Garavano aprovechó su paso por la UNS para hacer proselitismo: "no hay persecución política a CFK"

German Garavano junto al intendente Héctor Gay (izquierda) y autoridades de la UNS (derecha)

El ministro de Justicia, Germán Garavano, visito hoy Bahía Blanca y participó de las jornadas “Justicia y Comunidad” que se desarrollan en la Universidad Nacional del Sur, organizadas en el marco del Programa Justicia 2020 del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación

Sin embargo, el funcionario de Cambiemos aprovechó la chapa de la Casa de Altos Estudios para realizar declaraciones en un claro tono proselitista. Manifestó que el juicio oral que se inició a Cristina Fernández de Kirchner y que resulta el primer capítulo del guión electoral que el oficialismo tenía preparado, no se trata de un acto de persecución política, como afirmó la ex presidenta antes de presentarse.

Yo no creo que se trate de una persecución política, éste es un proceso que llevó tiempo, que fue llevado adelante por jueces designados por Gobiernos anteriores, incluso el mismo Gobierno de la ex presidenta y del presidente Kirchner.

Sin embargo, las palabras de Germán Garavano se entienden mejor si se analizan algunos datos más de su gestión como ministro de Justicia.

Un ministro con graves acusaciones en su contra

Una de las primeras acusaciones contra Germán Garavano no vino desde la oposición sino desde el mismo oficialismo. Fue la diputada nacional Elisa Carrió quien en octubre de 2018 manifestó en la mesa de Mirtha Legrand que “Garavano no existe, nunca fue ministro. A la justicia la maneja Daniel Angelici”. 

Sin embargo, a principios de abril y ya en el contexto de la investigación de la causa que lleva adelante el juez Alejo Ramos Padilla, el detenido ex agente de la AFI, Rolando Barreiro manifestó su voluntad de declarar como arrepentido y brindó importantes datos.

Uno de ellos fue el de la extorsión aplicada a la abogada de Leonardo Fariña, Giselle Robles. En el año 2016 la abogada participó de una reunión entre su cliente y el ministro de Justicia Germán Garavano quien pedía a Fariña datos para involucrar a Cristina Fernández de Kirchner en las causas que afrontaba Lázaro Báez. Se trataba de la causa mediáticamente conocida como “la ruta del dinero K”.

La abogada Giselle Robles presentó documentación probatoria, consistente en mensajes de WhatsApp que intercambio con Garavano y dan prueba de que la reunión existió y también los mails por los que recibía el guión, presuntamente de una casilla utilizada por la Agencia Federal de Inteligencia.

En esa reunión, Robles también señalo que Garavano había manifestado que estaba dispuesto a quitar del medio a cualquier juez que se opusiera al plan de declarar a Fariña “arrepentido” a cambio de que testimonie contra Cristina. Esto luego se probó con la filtración de los audios en los que “insta” al juez Carlos Rozanski a presentar su renuncia para evitar un jury y perder la jubilación. Rozanski se oponía a que Fariña sea declarado “imputado colaborador”.

Hasta el momento Garavano ha evitado hacer declaraciones sobre el caso Fariña así como sobre el contenido de los audios en los que aprieta a Rozanski para que renuncie. Sin embargo, cuando se conocieron estos hechos, la oposición presentó en el Congreso Nacional un pedido de juicio político por las presiones al juez así también como por direccionar las declaraciones de Fariña contra CFK.

Garavano es así mismo, el principal defensor de la figura de Laura Alonso, la titular de la Oficina Anticorrupción y otra funcionaria de Cambiemos que no sólo está siendo investigada sino que podría ser declarada en rebeldía. Alonso primero fue imputada por no investigar al gobierno en el caso Correo Argentino, y luego, tras resisitir una auditoría de la Auditoría General de la Nación, fue nuevamente imputada tras declarar que no querellaba en causas de corrupción del actual gobierno.

 

 

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