El caso Stornelli/D’Alessio no deja de generar consecuencias para el oficialismo, al punto de haber agrandado más aún la grieta dentro de Cambiemos. Después de las declaraciones del ex espía de la AFI “Rolo” Barreiro, quedó en claro que la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, fue espiada por la red paralela de la que es parte el operador judicial detenido.
La gobernadora de la provincia de Buenos Aires le ordenó a Asuntos Internos de la Policía Bonaerense que investigue las actividades de los ex comisarios Aníbal De Gastaldi y Ricardo Bogoliuk, detenidos por orden del juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, por ser los presuntos superiories a los que dijo responder Marcelo D’Alessio.
Según lo declarado por Barreiro como arrepentido, los dos ex comisarios y D’Alessio habrían participado activamente o en forma colateral en la red de espionaje armada contra Vidal desde una central de la Agencia Federal de Investigaciones que funcionaba en pleno corazón del Conurbano.
En su testimonio ante el juez Ramos Padilla, declaró que ambos eran sus mandantes dentro de la estructura de esta banda dedicada a extorsionar empresarios.
Por estos días las preguntas se ordenan a dilucidar si esta red paraestatal se manejaba autónomamente o si en efecto funcionaba tercerizando operaciones de la AFI. Esta es la incóginita que la socia de Mauricio Macri intentará descifrar a pesar del malestar que genere en la misma Casa Rosada.
