Esta semana se realizaron dos nuevas audiencias en el juicio por delitos de Lesa Humanidad, que se le sigue a los cuatro imputados en los crímenes cometidos por la Triple A en la ciudad de Bahía Blanca
Los acusados en este debate son cuatro, Raúl Aceituno, Juan Carlos Curcio, Osvaldo Pallero y Héctor Forcelli, quienes deberán ser sentenciados por el Tribunal compuesto por los jueces Roberto Amabile, Pablo Díaz Lacava y Marcos Aguerrido.
En esta oportunidad se pudieron escuchar las declaraciones de cinco testigos entre los días jueves y viernes que dejaron un detallado testimonio de lo vivido durante esos años en Bahía Blanca.
El día jueves, el debate giro en relación al asesinato de Luis Jesús García. Se escucharon declaraciones emotivas declaraciones, con un carácter histórico y reflexivo de nuestra historia reciente, reafirmando una vez más, la importancia de los Juicios de Lesa Humanidad como un legado democrático y una política permanente en la lucha contra la impunidad.
“Negrito” García: Comienzan los asesinatos
La primera testigo escuchada fue Marcela Egues, madre de Luis Jesús García y reconocida por su gran militancia en búsqueda de Memoria Verdad y Justicia por su Hijo y por todxs las víctimas, como ella misma se encargó de explicitar varias veces a lo largo de su declaración.
Luis García “el Negrito”, tenía tan solo 18 años, era trabajador y delegado del gremio de la construcción y militante del FAS (Frente antiimperialista por el Socialismo) y del PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores). García estaba trabajando en la construcción de un barrio camino a Ingeniero White.
Fue secuestrado en su domicilio la madrugada del 22 de Septiembre de 1974 y su cuerpo fue hallado con múltiples marcas de tortura y acribillado a balazos horas más tarde, en un camino cercano a Gral Daniel Cerri, cerca de lo que se conoce como Pibe de Oro.
Su mama Marcela, es la primera en declarar, y en contar el derrotero de su familia y su hijo, que culmina en su asesinato. Relata que supo que su hijo ya había sido amenazado con anterioridad, aunque igual siguió militando dentro de la empresa llamada Inter-american, “hasta el día en que lo vinieron a buscar”.
“Yo nunca pensé en que iban a hacer eso con mi hijo. Lo torturaron bárbaramente… ni siquiera los animales hacen eso con otro animal. Tenía todo el cuerpo con manchas negras de la tortura que le habían hecho. Mi hijo tenía 18 años… esos miserables que ojala se mueran de viejos… y que sus nietos algún día los recuerden como los asesinos que son.”
Sin palabras para la despedida
La víctima fue secuestrada de su domicilio, alrededor de las 4 de la madrugada, arrancado de su cama en ropa interior por varios hombres armados. Afuera había dos autos que los esperaban, y es arrastrado a los golpes, hacia un Dodge Polara color verde, ya muchas veces sindicado por testigos como parte de los autos de la patota de la triple A.
Todo esto fue declarado en ese mismo momento por la testigo en sede de la comisaría 2da de Bahía Blanca:
“Recorrimos todas las comisarías de Bahía Blanca, No quedo Una. Incluso en la de Av Alem, estaban apostados tirados en el pasto con metralletas. Todos fueron cómplices del caso. Algo habrá hecho, me decían”.
Marcela recuerda que su hijo días antes del hecho, le refirió que fue amenazado por “Chacho Pérez”, un integrante de la patota criminal y uno de los que participo del secuestro de esa noche.
El sepelio de su hijo, como ya han relatado varios testigos, fue multitudinario, reuniendo a todo el arco político y social de la ciudad, que acompañó el cortejo a pie desde Villa Nocito al Cementerio: “Yo no puede hablar porque quedé totalmente muda, no pude hablar ni despedir a mi hijo”.
Un Gran Militante
Luego del asesinato de su hijo, las amenazas -firmadas por la Triple A-, siguieron hacia su persona y a sus otras hijas, las cuales eran denunciadas, aunque sin ningún tipo de respuesta por parte de la justicia. Debido a dichas amenazas, la testigo relata que se van de la ciudad, a la provincia de Salta, para preservar sus vidas. Allí en Salta, una de sus hijas, Julia García, también es secuestrada y encarcelada.
“Era un excelente Hijo, una muy buena persona querido por sus vecinos, que militaba con mucha alegría” dice Marcela entre sus últimas palabras, para finalizar preguntando:
“Dónde estuvo durante 40 años la justicia, donde estuvo? Por qué tanta complicidad hubo con el caso de mi hijo? Mi Hijo tenía 18 años! Y lo masacraron, lo torturaron y lo tiraron en la ruta. Es una vergüenza lo que hicieron con el caso de mi hijo! No fueron capaces de nada! Que justicia me hablan a los 40 y pico de años. Mi hijo fue un gran militante. Él tenía claro primero sus necesidades, y por eso organiza, para que todos tuvieran un buen sueldo para que todos tuvieran lo que necesitaban para trabajar, y porque él pertenecía a un partido político también. Tenía 18 años mi hijo! Un Gran militante!”
El Poder Judicial, el gran ausente
Posteriormente, fue el turno de la hija de Marcela Egues y hermana del asesinado Luis García, Julia Beatriz García. Julia comienza su declaración expresando:
“Acá hay un gran ausente en este juicio, que es el Poder Judicial, que son los jueces Hugo Cavalaro y José Montone, que son los que actuaron en la investigación del asesinato de mi hermano, y son los que le garantizaron la impunidad a los miembros de la Triple A en esa oportunidad… porque sin la complicidad del Poder Judicial, hoy no estaríamos sentados acá después de 46 años.”
