Este jueves se llevó adelante la 30° audiencia en el juicio por delitos de lesa humanidad conocido como Megacausa Zona 5. En este caso, se escucharon las declaraciones de tres víctimas, una testigo de concepto y, además, se reprodujo la declaración de una víctima ya fallecida cuyo testimonio se tomó en el primer juicio en el año 2011.
Cabe recordar que el presente proceso judicial tiene a 333 personas como víctimas y 37 imputados por los delitos de secuestros, torturas, violaciones, desapariciones, homicidios y robo de bebes.
Madre e hijo secuestrados
En primer lugar, el Tribunal Oral compuesto por los jueces Ernesto Pedro Sebastián, Sebastián Luis Foglia y Marcos Aguerrido escuchó el testimonio de Sergio Custodio, quien si bien declaró como testigo del secuestro de su madre, el mismo fue víctima de una detención ilegal con tan solo 14 años de edad.
Custodio vivía con su madre, Stella Maris Ramírez, quien era trabajadora social y ejercía el cargo de directora interina del Hogar del Niño de la Municipalidad de Bahía Blanca, en Villa Rosas.
El 30 de junio de 1976, ambos fueron secuestrados a través de un violento operativo efectuado durante la madrugada por la Policía Federal local, a cargo del subcomisario Félix Alais, actuando bajo control del Comando V Cuerpo de Ejército.
El procedimiento constituyó el primero de una serie de secuestros que alcanzaría a alrededor de 30 exdocentes de la Universidad del Sur, quienes fueron perseguidos bajo la acusación de formar parte de una empresa de subversión ideológica en la casa de altos de estudios.
Bajo la falsa acusación de que Custodio estaba vinculado a delitos relacionados con drogas, la policía federal montó ese operativo secuestrando a él y a su madre. El procedimiento sirvió para instalar el hecho de que Stella Maris Ramírez tenía en su poder “bibliografía subversiva”.
Dicha bibliografía habría sido difundida en la Escuela de Asistencia Social, siendo esa operación psicológica el punto de inicio de una serie de secuestros en el ámbito académico.
Luego de estar 2 noches secuestrado, Custodio es buscado por su abuelo y puesto en libertad, mientras que Ramírez fue trasladada a la delegación de la Policía Federal, donde estuvo alojada en un calabozo y sometida a torturas alrededor de una semana. Posteriormente fue trasladada a la cárcel de Villa Floresta y, luego de unos meses, a la cárcel de Devoto.
Sergio relató que había estado en el Colegio Nacional hablando con otros dos adolescentes de su edad, haciendo bromas sobre drogas, y que cree que alguna compañera o compañero los denunció.
Aquella situación habría sido la excusa para los secuestros. “A mí me quedó durante mucho tiempo la culpa, que se la habían llevado por mi culpa”, lamentó, “por esa estupidez de chicos que habíamos estado hablando”.
Palihue Chico en la mira de la represión y los negocios
Posteriormente declaró Samuel Castro Navarro, otra de las víctimas del grupo de ciudadanos chilenos secuestrados en agosto de 1978 en el Barrio 17 de Agosto, llamado por entonces Palihue Chico. Samuel recordó cómo el barrio era vigilado y perseguido por las fuerzas durante aquellos años:
“Hubo varios operativos, especialmente de noche. Empezaron a llegar en jeeps, en carros del Ejercito. Era un alboroto adentro de un barrio que nunca pasó nada. Era toda gente de trabajo. Toda”.
Tal como lo relataron con anterioridad otras víctimas, el ejercito allanó las casas de todo el barrio llevándose a las personas a un aserradero ubicado en Belgrano al 800. “Empezaron a apartar a la gente y todos íbamos a parar ahí, al aserradero“, comentó Castro Navarro.
“Todo el barrio estaba, todos en fila. Pero después nos apartan a seis: tres mujeres y tres varones, para ser llevados a Villa Floresta, a la cárcel… No sé qué hacíamos en la cárcel si no habíamos matado a nadie ni hecho nada malo”.
Las personas que se llevaron junto a él fueron Alfonso Agurto, Eduardo Lagos, claudina y Elisa González Navarro, y la esposa de Castro Navarro, Elba Jara. Todas víctimas de esta causa.
Una vez en la cárcel, son apartados las mujeres y los hombres, desnudados completamente, requisados y llevados a calabozos con ventiluces sin vidrios. Así, los detenidos debieron sufrir sin abrigo las bajas temperaturas de la época invernal.
Castro relata que su esposa, Elba Jara, fue secuestrada estando embarazada. En sus propias palabras, explicó que “estaba embarazada y no lo supe hasta que salí”. “Estaba de un mes y medio o dos y cuando salí me dijo que perdió el bebe ahí adentro” debido a los malos tratos y condiciones.
Al barrio concurrían jóvenes a realizar trabajos sociales, como apoyo escolar o ayudas a las diferentes necesidades barriales. Zulma Matzkin, Manolo Tarchintsky y Alejandro Monaco estaban entre quienes realizaban dicha tarea
Los tres fueron asesinados y desaparecidos por la dictadura, siendo víctimas en esta causa. Algunos de ellos fueron asesinados en ese mismo lugar, en lo que conocemos como masacre de calle Catriel, simulando un falso enfrentamiento en una casa que se hallaba deshabitada.
Castro Navarro recuerda haber estado allí 21 días y luego ser liberado. Al momento del secuestro, él y su esposa debieron dejar a sus cuatro pequeños hijos solos en la casa. “El haberlos dejados solos, me hizo pensar en ellos cada día de los que estuve ahí adentro en la cárcel, de como estaban y si les faltaba algo” concluyó.
El Barrio 17 de Agosto, conocido como Palihue Chico, se hallaba ubicado en donde hoy está emplazado el parque Boronat, circundado por el Arroyo Naposta y las vías. Allí habitaban unas 100 personas, la gran mayoría inmigrantes chilenos.
Tiempo después, a fines de la década del 70 y principios de los 80, se comenzó con el entubado del arroyo y topadoras pasarían por encima de todo el barrio 17 de Agosto, desapareciéndolo al igual que a tantos bahienses. La dictadura genocida y sus socios económicos tenían otros planes más sustanciosos para ellos en lugar de una barriada de inmigrantes trabajadores.
El tercer testigo de la jornada, Cristóbal Tolza Urbina, fue secuestrado a fines del año 1978 y llevado a Villa Floresta. Durante su testimonio pudo dar cuenta de los padecimientos sufridos tanto por él mismo como por otras víctimas de esta causa.
Tolza Urbina pidió que su declaración no fuera transmitida, al igual que la testigo siguiente, Diana Naifleisch, quien testimonió sobre la liberación de Tolza Urbina y la víctima José Pupko, ya que los asistió y dio cuenta del momento de su liberación.
Al final de la audiencia, la fiscalía procedió a reproducir el video de la declaración de la víctima Claudio Collazos, quien declaró el 6 de septiembre del 2011 en el marco del primer juicio, Causa Bayón.
Trigésima audiencia de la Megacausa Zona 5 (22 de septiembre de 2022)
¿Cuándo siguen las audiencias?
Las audiencias continuarán el día jueves 29 de septiembre, desde las 9 horas, en la sede del Tribunal Oral de Chiclana y Lavalle. Los juicios son Orales y Públicos, y puede concurrir cualquier persona que así lo desee, con su DNI.
Además, las audiencias también se emiten de manera virtual por el canal de YouTube de la subsecretaria de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires.