Álvaro Urrutia: "No podemos volvernos una fuerza conservadora. El peronismo nunca lo fue y el sindicalismo tampoco"

Alvaro Urrutia
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El Ágora 2025 - Escuchamos pero no juzgamos
Álvaro Urrutia: "No podemos volvernos una fuerza conservadora. El peronismo nunca lo fue y el sindicalismo tampoco"
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Álvaro Urrutia, referente de la CTA de los Trabajadores en Bahía Blanca, dialogó con Juan Ignacio Guarino en El Ágora 2025 sobre la unidad del movimiento obrero, los desafíos actuales del sindicalismo y en la previa de una actividad cultural que reunirá a las tres centrales sindicales locales en la sede de la CGT.

La conversación abordó desde el origen de la CTA durante el menemismo hasta las nuevas formas de trabajo que exigen repensar la representación gremial en el contexto de un gobierno nacional que amenaza con reformas laborales.

Unidad sindical: tres centrales, una agenda común

La presentación del libro “José Espejo, el guardián de Evita” del periodista Hernán Brienza congregará este jueves a las tres centrales de trabajadores de Bahía Blanca en la sede histórica de la CGT.

brienza en bahia jose espejo evita

Urrutia destacó el valor simbólico de este encuentro:

“Es una nueva forma de visibilizarnos de las tres centrales de los trabajadores de Bahía Blanca, tanto la CTA de los trabajadores, la CTA Autónoma y la CGT, que venimos planteándonos algunas agendas comunes”.

Esta es la segunda actividad conjunta, tras una jornada sobre género impulsada por la CTA Autónoma.

El referente sindical subrayó la importancia de estos espacios compartidos en tiempos adversos y de tener la posibilidad de “ayudar a reflexionar desde otro lugar, conocer la historia de la CGT en los tiempos del primer peronismo”. Según Urrutia, hay muchas razones para la desunión, pero el movimiento obrero debe encontrar terreno común:

“Cada sindicato tiene sus propias lógicas, cada central tiene sus propias lógicas, pero a pesar de eso como un movimiento obrero tenemos que encontrar los puntos en común y asentarnos ahí para estar en una tierra firme para lo que viene que es complejo”.

Origen de la CTA: la respuesta al neoliberalismo

La CTA surgió durante el menemismo como alternativa a una CGT que adoptó un posicionamiento más conciliador con las políticas de gobierno. Urrutia recordó: “Hubo varios sindicatos que empezaron a exindirse de la CGT y empezaron a buscar su propia representatividad para un conflicto que llegaba y que se imponía, que era el neoliberalismo y todas sus consecuencias”.

La nueva central, con sindicatos como CTERA, SUTEBA y ATE como pilares fundacionales, introdujo una innovación crucial: reconocer al desocupado como trabajador.

“La CTA fue la primera central en el mundo que reconoce al desocupado como un trabajador”, explicó Urrutia. Mientras para los sindicatos tradicionales el desocupado deja de ser aportante y pierde representación, la CTA acobijó a los movimientos piqueteros y a las nuevas formas de organización social.

“Hay que acercarse, pedir la ficha de afiliación y se tiene un aporte mínimo simbólico ya que no contas con un salario”, detalló Urrutia sobre el mecanismo de participación.

La fractura de 2010 y el camino hacia la reunificación

La división entre CTA de los Trabajadores y CTA Autónoma, ocurrida en 2010, fue “muy dolorosa” según los relatos que recibió Urrutia, quien llegó posterior a esa ruptura. La fractura estuvo ligada a posicionamientos políticos respecto al gobierno kirchnerista:

“Otro sector, aunque seguramente pensaban como nosotros, creían que había que tener cierta autonomía ideológica a la hora de actuar del gobierno en ese momento”.

La CTA de los Trabajadores, con CTERA como sindicato principal, quedó más próxima al proyecto kirchnerista, mientras la Autónoma mantuvo mayor distancia crítica. El macrismo generó las condiciones para iniciar la reunificación. Urrutia destacó el trabajo conjunto en la provincia de Buenos Aires:

“A partir del macrismo se empezó un trabajo de unidad en acción, principalmente en la provincia de Buenos Aires, con la conducción de Roberto Baradel y el Colorado De Isasi, empezaron a transitar un camino de unidad, enfrentando las políticas de Vidal”.

Desde hace dos o tres años, la reunificación se volvió un horizonte claro:

“Tanto el gobierno que tenemos como el gobierno de Macri como lo que puede llegar a venir nos necesita unidos y esa unidad en principio es entre las dos CTA pero creo que tenemos que tender a una unidad más amplia, todos venimos de un mismo lugar que era la CGT”.

Nuevas formas de trabajo: el desafío pendiente

El sindicalismo argentino enfrenta el reto de representar a trabajadores que escapan al modelo tradicional de empleo en blanco. Urrutia reflexionó sobre su propia experiencia:

“Hay un 50, 60% de la población que no trabaja de manera formal. No sé los números pero es un número cada vez más alto lamentablemente”.

Las plataformas digitales, el cooperativismo y las múltiples formas de precarización exigen repensar los dispositivos de representación gremial.

“Así como en los 90, la CTA de los trabajadores pensó un dispositivo para que puedan tener una representación gremial los desocupados, hay que pensar dispositivos para estos trabajadores y que tengan algún tipo de representatividad”, planteó Urrutia.

