las actividades (desde viandas hasta útiles y logística) corresponde a los estados municipales.

La implementación del programa en nuestra ciudad comenzó en el 2010 con 3 las sedes que inauguraron el camino. Ellas fueron Spurr, Stella Maris y Caracol. En el 2011 llegaría el turno de la apertura de las sedes de Harding Green, Saladero y Norte.

En lo formal, una breve y desactualizada descripción en la web del gobierno de la provincia de Buenos Aires indica de qué viene el programa. “Orientado a lograr la inclusión socioeconómica, política y cultural de los jóvenes que se encuentran en situación de vulnerabilidad social. Pensado desde una perspectiva integral de derechos, para jóvenes de entre 12 y 21 años”. Agrega esa descripción que la política pública en cuestión está implementada en 129 municipios entre los que se reparten 363 sedes.

El municipio en su web elabora una descripción más ambiciosa recorriendo objetivos generales y puntuales y contando donde se ubica cada una de las sedes.

En diálogo con El Ágora y a propósito de implicancias más profundas, Natalia Lunazzi explica que “los talleres estaban vinculados con lo artístico, lo deportivo, inserción escolar, en la construcción de vínculos con la Universidad Nacional del Sur, con los clubes, con otras organizaciones para generar ofertas para los pibes en función de sus intereses. Hubo un convenio con el gimnasio Uno y pibes aprendieron a nadar. También íbamos a Sierra, ahora que se habla del tema de la colonia de vacaciones. Hubo chicos que conocieron el mar gracias a Envión.”

La ex trabajadora del programa, ampliando la explicación de que es realmente el Envión y para qué sirve, cuenta que “trabajabamos con cada familia y cada chico en función de sus necesidades y sus deseos. Era la idea, desde el enfoque de derechos, trabajar con el proyecto de vida con cada uno o de la problemática de esa familia en particular que en un momento dado podía ser terminar la escuela, salir a trabajar o tener un lugar para pasar un rato. Los talleres en las sedes era un poco la excusa para encontrarnos.”

En cuanto a la sede Harding Green, puntualiza Lunazzi que “hoy no sólo está cerrada sino que también su equipo técnico se encuentra incompleto y hace malabares para seguir acompañando a les pibes. Hace meses que el Casti es una vez más un foco de desidia, síntesis de un programa abandonado en un barrio donde cientos de familias lo necesitan y lo extrañan. Responsable primario es el municipio, pero también es la provincia que no pone el ojo donde hace convenios. No nos vamos a cansar nunca de decir que el Envión es la única política pública barrial de Bahía Blanca enfocada en adolescentes, es nefasto ver lo poco que les importa.”

Respecto de la cuestión contractual, Natalia relata que “precarizadas estuvimos siempre, pero en un primer momento el “sueldo” se equiparaba con un cargo docente. Después eso fue decayendo y las responsabilidades aumentando.” Agrega que “en el último tiempo, si bien Kicillof desde que asumió aumentó dos veces los recursos para les trabajadores, el municipio dejó de aportar y quedamos cobrando sueldos irrisorios”.

Sin que esto resulte suficiente, las autoridades locales comenzaron a exigir mayores responsabilidades por la misma paga. Por caso, Lunazzi denuncia que llegaron a exigirla que coordine dos sedes en lugar de una y que, en caso de no aceptar, la invitaban a despedirse. Más adelante en la nota veremos que hoy existen sedes que comparten coordinadora.

Estas exigencias se superponen con una realidad lógica dado el escenario: faltan profesionales, quienes llegan están poco tiempo y los criterios profesionales mediante los que se diseñan y proyectan actividades son puestos en tela de juicio obstaculizando las intervenciones territoriales.

Respecto de la lucha y las reivindicaciones de quienes dan vida al Envión en Bahía Blanca, nos vamos hasta el 2019 para dar cuenta de un ejemplo de cómo estaba la cosa por aquellos días. Les coordinadores en la página en FB “Hay equipo, Envión Bahía Blanca”, publicaban tras varios días de paro de actividades un comunicado en el que anunciaban la vuelta a las tareas porque, simplemente, no encontraron en el funcionariado municipal un interlocutor ávido de escucha y con vocación de mejorar la situación.

Explica el comunicado que la decisión “…es el resultado de la contundente negativa de las autoridades estatales frente a la posibilidad de llevar a cabo la regularización de nuestra situación laboral. A la ausencia de propuestas superadoras de parte de la Subsecretaria de Niñez, adolescencia y familia, Juliana Cerritelli, y de nuestro Coordinador General Fernando Paolucci, se le añadió la expresa manifestación por parte de los mismos de que serán descontados monetariamente los días en los que realizamos retenciones de tareas (cumpliendo nuestra jornada laboral en sedes y/o Hall Municipal). Entendemos que no están siendo contemplados nuestros derechos como trabajadores, detallados en el artículo 14 bis de nuestra constitución nacional, pudiendo enmarcar nuestra medida de fuerza dentro del mismo. “

El comunicado completo puede leerse aquí:

¿Cuánto cobra hoy un integrante de equipo técnico?

Si. Lo dice la factura que estás observando. Abajo a la derecha figura el monto que percibe una persona, profesional, que labura en el Envión en Bahía Blanca: 46.891 pesos. El intendente Héctor Gay cobra, por todo concepto, más de 1 millón 300 mil pesos mensuales y con una salvedad no menor: el intendente cobra y le entregan además un recibo de sueldo. Quienes ponen el cuerpo al programa reciben una factura porque, en tanto monotributistas como explicamos antes en la nota, “prestan un servicio” al municipio.