“Después de 46 años yo vengo a contarles a ustedes de una Julia que en ese momento tenía 18 años, y acá está sentada la Julia que tiene 66 años. Venimos como decimos las Garcias, cuatro generaciones acá, mi madre, nosotras sus hijas, mis hijas y mis nietos, Pidiendo Justicia. Y como dijo mi hijo no hace mucho tiempo ‘Mamá, el negrito no es tu hermano, ya nos lo pasaste’. Y esa fue la tarea, la búsqueda de la verdad, no importa el tiempo, pero nosotras, junto con otros muchos, asumimos el compromiso hasta la muerte, de seguir luchando por la verdad y la justicia. Y una verdad que también nos involucre a una verdad histórica que yo creo que es responsabilidad y tienen la oportunidad los jueces, de escribir otra historia, en donde no se diga que el terrorismo de Estado comenzó el 24 de marzo, sino que comenzó durante el gobierno democrático anterior, durante la gestión de María Estela Martínez de Perón, con un marco ideológico del ex presidente en ese momento, anterior, Juan Domingo Perón. Faltan También acá que se sienten los responsables políticos e ideológicos, López Rega, nunca fue llamada María Estela Martínez de Perón, a dar explicaciones, no fue extraditada, y también porque no, a todos los responsables de los partidos políticos de ese momento, que también acompañaron esta masacre, que también avalaron el accionar de la Triple A en Bahía Blanca y en todo el país.”
Posteriormente, la testigo narra todo el calvario sufrido por su familia y relatado en parte por su madre en la declaración anterior, no solo la noche del secuestro de su hermano, sino tambien la posterior persecución familiar, y su propia detención en la provincia de Salta.
Julia García culmina su declaración afirmando “Mientras la lucha continúe, mi hermano va a seguir vivo, como siguen vivos los 30.000 desaparecidos y todos los asesinados por la Triple A”.
La Conciencia posible
También declaro en la jornada del día jueves 29 por el caso de Luis García, Eugenio Navarrete, quien era conocido de la víctima, del barrio y de la militancia en el ámbito de la construcción y de la militancia política en el PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores). Lo define como un gran compañero, un hermano “y algo que en la sociología marxista se llama la conciencia posible, y un potencial extraordinario”.
Navarrete contextualiza en su extenso relato, lo que sucedió en Bahía Blanca luego del 73 cuando retornó el peronismo al gobierno, el cual considera que fue lo que sentó la base para lo que después seria “el clima en Bahía Blanca”.
Como trabajador de la construcción de ese momento, relata con detalle las disputas gremiales existentes en ese momento, sobre todo del gremio de la UOCRA, donde deja en claro que la violencia era ejercida por parte de los interventores del gremio.
La anterior conducción del gremio, encabezada por algunos de los hermanos Bustos con Víctor Benamo de abogado, expresaron que “no vale la pena pelear por un sindicato, si le va a costar la vida a un compañero”, marcando una clara diferencia política y humana.
Como muchos otros compañeros sufrió la persecución y la cárcel, lo que lo llevo a finalizar su testimonio diciendo que aunque no cree demasiado en la justicia, estaba muy feliz que este juicio se esté realizando y que su voluntad “es seguir reclamando por todos”.
Testimonios del viernes
Las últimas dos declaraciones fueron realizadas el día viernes por dos mujeres, Nilda Mabel Bellocchio por el caso de Carlos Davit y Juana Zarate, esposa de Manuel Santiago García, asesinado el 8 de agosto de 1975.
Bellocchio, era compañera de la facultad y amiga de Carlos, “el Pelado” Davit, quien dio cuenta de la persecución que sufrió éste, como así también de varios allanamientos que sufrió en su casa antes del golpe, relacionándolos con su amistad con Carlos. En varias oportunidades, al menos dos, pudo ver el famoso Fiat 125 apodado “la fiambrera” vigilando la pensión donde Davit habitaba.
En cuanto a Juana Zarate, esposa de Manuel García, la testigo declara por via conferencia desde la ciudad de Mendoza. Relata que tenían tres hijes junto a su esposo y ella se encontraba embarazada de 5 meses con otra niña por venir.
García trabajaba en la Petroquímica en Ingeniero White, cuando cumplía su horario allí, salía y se iba a trabajar al puerto a la descarga de los barcos y además tenía actividad gremial en el sindicato. El día de su asesinato la vienen a buscar para que vaya a reconocer el cuerpo a la morgue y pudo ver como su marido estaba desnudo, y con muchísimos impactos de bala en su cuerpo.
La testigo decidió llevarse el cuerpo de su marido en remis a Mendoza donde tenían familia, para ser velado. A el dolor de la perdida, al momento de intentar cobrar el seguro de vida de su esposo sufre una estafa, que la deja economicamente en muy malas condiciones, por lo que luego del hecho, nunca más quiso regresar a Bahía Blanca, por el dolor que le causaba todo lo narrado.
¿Cuándo siguen las audiencias?
El Dr Roberto Amabile, presidente del TOF, fijo fecha de audiencias para lo que resta del mes de Noviembre, las cuales serán los días Viernes 6, Jueves 19 y viernes 20. Así mismo adelanto que ya están fijados los días 3 y 4 Diciembre, para su continuación.