Declararon cinco nuevas víctimas-testigos: "Fueron bastantes días de picanas y torturas"

El pasado jueves 10 de noviembre se realizó la trigesimoséptima audiencia en el juicio por Delitos de Lesa Humanidad que se realiza en Bahía Blanca conocido como Megacausa Zona 5. En este caso, se escuchó la declaración de cinco víctimas-testigos del Terrorismo de Estado los cuales dos lo hicieron de manera presencial y los tres restantes de modo virtual.

El juicio cuenta con 37 imputados de las fuerzas Armadas y de Seguridad acusados de secuestros, torturas, violaciones, asesinatos, desapariciones y robo de bebes durante la última dictadura genocida, en perjuicio de 333 víctimas. Entre tanto, el Tribunal Oral está compuesto por los jueces Ernesto Sebastián, Marcos Aguerrido y Sebastián Foglia.

En primer lugar, declaró la victima Marcelo Blanco, quien fue secuestrado en una cochera de calle 19 de mayo al 500 por un grupo de personas fuertemente armadas en diciembre de 1976, cuando contaba con 19 años de edad.

Blanco fue llevado a un lugar alejado de la ciudad donde fue torturado y golpeado, y en el cual reconoce elementos pertenecientes a la Armada, con su sello. Luego de varios meses de padecimientos la víctima recuperó su libertad, siendo abandonado a la vera de una ruta con posteriores secuelas físicas y psicológicas que perduraron en el tiempo.

“Si firmas eso, mañana apareces en un zanjón”

En segundo término, declaró de manera presencial el testigo Ángel Feliz Adán, quien era compañero de colegio y amigo de Marcelo Blanco (el anterior testigo). Adán relató que se encontraba presente la noche del secuestro de la víctima, compartiendo un momento de charlas y mates junto a varios jóvenes más en una cochera de calle 19 de mayo al 500.

En determinado momento entró una persona, habló con el encargado y le pidieron a Blanco que salga a la calle, donde se produjo el secuestro. Debido a este suceso, el testigo contó que se quedó toda la noche en la cochera. “Le pedí al encargado quedarme toda la noche ahí, hasta que saliera el sol porque no me animé a salir“, recordó, “tuve mucho miedo“.

Luego de una semana, los padres de Blanco lo contactaron para realizar la denuncia en la comisaría segunda como testigo del secuestro de su hijo. Al respecto explicó que “di muchos detalles -los cuales hoy ya no me acuerdo- y por sugerencia de los oficiales cambié la declaración“.

Mirá, si firmas esto, seguro que mañana apareces en un zanjón“, recordó que le dijo un oficial, “yo te diría que pongas que no recordás bien”. “Y bueno, hice eso. Tuve mucho miedo”, agregó.

El testigo también contó que quienes secuestraron a Blanco pertenecían a la Armada, ya que la propia víctima se lo dijo meses después cuando fue liberado. Además, había hablado de todas las torturas y padecimientos a las que lo sometieron, como picana eléctrica en testículos.

Adan refirió que a la víctima “lo dejaron en la ruta 3, cerca de Tres Arroyos“, retornando gracias a un colectivero que lo auxilió. Para finalizar, contó que el episodio le trajo como secuelas un miedo permanente que lo hizo evitar salir de noche y buscar estar acompañado siempre por alguien.

En tercer lugar, declaró via zoom la víctima Zulma Judith Fuxman, que al momento de los hechos vivía con su hermana Laura en Bahía Blanca, y contaban con 19 y 20 años. Eran estudiantes de la Universidad Nacional del Sur, trabajaban y participaban en tareas de asistencia en escuelas rurales de la zona.

Ambas, oriundas de Mayor Buratovich, fueron secuestradas en julio de 1976. Zulma fue llevada al Comando del V Cuerpo de Ejército, mientras que Laura fue enviada al Centro Clandestino de Torturas “La Escuelita”.

Las hermanas fueron liberadas luego de varios días y de haber padecido torturas y maltratos. En este caso la víctima no quiso que su testimonio no sea transmitido, por lo que no se publicarán detalles de su declaración.

“Entraron al Banco armados con fusiles y cascos, eran muchos”

El cuarto testimonio fue el de Mario Pablo Sellan, quien fue compañero de trabajo de la víctima Laura Fuxman en el Banco Provincia de la Provincia de Bs As de la Sucursal de Villa Mitre.

Sellan se encontraba presente al momento del secuestro de Fuxman, y relató en su declaración que, durante el horario de la tarde, antes del cierre de su jornada laboral, “faltaba poco tiempo para irnos y tocaron el timbre, entrando soldados armados con fusiles, con cascos”.

