Aunque comparten una situación epidemiológica casi idéntica, la provincia de Buenos Aires y la CABA tienen proyectos muy distintos para el regreso a clases de este año.
Mientras que el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires encabezado por Axel Kicillof planteó iniciar las clases el 1 de marzo con un sistema mixto, que combine presencialidad y virtualidad, por su parte, en la CABA gobernada por Horacio Rodríguez Larreta las clases comienzan el 17 de febrero y se propone la reapertura total.
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Mientras el gobierno de Axel Kicillof anunció que combinará clases en el aula con la virtualidad, y comenzó a vacunar a docentes y auxiliares ayer, el de Horacio Rodríguez Larreta dispuso que la totalidad los alumnos vuelva a la escuela todos los días, durante una jornada simple. Y que los maestros serán testeados cada 15 días, sin fecha para la vacunación aún.
En Provincia de Buenos Aires
En la Provincia, el ciclo lectivo se iniciará el 1 de marzo. Dos semanas antes, el 17 de febrero habrá actividades de refuerzo para los alumnos que perdieron el vínculo con la escuela durante 2020.
Kicillof ya adelantó que habrá un sistema bimodal para toda la matrícula -excepto estudiantes de riesgo- que combinará entre 2 o 3 días de clases en la escuela y el resto, virtual.
También aclaró que el objetivo es tener “la mayor presencialidad posible“, pero que esto dependerá de la cantidad de casos de coronavirus y de cómo avance el plan de vacunación de docentes y auxiliares. “No va a ser como antes de la pandemia“, aclaró.
La Dirección General de Cultura y Educación tiene un plan jurisdiccional “para el regreso seguro a clases” que fue aprobado por Nación. Se aplicó en los últimos meses de 2020 en 26 distritos.
El programa, que fue consensuado con los gremios docentes y las autoridades sanitarias, establece ocho protocolos. Se fijan las pautas de reorganización que debe cumplir cada establecimiento (y cada aula) para poder recibir a los alumnos y cumplir con el objetivo de posibilitar el distanciamiento social, la circulación de aire, la limpieza, la higiene personal. También se incluyen los cuidados básicos como uso de tapabocas y máscaras, y el control de temperatura en el ingreso.
El número de alumnos por aula dependerá del tamaño de cada una. El protocolo determina que se debe respetar 1,5 metro de distancia entre los pupitres y dos metros respecto del docente y los alumnos. Podrían ser 10 o 15 alumnos, de acuerdo al espacio disponible. Esto se definirá en cada escuela, en febrero. En Educación no hablan de “burbujas”, sino de “grupos“.
El plan diseñado por la cartera que conduce Agustina Vila también contempla la posibilidad de buscar espacios alternativos como clubes o dependencias municipales, que permitan armar aulas, y estén cerca del establecimiento educativo.
La jornada presencial será de hasta cuatro horas como máximo. Además el ingreso a las escuelas será escalonado, organizado por turnos para evitar aglomeraciones.
Para el gobierno bonaerense, es crucial la vacunación a docentes y auxiliares que comenzó ayer con quienes integran el grupo de riesgo. Aunque no es condición indispensable para dar clases, ya que la vacuna contra el coronavirus es optativa, en el gobierno remarcan que el objetivo es tener a “la mayor cantidad de trabajadores vacunados“.
Los gremios docentes y los estatales ATE, UPCN y SOEME apoyan la vuelta de las clases presenciales, “siempre que se cumplan los protocolos“. Es un tema que será abordado en la paritaria prevista para febrero. Los sindicatos se sumaron a la campaña de vacunación y están ayudando a que sus afiliados se inscriban en www.vacunatepba.gba.gob.ar.
En la CABA
El gobierno porteño dispuso que las clases arranquen el 17 de febrero, es decir, dos semanas antes. El plan “Primero la escuela”, elaborado por la ministra de Educación, Soledad Acuña, establece que todos los alumnos vayan los cinco días de la semana y por cuatro horas. Como en Provincia, están exceptuados los que integran grupos de riesgo, que tendrán una modalidad virtual. Los maestros y auxiliares deberán realizarse testeos cada dos semanas.
La decisión produjo un fuerte enfrentamiento con los gremios docentes, entre ellos UTE y Ademys, que consideran que no están dadas las condiciones sanitarias ni de infraestructura para el regreso. Lo acusaron a Rodríguez Larreta de hacer “marketing político” .
Recién hace 10 días, el gobierno les presentó un borrador del protocolo. Define cómo debería ser la vuelta al aula, pero deslindó las medidas concretas en cada escuela. El texto dice que será “el equipo de conducción y los docentes de cada establecimiento” quienes planificarán el cronograma de asistencia presencial para cada “grupo burbuja” y establecerán la cantidad de turnos diarios y la duración de los mismos. Hay una negociación en marcha con los gremios.
A diferencia de Provincia, la vacunación no es un tema prioritario para Larreta. Los docentes forman parte de la cuarta etapa del plan y todavía no tienen fecha. Tampoco hay un “turnero” para anotarse ya que recién lo habilitarán cuando “Nación confirme los vuelos a Moscú con las dosis”, dijo el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós.