El doctor en física y rector de la Universidad Nacional del Sur (UNS), Daniel Vega, se sentó frente al micrófono de EL Ágora 2025 para una extensa conversación con Juani Guarino sobre la inundación que devastó gran parte de sus instalaciones el pasado 7 de marzo, el financiamiento universitario, la recuperación de legajos de víctimas del terrorismo de Estado, y el futuro de la ciencia y la inteligencia artificial en Argentina.
Vega no solo habló desde su rol institucional, sino con la cercanía y pasión de quien siente la UNS como un segundo hogar. “Es nuestra casa”, dijo, refiriéndose a la institución donde cursó toda su formación académica y desarrolló su carrera científica.
“Fue muy violento”: El día que la inundación arrasó con todo
Daniel Vega recordó con emoción contenida cómo vivió aquel viernes lluvioso que cambiaría para siempre la historia de la Universidad Nacional del Sur. Afortunadamente, las clases se suspendieron la noche anterior, gracias a la alerta naranja emitida por el Servicio Meteorológico Nacional.
“Cuando me levanté temprano y vi cómo corría el agua por la calle, ya imaginé que la situación iba a ser muy mala”, aseguró. Y no se equivocaba.
“Nosotros estuvimos en algunos sectores con 2 metros 10 de agua. Arrasó con todo. Entró con mucha violencia” , describió con gravedad.
Pero más allá del daño material —libros flotando, equipos destruidos, infraestructura comprometida—, lo más impactante fue ver a docentes, investigadores y estudiantes trabajando con lágrimas en los ojos para limpiar laboratorios y salones afectados.
“Una docente e investigadora limpiaba con su nenito de 10 años y su mamá jubilada. Fue muy conmovedor” , contó.
Pese a la magnitud del desastre, Vega destacó la respuesta inmediata de la comunidad universitaria y de voluntarios externos. “Fue muy rápida, muy espontánea. La gente se fue arrimando y nos fuimos organizando rápidamente”.
En medio del caos, el sistema universitario argentino respondió con fuerza. Decenas de camiones llegaron desde distintas partes del país con donaciones de todo tipo.
“Recibimos ayuda del sistema universitario. Vinieron decenas de camiones con donaciones. Eso fue muy gratificante y emocionante” , afirmó Vega.
Entre los casos más destacados, mencionó la colaboración de la Universidad de La Matanza, que no solo envió materiales, sino también personal especializado para manejar la logística de distribución.
Además, el gobierno nacional destinó un subsidio de 500 millones de pesos, mientras que tres universidades argentinas —las Universidades Nacionales del Litoral, de Mar del Plata y de Misiones— realizaron donaciones por un total de 220 millones de pesos. Estos fondos serán destinados principalmente a la reconstrucción de la biblioteca central.
Planificación post-inundación
El cálculo preliminar del daño asciende a unos 10 mil millones de pesos, incluyendo pérdida de equipamiento, libros y daños estructurales. En ese contexto, Vega adelantó que buena parte de la reconstrucción se trasladará al campus de Palihue.
“La mayoría se va a reconstruir en Paligüe. La biblioteca central seguramente se va a ubicar allí, y el traslado de física también está previsto” , indicó.
Respecto al complejo Alem, se plantea una refuncionalización de los subsuelos para evitar riesgos futuros. “Seguramente muchos de los espacios se van a reconvertir en aulas y algunos laboratorios de grado”, detalló.
Financiamiento universitario: Un problema estructural
Más allá del evento climático, Vega advirtió sobre una crisis más profunda: el deterioro del financiamiento universitario.
“Estábamos mal antes de la inundación. Los salarios están totalmente rezagados respecto a la inflación. Somos de los que más han perdido, incluso dentro del Estado Nacional” , sostuvo.
Y agregó:
“Los gastos de funcionamiento tampoco han acompañado la inflación. Hoy, ciencia y tecnología es una secretaría que no está aportando ningún recurso al sistema”.
Ante este escenario, lamentó que ante posible sanción de la Ley de Presupuesto Universitario “ya nos adelantaron que la van a vetar nuevamente. Ojalá que eso no suceda”.
Recuperación de legajos: Memoria histórica y justicia simbólica
Durante la entrevista, Vega también hizo hincapié en la tercera entrega de legajos restituidos a personas víctimas del Terrorismo de Estado, permitiendo la reparación histórica y documental, un deuda de larga data.
“No deja de ser reconfortante poder hacerle este reconocimiento en muchos casos no a las víctimas directas, sino a sus familias” , expresó con solemnidad.
Sobre posibles voces negacionistas dentro de la propia universidad, Vega fue claro: “Afortunadamente, no queda mucho de eso. Creo que la mayoría de esas discusiones han sido saldadas”.
Investigación Física e inteligencia artificial
Como físico, Vega destacó la impronta científica de la UNS, particularmente en ciencia de materiales. Su área de especialización es la nanotecnología y la materia condensada blanda, un campo que explora sistemas complejos y dinámicas poco convencionales.
“Son materiales que están entre los metales tradicionales y el material biológico. Tienen propiedades singulares, como fenómenos de autoorganización” , explicó.
También se refirió a la inteligencia artificial, un tema en el que la UNS lleva décadas trabajando. Actualmente se impulsa la creación de un Doctorado en inteligencia artificial aplicable a múltiples áreas, como salud, clima y producción agroalimentaria.
“Hoy nuestro departamento de ciencia e ingeniería de computación es líder a nivel nacional. Tenemos referentes internacionales” , afirmó con orgullo.
Reflexiones sobre el futuro: Ciencia, democracia y posverdad
Finalmente, Vega lanzó una advertencia sobre el uso de tecnologías disruptivas en manos privadas y fuera de control estatal.
“Las investigaciones realmente importantes ya no están a cargo de los estados. Son Google, Amazon… Esto da un poquito de miedo” , señaló.
Y concluyó:
“Creo que deberíamos estar muy preocupados respecto a cómo vamos a manejar el planeta, el rol de estas grandes corporaciones. Porque los Estados se han quedado sin instrumentos” .