El peronismo debate fuertemente hacia su interior sobre el filo del cierre de alianzas del próximo miércoles 12. Con la intención de sumar a Sergio Massa y al Frente Renovador evitando las PASO hacia dentro del Frente Patriótico o como finalmente se denomine el frente amplio de unidad que promueven desde el Instituto Patria.
Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner quieren evitar a toda costa el “debate interno” en la campaña de las PASO, ya que creen que ese tiempo podría utilizarse para debatir con Mauricio Macri o quién sea que el oficialismo promueva como candidato presidencial. Lo mismo vale en Provincia de Buenos Aires y en las principales ciudades del país, donde una interna suele dejar heridos y un electorado fragmentado y difícil de regrupar en las generales.
En esta línea, “los Fernández” le ofrecieron a Sergio Massa encabezar la boleta de diputados nacionales de la Provincia de Buenos Aires, así como cierta incidencia en la confección de esa misma lista y de las de legisladores seccionales. Del mismo modo, Daniel Scioli recibió como propuesta competir como primer candidato a Senador por la Capital Federal.
De las dos negociaciones, la que se conduce con el Frente Renovador es la que más expectativa genera y también la más intensa, y la llevan adelante Wado de Pedro y Máximo Kirchner. Ante la propuesta inicial de Massa para competir en las PASO presidenciales, los diputados de La Cámpora le advirtieron que en ese caso debería competir con listas de legisladores propios.
La dirigencia del Frente Renovador rechaza esta idea, ya que la pretensión de los legisladores e intendentes que responden a Massa es ir colgados de la boleta de Fernández-Fernández y Kicillof-Magario. Competir en la boleta de Massa, no les traería ningún rédito político ni les aseguraría renovar sus bancas o ser reelectos como jefes comunales.
Ayer por la noche, en C5N, se cruzaron al aire -aunque por comunicación telefónica- Massa y Fernández y Alberto fue claro: “Sergio, volvé a Buenos Aires, tomemos un café, y terminemos esto a ver como podemos avanzar”. Ahora, la pelota está en manos del dirigente oriundo de Tigre, que deberá decidir qué hacer en las próximas horas, a contra reloj del cierre de listas. Cada día que pasa, el armado electoral del peronismo va tomando forma y quedan menos casilleros para los renovadores.
Hasta ahora, los mayores puntos de conflicto se encuentran primero en la confección de las listas de legisladores, donde el Frente Renovador no modera sus ambiciones, pero también en el caso de la intendencia de Tigre, que Massa reclama como propia. Allí gobierna su delfín, Julio Zamora, que ya hace dos años que acordó con el peronismo su reelección.
Zamora tiene una intención de voto del 44% mientras que Malena Galmarini, la mujer de Sergio Massa y la elegida para competir contra el actual intendente de Tigre, cuenta con apenas el 15%.
El caso de Scioli genera menos expectativa, en tanto las mediciones le dan una intención de voto de entre 6 y 8 puntos y a diferencia de Massa, no tiene el apoyo de una cantidad notable de intendentes o legisladores. Desde su entorno dicen que “sigue en carrera” y que “no recibió ninguna propuesta”.
Sin embargo, desde el Instituto Patria le piden que vuelva a Capital Federal, donde fue diputado nacional varios años antes de que en 2006, Néstor Kirchner le pidiera que sea candidato a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
De concretarse el acuerdo con ambos, el peronismo lograría la tan proclamada y buscada unidad, aumentando enormemente sus chances de triunfar, no sólo ante Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, sino también en gran cantidad de intendencias de la provincia y de todo el país, hoy en manos de dirigentes de Cambiemos.