Entre todas las sedes hoy suman cerca de 26 personas integrantes de los equipos técnicos. La sede Harding Green cuenta con 3 profesionales y Stella Maris 5. Ambos comparten coordinadora. Spurr cuenta con 3 profesionales y Saladero 2. También comparten coordinación. En la sede Norte son 4 y en Caracol 5. Como hemos dicho, les trabajadores suelen durar poco habida cuenta de los magros recursos destinados al programa con lo cual los datos pueden ser no del todo precisos a la fecha. No obstante, si consideramos que alrededor de 26 personas son las que trabajan en el programa, hablamos de una erogación total en términos de ¿sueldo? de 1.219.189,40 pesos.

No pretendo subirme a aquellos discursos sobre “el costo de la política”, lo que es un tema en sí mismo, pero si señalar el nivel de desigualdad que existe entre un número y otro. Gay, solo, cobra 1.300.000 pesos. 26 personas contratadas por su ejecutivo, 1.200.000.

Seguramente otro parámetro sirva para ilustrar de mejor manera cuáles son las prioridades del ejecutivo municipal: la obra de semipeatonalización de la primera cuadra de calle Alsina tiene un costo de más de 126 millones de pesos y vamos, no se trata de una obra que, considerando las innumerables necesidades de vastos sectores de la población bahiense pueda calificarse como necesaria. Eso sin contar obras de similar tenor en el eje Belgrano-Donado, y una cuadra de Falucho y dos de Garibaldi en Villa Mitre, o la reforma (pienso que con una buena restauración bastaba) del Parque Independencia.

Pero hay un dato más que sirve para entender el nivel de precarización y arbitrariedad al que están sometides les integrantes de los equipos: cuando firman sus contratos, no pueden quedarse con copia. Ni siquiera pueden sacarle una foto. Tampoco se les permite acceder al contenido del convenio firmado entre el municipio y la Provincia.

¿Lo social? ¿Qué es lo social?

El 8 de septiembre del año pasado este portal publicó una nota titulada “Martínez Zara: "El Municipio hace más de 7 años viene recortando en políticas sociales". En ella, la concejala del Frente de Todos señaló que la intendencia de Héctor Gay “viene recortando y subejecutando” desde “hace 7 años y medio en políticas sociales”. En este sentido, la edil puntualizó que el ejecutivo municipal sub-ejecutó más de 100 millones de pesos de fondos provinciales que le fueron entregados.

"En el 2021 la incidencia de la Secretaría de Políticas Sociales en el presupuesto era del 8,4% y en 2022 bajo al 6,3%", indicaba Martínez Zara en su cuenta en Twitter sobre la reducción del presupuesto del área en relación al presupuesto municipal total.

Cito de manera textual un tramo de aquella nota:

“…el presupuesto de este año (2022) para la secretaría de Políticas Sociales tuvo 303 millones de pesos menos comparado con 2021 y eso -aseveró la concejala- implica que no lleguen recursos a los barrios vulnerables".

En tanto, denunció la no ejecución de fondos que el Ejecutivo comunal recibió del gobierno provincial. Mencionó que en 2021 la Provincia envió a Bahía Blanca “un montón de recursos” para Niñez y Adolescencia, sin embargo, un porcentaje no se utilizó.

Explicó que de los fondos para comedores infantiles el 78% fue subejecutado, en el caso de niñez esa cifra alcanzó el 30% y respecto a becas provinciales el 28%.


No es novedad que el gobierno de Juntos por el Cambio, o Juntos, o Cambiemos, no priorice las cuestiones sociales ni en su programa de gobierno ni en su agenda diaria. A los recortes y sub-ejecuciones hay que sumarle varios episodios de ejercicio de una arbitrariedad que no reconoce límites. La pretensión en su momento de desarticular la Orquesta Infanto-Juvenil del barrio Miramar, la eliminación de talleres de diversa índole y los casos de desalojos violentos en los que la intervención respecto de les niñes involucrados es por lo menos cuestionable hablan por sí mismos. O aquella otra idea a esta altura olvidada de propiciar que las personas que se toparan con niños pidiendo en la calle o en locales comerciales realizaran una denuncia llamando a un número destinado a tal fin.

Y a riesgo de ser reiterativo, como señalaba la concejala Martínez Zara los fondos para comedores infantiles se sub-ejecutaron en un 78% en el ejercicio 2022.

Todo esto indica que lo que acontece con el Programa Envión, única política pública destinada específicamente a adolescentes cuyos derechos son vulnerados, no es un caso aislado fruto de errores involuntarios de gestión o una planificación deficiente. Más bien el caso encuadra en lo que a todas luces es una marca de la gestión de Cambiemos en cabeza de Héctor Gay: a las personas empobrecidas y vulneradas no se las atiende y menos si son niñes/adolescentes (y adultos mayores, lo que será motivo de otra nota).

No es en la mejora de la situación social en donde el ejecutivo municipal, rápido para manifestarse ofendido cuando las críticas arrecian, pone la prioridad. El hormigón y el gasto en publicidad parecen ser, si, las banderas de la gestión de las macetas y ciclovías mal diseñadas.

 

 

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