Sin embargo, advirtió que enfocar la discusión política solo en derechos laborales deja afuera al sesenta por ciento de la población:

“Si la discusión va a pasar solamente por derechos laborales, ahí creo que estamos a mitad de camino para abarcar la discusión política nacional que corresponde”.

La trampa de la “casta” y el discurso del odio

Urrutia analizó cómo ciertos sectores de la sociedad percibieron al trabajador asalariado como privilegiado:

“Parte de la sociedad creyó o cree que la casta es el trabajador asalariado, el que se puede ir de vacaciones, que ve a un compañero docente que laburó todo el año y se fue de viaje a Bariloche y se miraba, casta”.

“Hay un dispositivo armado de pararse sobre esos sentimientos que anidan en cada humano que es un poco la envidia, el resentimiento, y se para ahí un discurso de odio del dedo acusando”, explicó Urrutia.

El problema, señaló, es que este odio se dirige al vecino visible, no al verdadero poderoso:

“El odio hacia el que está un poquito mejor que vos, porque convengamos que una persona que gana dos millones de pesos está en una mucho mejor situación que el promedio del trabajador argentino pero tampoco es un multimillonario. Es el que ves. El multimillonario no sabes ni quién es”.

Juventud y militancia sindical

Contra el relato que presenta a los jóvenes como desinteresados de los derechos laborales, Urrutia destacó la emergencia de nuevas camadas de militantes:

“Nos sorprendía mucho con la inundación que ahí es donde aparecieron muchos jóvenes con ganas de militar y de ayudar, pero también estaba la palabra militar, no solamente ayudar, no eran voluntarios, eran pibes que venían a agarrar la bandera”.

Los sindicatos ofrecen ventajas sobre los partidos políticos para atraer militancia juvenil:

“Tenemos una proyección más a largo plazo que por ahí las coyunturas políticas a ningún partido o agrupación le permite tener. Nosotros estábamos antes que ustedes y vamos a estar después”, citó Urrutia recordando una discusión entre un sindicalista y un dirigente partidario.

La estructura física, los mecanismos de contención y la permanencia institucional convierten a los sindicatos en espacios atractivos para quienes buscan compromiso a largo plazo.

La inundación: cuando surge la razón de ser

La CTA de los Trabajadores tiene apenas tres años en Bahía Blanca, pero su actuación durante la inundación demostró capacidad de respuesta. La Casa del Docente, sede de la central, se convirtió espontáneamente en centro logístico:

“Se convirtió rápidamente en lugar para que vengan algunos afectados, después terminó siendo un lugar de logística y a los dos días ya teníamos a la conducción provincial y nacional de la CTA ayudándonos, trayéndonos cosas”.

Urrutia enfatizó que la respuesta no fue planificada sino orgánica:

“Quienes estamos en determinados sectores, digo sindicato pero también podemos nombrar a la iglesia, a grupos de Scouts, ante situaciones como esta surge la razón de ser del sindicato y ahí hicimos lo que teníamos que hacer”.

La central se enfocó especialmente en las escuelas, limpiando y distribuyendo insumos:

“La militancia sindical tomó un papel preponderante, trabajamos mucho con los chicos de Barrios de Cristo, de Calle Belén para descargar los camiones con los bancos nuevos, para llevarlo a las escuelas, para ir a limpiar escuelas”.

Posicionamiento electoral y reforma laboral

La CTA de los Trabajadores mantiene definiciones políticas claras de cara a las elecciones legislativas. Urrutia defendió este posicionamiento:

“Un sindicato por ahí es tentador decir que no debe meterse en política, en cuestiones partidarias, yo creo que es más bien cobarde eso. Estamos inmersos en una realidad, no nos podemos hacer los criollos”.

La central apoya a Fuerza Patria, con dos candidatos propios: Hugo Yasky buscando renovar su banca y Daniel Catalano enCapital Federal aspirando a ingresar.

Sobre la amenaza de reforma laboral, Urrutia planteó una posición matizada:

“La discusión es válida. Tenemos que empezar a poner cabeza, a prepararnos para lo que viene, porque lo que ya está. Ya tenemos las plataformas, tenemos la inteligencia artificial, todo y va avanzando y no podemos volvernos una fuerza conservadora. El peronismo nunca lo fue y el sindicalismo tampoco lo fue”.

Sin embargo, advirtió que con el actual gobierno nacional cualquier discusión caerá en saco roto:

“No veo que llegue a un puerto una discusión de ese tipo, ellos no van a plantear una discusión, les van a decir esta es la embajada o el círculo rojo, esta es la reforma y listo, no hay discusión”.

Un espacio abierto en O’Higgins 580

La Casa del Docente, en Ohiggins 580, funciona de 8 a 20 horas como sede abierta de la CTA. Urrutia invitó a acercarse:

“Esperamos que se acerque, lo esperamos a charlar, le contamos, también aceptamos las propuestas que traiga cada uno porque hay mucha gente que tiene ganas también de que la escuchen, que vienen con la iniciativa”.

El espacio alberga un FINES para adultos, centros juveniles y distintas actividades para afiliados y la comunidad.

“Por supuesto tenemos nuestra línea política, nuestra línea sindical, nuestro código de convivencia básico. Como cualquier lugar y también de cuidado de los propios”, aclaró Urrutia, pero subrayó el carácter inclusivo del espacio:  “Es un espacio abierto, iniciativo y a gente que tenga ganas de trabajar para las y los otros”.

La experiencia demuestra que el sindicalismo puede renovarse sin perder identidad, abriendo puertas a nuevas generaciones y problemáticas mientras mantiene la memoria histórica que le da fortaleza.

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