Entraron muchos y pidieron por ella“, continuó, y señaló emocionado que “todos los empleados nos quedamos asombrados, con temor y sin saber que hacer”. El testigo relató que logró decirle a la víctima que le iba a avisar a su familia, y recordó:

“Ni bien se fue Laura, agarré el teléfono y empecé a comunicarme con todas las personas que podía, avisando lo que le había pasado a Laura”.

Fuxman fue llevada mediante un exagerado operativo donde el banco estaba rodeado de Unimog y camionetas del Ejército, y Sellan no tuvo más noticias de Laura hasta su posterior aparición, cuando Laura pudo contarle “que la habían llevado a un lugar que era conocido, que le decíamos La Escuelita“, “que lo tenía el V Cuerpo de Ejército y donde habían aparecido varias personas muertas”. Además, agregó:

“Dijo que la habían llevado ahí, que le trataban de sacar más datos de otros compañeros, y que fueron bastantes días de picanas y torturas”.

En cuanto a las consecuencias que pudo percibir en la víctima, Sellan aclaró que aún sin ser especialista, él cree que “ella trata de minimizarlo o no contarlo“, aunque aseguró para el final que “fue todo muy traumático”.

Mario Pablo Sellan

“No tenía pestañas, no tenía cejas, no tenía uñas, tenía quemados los testículos”

El último testimonio escuchado fue el de Félix Osvaldo Luna, Hijo de Juan Félix Luna, víctima de la Megacausa, oriundo de Carmen de Patagones y fallecido hace ocho años sin la posibilidad de declarar en este juicio.

Juan Félix Luna fue secuestrado en julio de 1976, luego de salir del edificio de tribunales de Bahía Blanca, mientras tomaba un café con otras dos personas. Fue llevado a un calabozo de la delegación local de la Policía Federal y trasladado al Centro Clandestino “La Escuelita”, donde fue interrogado y torturado.

En septiembre, Luna fue trasladado a la UP N°4 de Villa Floresta, a disposición del PEN (Poder Ejecutivo Nacional). Posteriormente fue enviado a la cárcel de La Plata y recuperó su libertad en junio de 1977.

El testigo, quien tenía 9 años al momento del secuestro de su padre, expresó que “mi papá siempre trabajó socialmente y pertenecía e integraba la Juventud Peronista”. Además, relató que:

“Según lo que él dice estuvo en el comando 181, desaparecido durante 3 meses. Todo ese tiempo lo buscamos sin saber dónde se encontraba. No sabíamos nada de él”.

Por otro lado, recordó que su padre contó que estuvo siempre vendado. “Tal es así que, con los años, nos dimos cuenta que él no tenía pestañas, no tenía cejas, no tenía uñas, tenía quemados los testículos“. Además, “tenía cuatro marcas en la cabeza… Y eso fue todo producto de lo que sufrió”.

“El reconoció ese lugar que estuvo como La Escuelita” y aseguró que señaló que “Denet, Baris y Manuel Fernández que eran de Carmen de Patagones y habían sido detenidos también”. Además, su padre pudo recordar algunos apodos de sus captores como Laucha, Chamamé y Correntino.


“Mi papá nunca más volvió a ser el mismo”

Las consecuencias familiares quedarían marcadas en la mente de Félix, que era un niño de apenas 9 años. Tuvieron que abandonar su casa por 9 meses por “consejo” de la policía de Patagones. Luego de irse, la casa fue vandalizada. “Nos revisaron toda la casa, nos la dieron vuelta. Papá tenía una camioneta y la destrozaron”, recordó.

Ante la pregunta de cómo impactó esto en sus vidas, explicó que “muy mal impactó. Yo iba a un colegio, me sacaron de la escuela 2”, “ningún colegio me quería aceptar, terminé yendo a una escuela especial porque era la única que me aceptó”. “Mi hermana que iba al colegio de monjas, fue marginada y terminó en otro colegio”, continuó, y concluyó:

“Mi papá nunca más volvió a ser el mismo, siguió siendo solidario y nunca bajó los brazos, pero no era la misma persona que nosotros despedimos”.

Trigesimoséptima audiencia de la Megacausa Zona 5 (10 de noviembre de 2022)

¿Cuándo siguen las audiencias?

Las audiencias continuarán el día jueves 17 de noviembre, desde las 9 horas, en la sede del Tribunal Oral de Chiclana y Lavalle. Los juicios son Orales y Públicos, y puede concurrir cualquier persona que así lo desee, con su DNI.

Además, las audiencias también se emiten de manera virtual por el canal de YouTube de la subsecretaria de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires y por el canal del Poder Judicial.

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